21. Explicaciones

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Me estiro en una de las incomodas sillas de plástico, no me gustaban nada, no eran cómodas para alguien de mi altura. Necesitaba levantarme y caminar, pero no iba a hacerlo hasta que Noya saliera de hablar con el policía aunque luego tuvieran que amputarme las piernas por falta de circulación

Todos se habían marchado, pero me había negado a alejarme de el, no quería que se quedara solo bajo ningún concepto y menos al ver como estaba.

No se en que momento me a dormí le pero el tiempo paso volando y al final mi amigo salió del despacho frotándose los ojos acompañado del policía que frotaba su espalda mientras le aseguraba que todo estaría bien, que ellos se ocuparían.

-¿Que pasó? -pregunto acercándome a el con rapidez

-Solo declaré lo que paso, nada importante pero tengo que ir al hospital... Pero de camino dijo que podíamos... ¿podemos ir a comer algo? No tengo dinero encima pero...

-Tranquilo, yo te invito vamos a donde quieras comer...-veo la ligera sonrisa abrirse en su rostro

-Gracias... También te explicaré... Y luego me buscaran un lugar donde quedarme hasta que vuelva mi...

-Quedate en mi casa-dije antes de que terminara- bueno... Obviamente los policías deberían hablar con mis abuelos y así pero puedes quedarte con nosotros, ellos estarán encantados

La sonrisa que antes había asomado en la comisura de sus labios se ensancho antes de que se abrazara de nuevo a mi cuerpo, acaricio el pelo suavemente y beso tu frente

-Vamos a comer antes de que me comas -sonrio Ampliamente y tono tu mano-¿curry?-pregunto sin necesitar confirmación, sabia el el curry de pollo era su plato favorito y que jamas lo rechazaría ni aunque le costara la vida. Siendo como aprieta mi mano caminando a mi altura apoyándose un poco contra mi

-Y karaage... Y patatas fritas, que te encantan-sonrio y asiento ante su emoción- me muero de hambre, hace días que no como...-veo como se tapa la boca-

-¿Que?¿como puede...?

-Cuando te explique sobre ella lo entenderás... A penas comí en las últimas semanas... -el ambiente se ensombreció notablemente y pase un brazo por sus hombros para abrazarlo contra mi

-No hay presión ni prisa, tómate tu tiempo-solo recibí una pequeña sonrisa como respuesta, pero fue suficiente como para saber que me lo contaría pronto.

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Jamás había tenido tanta hambre, a penas si podía mirar a Asahi, necesitaba meterme mas comida, me sentaría mal, pero echaba tanto de menos esa sensación de estar lleno, echaba tanto de menos los sabores, la comida pasar por mi garganta... Solo yo sabia lo cerca que había estado de morir, solo yo sabía que no tenía una fiebre normal sino que estaba debilitado hasta un punto inimaginable por la escasa comida y agua que había entrado en mi cuerpo desde hacia dos semanas. Nadie podía imaginárselo y yo no quería decirlo... Ya bastante difícil iba a ser explicar todo a los demás.

Levanto la vista hacia el chico que hablaba y sonreía frente a mi, sonaría cursi y todo lo que mi estúpido cerebro quisiera decir... Pero había sido como un ángel, había sido mi salvación, había deseado tanto que viniera y me parecía tan absurdo la idea de volver a verlo, me parecía tan tonta y sin sentido... Pero no lo había sido, el había venido, el y su cabezonería se habían colado por mi ventana para sacarme de mi propio infierno personal. No se en que momento hice algo para merecer a alguien tan maravilloso como mi amigo, pero no lo cambiaría por nada del mundo.

Sabía que tenia que contárselo, el no me obligaba por supuesto, el es Asahi... Jamás me obligaría a nada, pero yo quería decírselo, quería evitar que me juzgara aunque no lo hiciera, quería justificar mi comportamiento de mierda con el y con los demás del equipo... Quería recuperar esa confianza que todos habían puesto en mi, quería volver a ser el Noya que en algún punto del mes anterior había desaparecido. Y sobre todo quería volver a tener los abrazos de Asahi, no estos de consuelo, aunque tampoco es que fueran malos, pero quería esos abrazos protectores, cariñosos, que irradiaban tranquilidad y que hacia que quisiera resguardar me en ellos y quedarme a vivir bajo el fuego de su cuerpo.

Lo que más había extrañado tras la comida habían sido sus brazos.

