Decir te amo [Yuri On Ice]

¿El principio del fin?

I

La luz del sol que se filtraba entre las cortinas hizo que abriera los ojos pesadamente. Al notar un peso extra sobre él miró hacia abajo y sonrió, primero con ternura y luego con el ego un poco elevado. Víktor dormía abrazado a él, con la cabeza sobre su pecho, todavía sentía él sabor de la victoria sobre sus labios y no podía creer que se había atrevido hacer eso, pero lo creyó necesario.

FLASHBACK

— ¿Recuperarme?¿De qué estas hablando?—Preguntó confundido el ruso a la mujer frente a él.

— Ya sabes honey... Que seas completamente mío una vez más.

Yuri no podía creer el descaro de esa mujer. ¿Cómo podía hacer ese tipo de declaraciones delante de él? Tal vez no sabía que estaban juntos pero al menos podía imaginarlo...¿No? Es decir, se besaron en plena pista de patinaje y estaba seguro que ella se había enterado, salieron en muchas tapas de revistas.

— Irina eso no...

— Ah no importa lo que digas ahora honey, por ahora voy a pasar esta noche aquí.—Se acercó de nuevo a él lentamente, posando las manos en sus hombros.

— Pero...

— No vas a dejarme ir a casa a esta hora con la tormenta que hay afuera... ¿Verdad любовь?

Katsuki ya se estaba hartando de la situación y si esa mujer era quien él creía, la situación era aún mucho peor. Estaba tocando demasiado a Víktor y viendo que el ruso no hacía ningún esfuerzo por separarse, él mismo iba a interferir. 

— Nee Víktor...—Habló con una voz algo sensual y a la vez infantil.— Déjala que duerma en casa, hay habitaciones para huéspedes— Le dijo sonriendo con picardía y acercándose a él haciendo que Irina tuviera que separarse a la fuerza.— Vamos a dormir... Quiero ya estar acostado contigo— Lo abrazó por los hombros y depositó un beso sobre sus labios.

Nikiforov estaba completamente perdido en las acciones y palabras de Yuri, por un momento olvidó por completo la existencia de la otra persona en la casa y lo tomó por la cintura para abrazarlo.— Claro Yuri, vamos acostarnos.— Lo miraba ido y con ternura, adoraba que su cerdito le hablara de esa manera. Recordó a la chica cuando la escuchó resoplar y la miró un poco avergonzado.— Ah puedes quedarte Irina, creo que ya sabes donde está el cuarto de huéspedes.

La rubia lo miró indignada, no podía creer que le prestara más atención a ese niño que a ella. Además había notado la oscura mirada del asiático posada sobre su persona, la hizo estremecerse un poco pero no se iba a dejar intimidar. También percibió como las palabras del japonés querían dar a entender que él estaba viviendo allí y ella era una simple visita. Por ese mismo motivo sonrió con sorna y volvió acercarse a Víktor, a pesar de estar Yuri colgado de sus hombros.

— No te preocupes amor, se perfectamente donde esta cada cama en esta casa, la conozco como la palma de mi mano.— Ronroneó intensificando su acento y depositando un beso en la mejilla del hombre mayor.

Yuri tembló ligeramente ante sus palabras y que se atreviera a besarlo aunque sea en la mejilla. ¡Víktor era suyo! Ah pero no iba a quedarse de brazos cruzados, iba a demostrarle que el ruso ahora estaba con él y poco le importaba cualquier perra de su pasado.