POKÉMON: ENTRENANDO A MI MAWILE

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Mi viaje no ha sido fácil, me he topado con innumerables peligros. Pero no puedo quejarme, me divertí mucho, conocí gente maravillosa, aprendí muchas cosas sobre los pokémon y capturé a varios de ellos, entre los cuales está mi hermosa Gardevoir. Quizá muchos me cuestionen por lo que les diré, pero Gardevoir no sólo es muy útil en las batallas, también es una excelente compañera sexual. Sí, dirán que soy un pervertido, y tienen razón, pero todo eso forma parte de mi viaje y no me arrepiento de nada. Últimamente he sentido mucho interés por Mawile, su mega evolución es bastante poderosa, pero por alguna razón, siento un deseo sexual por ella. Me he propuesto capturar una y saciar mi curiosidad carnal, por eso me dirijo a los lugares en los que la pokédex me indica que viven. En un bosque ubicado a tres días del pueblo en donde vivo, se dice que se encuentran dichos pokémon. Alisto todo lo necesario para mi pequeño viaje y salgo en busca de una nueva integrante para mi equipo. Después de mucho buscar, encuentro una manada de Mawile, se me haría muy complicado luchar contra todos, así que espero pacientemente a que alguna se descuide. Una de ellas, un poco más pequeña que el resto (seguro por ser la menor), se aleja del grupo jugando con unas flores. Es el momento indicado. No los agobiaré con los detalles de su captura, lo más importante es que ya se encuentra dentro de la pokéball, ahora probaré sus habilidades. La libero de su nuevo encierro y ella mira muy confundida de un lado a otro, aún no acepta por completo que me pertenece. Me acerco a ella y la acaricio suavemente, se muestra un poco arisca pero no se aleja. Ya es hora de comenzar con el "entrenamiento". Me bajo los pantalones, quedando totalmente desnudo de la cintura para abajo, Mawile mira con curiosidad el pedazo de carne que cuelga entre mis piernas. Tomo mi pene aún algo flácido y lo apoyo en su cara, la pokémon lo agarra con sus pequeñas manos, debo admitir que la sensación me gustó mucho. Ya no puedo ni quiero esperar más, coloco mi glande entre sus pequeños labios, ella pasa su lengua para conocer su sabor y no parece desagradarle, empujo un poco y logro meter mi glande entero. Un poco sorprendida, Mawile intenta retroceder pero la agarro de la cabeza, meto poco a poco el resto de mi pene hasta que mis testículos logran entrar en contacto con su rostro. La pokémon suelta algunos gemidos ahogados pero, luego de moverme de adelante hacia atrás lenta y continuamente, su garganta de acostumbra a las dimensiones de mi pene y ella se relaja un poco. No puedo describirlo, es una sensación maravillosa, su lengua se mueve al rededor de mi miembro y sus mejillas succionan un poco, quizá intenta tragar para evitar ahogarse. Empiezo a moverme más rápido, pero con un poco de miedo a lastimar tu garganta, me controlo hasta donde puedo, pero no es fácil, mis ansias por follar su boca a toda velocidad nos difíciles de combatir. A medida que la excitación aumenta, mi preocupación pasa a quedar en segundo plano, la embisto con todas mis fuerzas, ahora mis testículos golpean su cuerpo con cada vaivén de mis caderas. Finalmente logro correrme, su pequeña boca no puede almacenar mi descarga por completo y gran parte se escapa por las comisuras, sus mejillas (luego de inflarse) poco a poco regresan a su forma natural conforme va tragando el semen. Retiro mi miembro de su boca, ella jadea muy agitada, toma grandes bocanadas de aire mientras me mira con una expresión, no de miedo, sino como asimilando una experiencia nueva. Pero no estoy satisfecho, mi viaje hasta allá no se puede resumir sólo a eso, así que decido probar algo que quizá muchos considerarían extraño o arriesgado. Me paro detrás de ella y con ayuda de mis manos acomodo el pene en la gigantesca boca que sale de detrás de su cabeza. La verdad, sus colmillos son atemorizantes, pero la lujuria puede más que el miedo. La enorme lengua, de varios centímetros de largo, envuelve mi falo y lo masajea con algo de fuerza. Parece que Mawile aprende rápido, es una buena adquisición. Durante varios minutos disfruto de tan excitante y bizarra felación, Mawile me mira de reojo por ratos, como si quisiera hacer o decir algo pero sin poder atreverse. Cuando siento que falta poco para correrme, se arma de valor y se voltea, sin dejar de darme placer con su boca grande, usa su boca pequeña para encargarse de mis testículos, su instinto le dice que eso me gustaría y los succiona. Con una de sus bocas completamente llena por mis gónadas y otra masajeando mi miembro, Mawile sonríe un poco, creo que empieza a disfrutarlo o quizá disfruta viendo cómo gozo. Lo que sí puedo asegurar es que ella será una integrante fundamental en mi equipo y lo mejor de todo es que, cuando consiga su megapiedra, tendré sus tres bocas a mi disposición. Mawile logra hacer que me corra, la segunda descarga es casi tan abundante como la primera pero al vertirla en su boca grande, no logro que se llene por completo, aún así lo bebe hasta la última gota. Mi nueva pokémon logró satisfacerme en sólo dos sesiones, definitivamente conseguí un gran ejemplar, con el tiempo irá puliendo sus habilidades, aún es joven y tiene mucho potencial. Me lame el pene para limpiarlo y soba su cabeza en mi pierna como señal de que ya me tiene cariño. Es hora de regresar a casa, ya encontré lo que buscaba y resultó mucho mejor de lo que esperaba. Cuando llegue a casa, continuaremos con el entrenamiento, sólo que esta vez será más intensivo.

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