Y el simple hecho de estar con el y sentir su presencia a mi lado

-Asahi...-lo vi parar su conversación a la mitad- quiero contártelo...-el trago saliva y asintió con lentitud- Sera largo, pero necesito decírtelo todo

El simplemente tomo mi mano y no pude evitar sonreír y llevármela a la mejilla frotandola con esas manos tan cálidas y grandes, como animo para empezar a hablar, la ultima fuerza que necesitaba  antes de contar la historia de Nishinoya Yuu

-No sabría explicar cuando empezó, no fue un momento concreto... Hubo un proceso...- comencé con la historia

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(Y lo gracioso que seria que no la escribiera y solo pusiera la reacción de Asahi... Pero no soy tan mala... ¿o si? Nah jajaja)

No sabría explicar cuando empezó, no fue un momento concreto... Hubo un proceso...

Supongo que para empezar a hablar de ese proceso tendría que hablar de la época de felicidad, donde mi madre, mi padre y yo eramos felices, donde mis padres se amaban, donde yo era el centro del mundo no tenia mas preocupaciones en la vida que cual seria mi diversión durante el dia siguiente, como todos los niños supongo.

Este supongo que este  sera el comienzo de miles de historias donde luego todo se tuerce y la mía no sera diferente, lo único que quizá cambiaría es que en esas historias el niño era una víctima, en esta historia yo era plenamente el culpable de todo, o eso creía yo, eso me hicieron creer.

Cuando tenia 10 años mi madre, a la que yo amaba, adoraba y veneraba cambió, hay muchos niños que a esa edad son maduros, muchos que comprenden las cosas que pasan alrededor de si... Yo no era de estos...

Mi madre empezó a cambiar, al principio solo estaba mas irascible, me echaba la bronca por todo, hasta por las cosas que hacía bien "¿que quieres? ¿un premio? ¿acaso te crees el mejor por fregar los platos bien? Sigues siendo inútil... Solo confirmas cuán inútil eres" había varias variaciones, pero esas eran las palabras que mas repetía mi madre... Como un mantra que luego se coló en mi corazón y tarde mucho en lograr olvidarlo.

Esa fue la primera fase, supongo que se podría clasificarse como la fase 1: maltrato psicológico. Ahora mi miras diciendo "con esa fase llega y sobra" pero no, a ella no le bastó con esa fase, comenzó la fase 2 lentamente pero afianzándose con seguridad en ella.

La fase 2: el maltrato físico

Esta fase puede sonar como la más bruta, pero no lo fue... Solo fue otra fase para llegar al culmen. No hace falta resumir mucho, te puedes hacer a la idea, al principio eran cachetes que a lo largo del tiempo se hicieron mas agresivos, como quien abusa de una droga y luego un solo chute no le llega, su maltrato fue igual, empezó poco a poco, por cosas que yo creía justificables, luego fueron cosas más irracionales... Y si, se que pegarle a un niño nunca es razonable, pero yo lo veía así en ese momento, no quería creer tanto odio... Así empezó pero luego eran golpes más fuertes, comenzaron las quemaduras de cigarro, los arañazos, empezaron a surgir los moratones, los cortes en mis brazos para no olvidar cuán sucia y maltrechas era mi existencia, por si lo preguntas, no me los hice yo, ella no me dejaba sentir compasión por mi mismo quería ocuparse ella de ser la voz que confirmaba que no tenía importancia en este mundo, quería ser la que me marcara el recuerdo a fuego de que no debería haber existido...

Lo siento, creo que es demasiado duro para todos oírlo... Pero no puedo endulzar algo tan amargo, ni todo el azúcar del mundo podría... Y eso que lo intenté...

Creo que recuerdo uno de tantos, una cicatriz más... Había ganado un premio, nunca se me había dado bien estudiar pero se me daba genial la ciencia y el arte y al juntar ambos gane un gran premio, un viaje... La primer vez que ganaba algo, me sentía tan feliz, tan útil tan... Único... Un error por mi parte sentirme así, mi madre no quería que fuera feliz, yo no lo merecía. Esta cicatriz de mi antebrazo, esta que tiene forma de estrella con el centro ancho, mi madre clavo el cuchillo y marco con fuerza mi piel hasta que me hizo gritar que no lo merecía y renunciar al premio que tanto me había costado ganar.


¡Yo te cubro! *AsaNoya*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora