-Eleonor- Aaron dio un paso hacia mí a la vez que yo retrocedí otro. Se le veía, triste. Con los ojos rojos y grandes ojeras. También se le apreciaba la barba de unos cuantos días.
-Te puedes ir de mi casa por favor.- Señalé la puerta mientras miraba el suelo.
-No, Eleonor. Otra vez no puedo. Yo lo he intentado, pero no he podido. Por más que quiero alejarme de tu vida todo me recuerda a ti y me esta matando no estar cerca.- Dijo realmente arrepentido.
-Ya- Solté una risa sarcástica y triste.- Sabes, lo pasé muy mal cuando llegue y te fuiste. *Y aun lo sigo pasando mal* Hiciste lo mismo que me hizo Frank, pero supongo que por motivos diferentes.
-Yo lo siento de verdad. Solo quería que fueras feliz con él, con Frank.
-¿Con Frank? ¿Aún no lo has entendido verdad? Yo no quiero a Frank. Me acerqué a él.
-Pero... Yo creía que sí, por eso me fui. Fank me dijo que te pediría ser su novia.
-Y lo ha hecho. Pero repito, no siento nada por Frank. Solo estoy enamorada de un chico que hizo que perdiera los papeles y destrozara toda su habitación como una loca. Porque él se fue y me dejó aquí, sola con una carta azul.
-¿En serio destrozaste el espejo?-Empezó a formarse una pequeña sonrisa divertida en su boca.
De todo lo que le digo se centra en eso.
-Si, ya no tienes espejo.- Dije avergonzada abrazándome a mí misma.- ¿Y por qué te fuiste y no esperaste a que volviera?
-¿No leíste la carta?- Se acercó a su habitación para corroborar que era cierto que ya no tenía espejo.- ¿Te hiciste daño?- Negué con la cabeza pero aun así me revisó completa.
-Más daño me habías hecho tú. No... No pude leer la carta. Además estas dos semanas he estado con Mase y Abril por lo que no he tenido oportunidad de leerla.
-Lo siento mucho. Ojalá algún día puedas perdonarme.- Se sentó en su cama y palmeó su lado para que yo hiciera lo mismo.
-Debería estar enfadada contigo, pero no puedo.
-Espera, lee la carta. Ahí te digo todo.- Empecé a leer y las lágrimas volvían a dificultar la lectura.- Te amo gatita. Y de verdad que nunca he sentido tanto algo. Prometo que no volveré a irme al no ser que tu me heches.
-¿Me lo prometes?- Dije limpiandome las lágrimas.
-Te lo prometo.- Besó mis lágrimas y posó sus labios en mi mejilla dulcemente. Antes de que se apartase le agarré la cara con las dos manos y acerqué mus labios a los suyos hasta que se unieron por primera vez en mucho tiempo.
-Yo también te amo.- Dije rozando sus labios.
-Te volveré a conquistar te lo prometo gatita.
☔☔☔
ESTÁS LEYENDO
¿Compartimos El Paraguas?
JugendliteraturQué pasaría si... Tu novio te deja el día de tu cumpleaños, encima se pone a llover y no llevas paraguas, vuelve tu ex-novio y necesitas compañero de piso porque tus padres se niegan a ayudarte para que vuelvas a casa con ellos. Y todo esto en menos...