Seis meses se pasaron volando, desde aquel día que volví a casa y llore tanto que me dormí.
Sabía que él había venido a verme porque antes que lo despertara Logan lo estaba observando, solo disimule estar dormida.
Lo esperé por semanas porque tenía la ilusión que iba a buscarme, pero no sucedió.
Algunos días mi cuello arde, a la que él la llamo marca. Duele mi pecho, es una sensación extraña, todavía no entiendo cuál es la razón por la que sucede.
Estos últimos pasaron demasiadas cosas.
Vendí la casa con la que viví con mi madre, tenía tantos recuerdos allí, pero no soportaba estar sola. Normalmente no me quedaba en casa, el no oír ningún ruido, que sea tan silencioso y el hecho de que la casa siempre estaba a oscuras. La ofrecí a una suma considerable, el comprador quedo fascinado.
Me mudé a un pequeño departamento cerca de la ciudad, los vecinos a mi alrededor son muy amables, también me di el gusto de comprar un coche, sabía conducir, pero no tenía dinero para comprar uno. Seguía teniendo dinero, opte por dejarlo en el banco en una cuenta corriente, lo usaré para viajar cuando quiera escaparme de aquí para despejar mi mente.
Encontré un trabajo cerca de mi departamento, como mesera. Hice una amiga en el trabajo, Liz es la chef de la cocina, es muy buena compañera. Es un poco alocada, pero me gusta su compañía.
En los últimos meses he aprendido que puedo hacer cosas extraordinarias con mis manos.
El vecino del otro edificio me despertó por su fiesta a la madrugada, su música estaba tan alta que me enfurecí y el vaso que estaba en mi mesa de luz salió volando estrellándose en la pared. Me levanté para intentar con otro vaso, pero nada sucedió.
Al principio pensé que está loca, pero volvió a suceder una semana luego cuando mi vecino me despertó por otra fiesta, pero esta vez fue en su balcón.
—Este imbécil. Voy a llamar a la policía.
—911 ¿Cuál es su emergencia?
—Hola, llamo para reportar una fiesta.
—Bien señorita, pásame la dirección. Mandaré un patrullero en breve.
Observo desde la ventana lo que hace el policía, espero que salgan las personas, pero el que sale sonriendo del edificio es el policía con un fajo de billetes en manos.
Mi cara es de incredulidad, ese imbécil le pago a este patrullero, el policía se retira. La fiesta sigue, la música se oye más fuerte.
—Espero que se dañe ese parlante. —estaba sacada de quicio cuando desee que sucediera eso, estaba apretando tan fuerte mis manos en puños para detener mi furia.
Al minuto que desee eso, al asomarme a ver el balcón porque no había oído la música, todos miraban con sorpresa el parlante, de este salía humo. Volví a mi cama con una sonrisa de satisfacción
Con el paso del tiempo ya estaba en práctica, había aprendido hacer cosas, entendí que mi detonante era las emociones, y trato de controlarlas.
Lo que más me sorprendió fue que cuando estaba probando hacer un movimiento con mi mano delante del espejo, vi como mis ojos cambiaron a negros completamente, me caí al suelo por el susto, cuando volví a levantarme para verme, ya estaban grises nuevamente.
Estuve por días asustada, mis ojos eran aterradores, pero luego lo volví a intentar y entendí que se volvían de ese color cuando estaba haciendo "magia". Lo llamaba así porque no sabía exactamente que era, si mi madre era una bruja yo también lo era, pero todavía era complicada la situación de conocer este lado.
En este momento estoy en casa de Liz sentada, ella está maquillándome para salir, ella ha insistido por semanas para ir a este antro, abrió hace poco. Me negué tantas veces, pero ella no se rendía.
—No tengo ropa. —digo, tratando de que me deje en paz y se rinda finalmente.
—Puedo prestarte, tengo unos vestidos para ti. —dice pintando mis ojos.
Suspiro, no hay caso.
Sonríe cuando termina, sale del cuarto y vuelve con dos vestidos. Ella ha estado lista desde que llegue.
—Elegí estos dos porque vas a resaltar. —dice con emoción.
—No quiero resaltar. —digo con una mueca cuando noto que muestran mucha piel, no me gusta.
—Solo escoge.
—Bien. Voy a usar el rojo.
—Buena opción.
—Okey, alístate y en diez minutos nos vamos. —dice saliendo de la habitación.
Me sorprendo al verme en el espejo, me volteo para verme mejor, hace que mi trasero se vea fantástico, el color negro que uso Liz para pintar mis parpados hace que mis ojos grises resalten. El labial rojo combina perfectamente con el vestido.
—Estás hermosa. —dice abrazándome cuando salgo del baño.
—Gracias.
—Te ves espectacular, el vestido era perfecto para ti. —dice.
—No, tú lo haces.
Ella me sonríe. El vestido que eligió es negro, con un corte en v mostrando sus grandiosos pechos, su maquillaje es sencillo, pero también hace resaltar sus ojos marrones.
Ella sigue alagándome hasta subirnos al coche.
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HÍBRIDA ©.
WilkołakiAdam Lébedev alfa de la manada ha buscado por años a su mate, se volvió frió al no encontrarla, luego de unos años dejo de buscarla y se volvió un mujeriego total. Grace Stevenson una mujer de 20 años que tuvo que madurar. Una vida normal o eso es...