Capítulo 5

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Camino con sigilo, estuve a punto de perderme y desviarme hacia otra habitación, no quiero ser vista por nadie. Cuando estábamos caminando por este pasillo para llevar a Adam no preste atención a los detalles de la casa, los pasillos son espaciosos, las luces dan cierta oscuridad. Da ese aspecto a tenebroso, no hay ni una solo fotografía. Me detengo al escuchar voces en una habitación, me acerco a esta al escuchar mi nombre.

—Grace Stevenson, veinte años. Sin amigos. Trabaja en Royes's para pagar su matrícula. Estudia medicina. Buenas calificaciones. Huérfana a los 12 años. —Frunzo el ceño con lo último.

¿Cómo demonios saben mi nombre? ¿Quiénes son estas personas? ¿Cómo saben todo eso de mí? Esas son las preguntas que se me vienen en la cabeza. Estoy por abrir la puerta, pero el comentario de una persona llama mi curiosidad y sigo escuchando.

—¿Huérfana? —

—Su padre desapareció y su madre enferma cuando tenía once años y murió un año después.

—No es posible. —dice Adam con incredulidad.

—Y esto es lo más extraño, mira su dirección. —

—No te estoy siguiendo. —dice Adam unos segundos después.

—La dirección es la misma que la casa donde he estado vigilando. —

¿Qué mierda? Ellos me estaban observando de antes.

—¿Qué? —la voz de logan se oye sorprendido.

—¿Estás seguro? ¿Esta información no es errónea? —pregunta Adam.

—No lo es y hay más. Fuimos investigar la casa, pero es como si nadie hubiera habitado en esa casa. —responde.

—No lo entiendo. 

Yo tampoco lo entiendo. No soy huérfana de eso estoy segura, pero porque este hombre que no conozco de nada lo dice como si fuera cierto.

—Alfa. Lo juro no se encontraba nadie en la casa de la señorita Grace, solo estaban los demonios de sombra. —dice.

¿Demonios de sombra? ¿Mi madre no se encontraba en casa? Joder tengo que volver a casa ahora mismo.

Estoy volteando para irme de aquí que casi me resbalo, me sostengo de la pared. Ese pequeño ruido hace que lo que se encuentran dentro de la habitación se callen. Levanto la vista del piso y encuentro mi mirada con Adam.

—Mierda. —

Comienzo a correr y salgo pitando de la casa. No me detengo cuando escucho que Adam me llama. Él grita que me detenga, pero no lo hago. Estoy por adentrarme hacia el bosque, pero soy atrapada por él, trato de golpearlo, me detengo cuando oigo un quejido de su parte.

—Debo ir a casa, mi madre me espera. —

—No puedes irte, tu lugar es aquí conmigo. —dice con convención.

—No te pertenezco, no te conozco. —respondo.

—Eres mía. Me perteneces.

Grito con frustración clavo mis uñas en mis brazos. Él me mira con furia, de un momento a otro estoy en su hombro, él llevándome.

—Si no lo haces por las buenas serán por las malas. —dice caminando de regreso a la casa.

—¡Maldito pervertido! —grito golpeando su espalda, pero no le hace nada.

Me devuelve el golpe en el trasero, grito con enojo. No regreso el golpe y me quedo quieta, dejo que me lleve.

—¡Oigan! ¡Dejen de mirarme y ayúdenme! — grito cuando observo dos hombres mirándome, alguno de ellos tiene que ayudarme. Hago señas para que se acerquen.

HÍBRIDA ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora