Sara; miedo | La Melliza De Ron 2 | #wattys2019

12. Bludger loca

Hermione era la encargada de hacer que Lockhart firmara el papel para sacar el libro prohibido con la receta de la posición multijugos, usando como pretexto uno de sus mismos libros llamado; Una vuelta con los espíritus malignos. Y como su trabajo era solamente halagarle con sus supuestos logros, seguramente todo iba a salir bien.

Como a mi, Lockhart no me caí del todo bien y seguramente le hubiera tirado uno de sus libros a su cara, los chicos decidieron que lo mejor era que esperara hasta atrás.  

Cuando Lockhart le dio el permiso a Hermione, bufé, como era posible que alguien como él fuera maestro, ni siquiera podía entenderlo.

Me puse de pie para marcharme del salón junto con Hermione, Ron y Harry cuando Lockhart abrió la boca una vez más

—Así que, Harry —dijo Lockhart, mientras Hermione plegaba la nota con dedos torpes y se la metía en la bolsa— mañana se juega el primer partido de quidditch de la temporada, ¿verdad? Gryffindor contra Slytherin, ¿no? He oído que eres un jugador fundamental. Yo también fui buscador.... 

Pero no me quede a escucharlo, como siempre empezó a parlotear de grandes mentiras, fui la primera en salir y justo detrás los chicos. Harry fue el ultimo y casi parecía querer huir de ahí a toda prisa, le entendía. 

  —Es increíble —dijo Hermione, mientras examinábamos la firma en el papel, era un extraño garabato más que nada pero para nuestra amiga parecía ser demasiado valioso— Ni siquiera ha mirado de qué libro se trataba

—Porque es un completo imbécil —dijo Ron con obviedad

— Sí, cuando escucho que Hermione lo estaba alabando, sus ojos adquirieron ese ridículo brillo de  arrogancia— dije — Claro que ayudo que el azabache estuviera ahí— le giñe un ojo a Harry mientras Ron reía— creo que le gustas

Harry trato de desmentir eso apenado, volviendo torpemente al tema de la firma — ¿A quién le importa, no? Ya tenemos lo que necesitábamos

—El no es un completo imbécil —chilló Hermione, mientras iba hacia la biblioteca a paso ligero.

Negué con la cabeza e hice una mueca desagradable junto a los chicos, los tres al mismo tiempo mientras caminábamos detrás de ella — Lo que digas, Herms 

—Solo porque ha dicho que eres la mejor estudiante del curso...—Bajamos la voz al entrar en la envolvente quietud de la biblioteca.

La señora Pince, la bibliotecaria, era una mujer delgada y extraña que parecía un buitre mal alimentado

—¿Moste Potente Potions?—repitió recelosa, tratando de tomar la nota de Hermione. Pero Hermione no la soltaba aferrándose más que nada al autógrafo de Lockhart

—Desearía poder guardarla —dijo Hermione, aguantando la respiración

—Venga — dijo Ron, fastidiado, arrancándole la nota y entregándola a la señora Pince

— Te conseguiremos otro autógrafo— le prometí—Lockhart firmará cualquier cosa que se esté quieta el tiempo suficiente. 

La señora Pince levantó el papel a la luz, como dispuesta a detectar una posible falsificación, pero la nota pasó la prueba. Caminó orgullosamente por entre las elevadas estanterías y regresó unos minutos después llevando con ella un libro grande de aspecto mohoso.

Hermione me lo paso cuando la bibliotecaria se fue y me dijo que lo metiera en la bolsa que llevaba Harry con mucho cuidado, después me hizo jurar que no lo perdería e intentó no caminar demasiado rápido ni parecer demasiado culpable.

Quise reírme, eramos una mala influencia para ella. 

Cinco minutos después, nos encontrábamos de nuevo refugiados en los aseos fuera de servicio de Myrtle la Llorona, sin ni siquiera preocuparnos por Percy.