POKÉMON GO: EN BUSCA DE DITTO

86 0 0
                                    

Me llamo Emily, soy una muchacha como cualquier otra, una muchacha que también ha sido atrapada por la moda del famoso juego Pokémon GO. Juego que me ha llevado a recorrer toda mi ciudad, conocer gente nueva, aprender más sobre el lugar en donde vivo y a ejercitar mi cuerpo. Se supone que es un juego, que debe divertirnos, y eso hacía, hasta ahora. ¿Por qué me está pasando esto? ¡Yo sólo quería capturar un Ditto! ¿Cómo es que terminé en una situación así? Todo ocurrió tan rápido, no pude reaccionar. Al ver en mi pantalla que un Ditto estaba cerca, corrí hacia la zona indicada. Estaba feliz, ninguno de mis amigos ha logrado conseguir uno y yo sería la primera. Pude sentir cómo mi amplia sonrisa de emoción degeneró en una mueca de pavor cuando el pokémon se lanzó hacia mí, no tuve tiempo de esquivarlo, se estrelló contra mi abdomen como si fuese una enorme y algo pesada gelatina, provocándome mucho dolor. Caí al suelo, raspándome las palmas de la mano con las piedras y raíces. El pokémon, poco a poco, fue expandiéndose sobre mi cuerpo, inmovilizándome, atrapándome cada vez más, hasta el punto de asfixiarme y conseguir que pierda el conocimiento. Antes de desmayarme, mi borrosa visión me permitió percatarme de mi ropa se desintegraba poco a poco, como si estuviese siendo disuelta. Acabo de recuperar la conciencia. Dios, desearía no haberlo hecho. No puedo explicar con palabras la mezcla de horros y asco que invade mi cuerpo al ver lo que me está ocurriendo. Estoy totalmente desnuda, el Ditto yace impregnado en mi entrepierna, pero eso no es lo peor. Parte de su cuerpo se encuentra dentro del mío, puedo sentirlo invadir mi útero, vejiga e intestino. Es tan frío y viscoso, es una sensación repugnante. Los...tentáculos...intentan abarcar todo el espacio posible, ensanchando mis paredes uterinas e intestinales. Es un poco doloroso, pero, como dije, muy asqueroso. La sensación estremece todo mi cuerpo. Si tan sólo el Ditto no tuviera sujetas mis muñecas, podría intentar retirarlo y escapar corriendo. No me importa que me vean desnuda, prefiero eso a seguir aquí. El Ditto está jugando conmigo, me siento humillada. Una parte de su cuerpo se retuerce dentro de mi vejiga, provocándome la sensación de querer orinar, pero sin tener la necesidad de hacerlo. ¡Es tan frustrante! ¡No puedo defenderme, quiero gritar y sin embargo no sale ruido de mi boca! Una lágrima brota de mi ojo izquierdo, baja por mi mejilla. No poder gritar pero que mi boca emita jadeos que, para mí, son bastante obscenos me hace sentir sucia, a pesar de no disfrutar lo que me está ocurriendo, siento que yo también soy repugnante. Mi ano no se libra, se ensancha poco a poco, es bastante doloroso. El cuerpo del pokémon entra y sale de mi culo, aunque sea gelatinoso, no puede evitar lastimarme por la fricción. Pequeños fragmentos, como espesas gotas, del Ditto salpican en mis nalgas y, como si tuvieran vida propia, se mueven de forma aleatoria, como buscando dónde entrar, finalmente se dirigen a mi ano e ingresan, uniéndose de nuevo al pokémon. Parte del Ditto se mueve dentro de mi útero casi como si fuese líquido, siento náuseas ante tal sensación, además de que puedo oír cómo se revuelve dentro de mi vientre. Al mi agotamiento mental se le suma mi cansancio físico, también el dolor, ya que mi ano y vagina se encuentran sumamente irritados, mi interior se encuentra bastante maltratado y mis muñecas enrojecidas por la fuerza con la que me sujeta. Ya no puedo más, forcejear se me hace cada vez más difícil, mi cuerpo quiere rendirse y mi mente comienza a flaquear. ¡Qué está pasando! ¡Ditto se está moviendo de manera más brusca, con mayor intensidad! ¡Me...Me lastima! ¡Dios, me duele, me duele mucho! Sus "tentáculos" han tomado una forma más gruesa y están invadiendo mi cuerpo con mayor intensidad. Mi vientre está hinchado, tengo...tengo miedo de reventar. Mis intestinos también están hinchados, está siendo demasiado violento ¡Por favor para! ¡Mi culo! ¡Me vas a partir el culo! Quisiera poder gritar todo eso, o al menos pedir auxilio. Me da mucho miedo la situación en la que me encuentro, temo por mi integridad física y psicológica, temo por mi vida. Pero lo que más miedo me da es que, a pesar del intenso dolor, ya no se siente tan desagradable. No puede ser, no es posible que empiece a gustarme esto ¡Es imposible! El hormigueo que recorre mi cuerpo me contradice, no es algo voluntario, no es algo normal. Para cuando el Ditto se cansó de jugar conmigo, yo ya no tengo fuerzas ni para moverme. Me encuentro boca arriba en el suelo, completamente desnuda, cubierta de sudor y pegajosos restos rosados. No sé en qué dirección se marchó el Ditto, pero una parte de mí quiere que regrese, una parte de mí que desearía no existiera. Oigo pasos, alguien está cerca ¡Son mis compañeros! Sus ojos muestran asombro y algo de miedo al verte tirada en el suelo, en tan deplorable situación. Debo confesar que estar aquí, en este estado, con ellos mirándome y quizá pensando lo peor de mí, hace que me sienta humillada...y esa humillación, en parte, comienza a excitarme. Soy repugnante.

pokemon historias ramdonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora