44. Inesperado

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Las lágrimas se agolparon en mis ojos y comenzaron a caer a raudales por mis mejillas.

Podía esperar muchas cosas en este momento, podían ocurrirseme mil locuras de algo que el pudiera o no pudiera hacer, pero lo que jamás se me ocurrio ni por un instante era la idea estúpida de que el hiciera algo asi, lo conocía, o eso creía y jamás se me habría pasado por la cabeza que a el se le ocurriera algo por el estilo.

Maldito Asahi...

Maldito y estúpido Asahi...

Como lo odiaba...

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llegaba tarde, joder ¿como era posible que saliendo practicamente 1 hora antes llegara siempre tarde, eso era una mierda ¿que cojones me pasaba? Asahi debía estar esperandome en la cafetería junto a la que trabajaba para comer juntos y yo aqui a penas saliendo de la facultad, que asco, soy un desastre.

Finalmente llegue al lugar donde siempre quedabamos para comer cuando a el le tocaba el turno de tarde en el trabajo. El estaba ahi, con su imperturbable sonrisa, leyendo un libro mientras esperaba con la mayor paciencia del mundo y un batido de frutas a que yo llegara.

-Hola cariño... ¿que tal estas? Perdón por llegar siempre tarde... me perdí en el camino de la vida- Bromeo sentándome frente a el en la mesa, estaba muerto de hambre y podía apostar parte de mi alma en forma de horrocrux a que el también estaba famélico.

-No importa, acabo de llegar así que no espere por mucho rato, no te preocupes, ya pedí lo que nos tocaba el día de hoy, nos lo deberían traer ya- Sonrío y sacudo la cabeza apoyándola en mi mano. Hoy habíamos pedido un menú especial para celebrar mi cumpleaños, nunca me había gustado celebrarlo y hacía años que me negaba completamente a celebrarlo, pero desde que salía con el siempre lograba que lo celebráramos, aunque fuera un poco y a pesar de mi negativa siempre comíamos mi comida favorita y tarta de chocolate, hacíamos una pequeña fiesta donde nos reuníamos con todos y me hacían regalos, no tenía escapatoria, aunque siguiera sin hacerme mucha gracia por los malos recuerdos el había logrado taparlos con un montón de buenos recuerdos, hasta el punto en el cual ya no me desagradaba tanto la idea de cumplir años y el se aprovechaba de ello.

La mujer llego con los platos, curry de ternera picante con arroz, Karaage y costillas a la barbacoa picantes con patatas fritas cortadas al estilo francés, ibamos a morir de un profundo empacho tras comer todo eso y la tarta de chocolate, pero ibamos a disfrutar cada segundo

-Feliz cumpleaños cariño... y felices 10kg que ganaremos tras esta comida... -me echo a reir y sacudo la cabeza comenzando a comer la carne a la brasa

Como siempre la comida transcurrió tranquila, charlabamos, el me contaba como le iba el trabajo y yo le contaba como me iban las clases y los entrenamientos con el equipo. Podía ver en sus ojos la nostalgia mientras hablaba, podía ver como su mente recordaba aquella epoca en la que era su espalda la que miraba siempre en la pista, recordaba ese momento en el que solo tenia que mirar hacia atrás y sonreirme. Echaba de menos esos momentos y yo también, ya no cubría sus espaldas de esa manera y ambos extrabamos esa complicidad que se gana en la pista, pero las cosas cambiaban... Siempre para mejor, por supuesto.

La comida transcurrió totalmente normal...

O eso creería que pasaría..

Pero no fue así...

De pronto apareció una mujer, la mujer mas sexy que había visto en mi vida, ese tipo de sensualidad que tenía mi madre, esa sensualidad artificial y totalmente buscada.

¡Yo te cubro! *AsaNoya*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora