Extra

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— No creo que esto sea mi fuerte —dije mientras avanzaba detrás de Allison, adentrandonos más en el bosque

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— No creo que esto sea mi fuerte —dije mientras avanzaba detrás de Allison, adentrandonos más en el bosque.

— Vamos, eres una Argent, está en tus venas —me contestó Allison.

— Así como también está en mis venas que me salgan garras y colmillos cada Luna llena —ironizé.

Allison bufó y se volvió hacia mi—. Sabes a lo que me refiero. Sólo inténtalo.

Rodé los ojos.

— Está bien.

Allison sonrió satisfecha y desenfundo las armas que venía cargando.

— Sólo elige una —se encogió de hombros.

Frente a mi se encontraba un arco, una ballesta, un par de kunais (cuchillos japoneses) y una calibre 45.

Me coloqué los guantes mientras Allison colocaba una marca en el árbol frente a mi como el blanco.

— ¿Lista? —asentí—. Nada de fuerza sobrenatural ni cosas de mujer lobo.

Solté un suspiro.

Hice girar los cuchillos en mis dedos para después lanzarlos uno tras otro.
Entrecerre los ojos y cuando escuché el chillido de Allison abrí los ojos, para ver ambos cuchillos clavados en el blanco.

— ¡Eso estuvo genial! —exclamó Allison—. Te lo dije, te sale natural.

Me encogí de hombros.

— Supongo que si está en mi sangre —me mofé y Allison rió.

Allison se acercó a quitar los cuchillos del árbol y me los volvió a pasar.
Siguió poniendo blancos en demás árboles y seguimos practicando.

Tal vez crecí toda mi vida como Labonair, pero ser una Argent no parece tan malo ahora.

𝐋𝐄𝐀𝐍 𝐎𝐍 ☪ teen wolf [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora