𝐋𝐄𝐀𝐍 𝐎𝐍 ☪ teen wolf [1]

10 || Little bastard

— No puedo creer que estemos aquí para salvarle el trasero al idiota de Jackson —rodé los ojos mientras caminaba hacia la casa de los Hale.

Cuando abrí la puerta de ésta, Scott estaba en lo alto de las escaleras mientras Derek y Jackson estaban al pie de estás, Derek tenía las garras afuera y podía jurar que Jackson estaba llorando.

Tuve que aguantar la risa.

Scott se lanzó y cayó frente a Derek.
Sentí como los colmillos, las garras y mis facciones de lobo aparecían.

— ¡Quítate!

— No.

— Bien, te mataré a ti también. Y a ella.

Cuando estaba apunto de tomar a Jackson, escuché varios disparos.

— ¡Cubran sus ojos! —nos advirtió Derek.

Tardé en reaccionar. Segundos después, varios destellos me nublaron la vista y sentí un disparo en las costillas. Caí al suelo y escuché  a Scott caer a mi lado.
Me arrastré hasta una de las paredes mientra sentía como la sangre comenzaba a emanar de la herida y mi boca. Cuando recuperé la visión miré hacía mi costado y vi sangre negra y una especie de humo salir de esta.

— ¡Scott, Gwen! ¡Váyanse!

Derek corrió a nosotros y nos ayudó a levantarnos.
Iba detrás de Scott cuando otra bala me dio en la pierna.
Enseguida volví a caer, mi vista volviéndose a nublar.

— Scott —dije en a penas un susurro antes de que todo se volviera negro.

Lo último que logré escuchar fue el rugir de Derek.

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Scott despertó abruptamente y enseguida comenzó a toser.

— Yo no me levantaría todavía —le dijo su jefe.

— ¿Dónde...? —la cabeza de Scott daba vueltas.

— Estás bien. Te di algo para acelerar la recuperación —le interrumpió Deaton.

Scott observó como limpiaba su herida.

— Pero eres veterinario.

— Es cierto. Y el 90% de las veces, principalmente, trato a perros y gatos.

— ¿Principalmente?

— Principalmente —Deaton asintió y esbozó una sonrisa.

Scott dejó caer su cabeza.

— ¿Dónde...? ¿Dónde está Gwen? Ella estaba... —Scott se sentía demasiado adormecido para articular bien la oración.

Y después, todo se volvió a nublar para él.

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Mientras tanto, la cazadora Argent guiaba a su sobrina a una bóveda secreta, donde tenía una gran revelación preparada.