°°Doce°°

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Pero el timbre me salvo la vida, bueno el pelo

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Pero el timbre me salvo la vida, bueno el pelo. Me levanté del suelo y los dos fuimos a abrir. ¿Quién sería?

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Al abrir la puerta me encontré a un Frank bastante desaliñado y con un olor rancio entre una mezcla de tabaco y alcohol. Aaron se despidió y se fue a duchar.

-Eh... Como veo que molesto me voy...- La voz de Frank era bastante firme, en cambio su forma de comportarse delató el par de copas que llevaba de más.

-¿Cuánto has tomado?

-No mucho...- Agachó su cabeza y metió sus manos el los bolsillos.

-Ven, entra- Solté un suspiro me aparté de la puerta para dejarle pasar.- Siéntate y espera a que me duche, ahora vendrá Aaron.- Lleva toda la semana sin hablarme y hoy aparece como si nada en mi casa y borracho.

-Aaron...- Golpeé la puerta del baño.- ¿Estás visible?

-Si, pasa.- La llave del grifo se cerró. Abrí la puerta y la cerré de golpe.

-N-no no estabas visible.- El calor empezó a subir por mis mejillas. Su risa resonó por todo el baño.- Cierra la cortina.

-Ahora si.

-Vale pero NO abras la cortina.

-Que no...- Entré y me senté en la tapa del váter.

-Ahora cuando salgas, ¿podrás cuidar a Frank? Es que está muy borracho y no se por...

-No hace falta que me des explicaciones. Claro que lo haré. ¿Me pasas la toalla?

-Eh... Si, gracias. Toma.- Sacó la mano por un lado de la cortina y le di la toalla. Se la ató a la cintura y salió.

Me empecé a desnudar y preparé mi toalla para luego. Cuando metí un pie dentro de la ducha, la puerta del baño se abrió.

-¡Ahhh!¡Aaron no sabes llamar!

-Perdón, perdón-Me giré para coger la cortina y cubrirme un poco. Le miré con una ceja alzada y se empezó a reír.

-¿Qué te hace tanta gracia?

-Tú- Intenté cubrirme más aunque fuera un poco difícil, me sentía intimidada.

-¿Puedes salir?- Un hilito de voz salió de mi garganta casi rogando que se fuera.

-Ah si, venía a por el reloj.- Cogió el reloj y lo movió de un lado a otro enseñando me lo y después salió del baño. Deje de estrujar la cortina y le puse el cerrojo a la puerta.

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-No podemos llevarlo a su casa así, su madre le matará...-Dije destrozando mi labio con nerviosismo.

-Y...¿ Si le dejamos en el sofá?-Mi vista se dirigió al grande sofá blanco con cojines grises del salón.

-Pero como manche el sofá... Puedo dormir yo aquí y el en mi cama.

-Que el duerma en tu cuarto y nosotros dos juntos en el mío.-Le miré dudosa. ¿Dormir con Aaron por segunda vez?- Te dolerá la espalda mañana, prometo no hacerte nada.-Cruzó los dedos y los puso en su corazón lo que me hizo reír soltando un poco de la tensión acumulada.

-¿Qué lado de la cama prefieres?-Le pregunté mientras él se quitaba la camiseta. Mi mirada se quedo clavada en sus marcados abdominales.

-El más cercano a la puerta.-Le miré con intriga.-En realidad me da igual, pero la última vez me dijiste que te gustaba dormir lo más lejos de la puerta posible. Toma, que no tienes pijama.- Me lanzó una camiseta azul que era de su antigua equipación de rugby que tenía por la parte dorsal su apellido y el número 22.

-Vaya que dije cosas... Gracias- me puse de espaldas a Aaron y me cambie rápidamente, una vez con la camiseta me quité los pantalones y el sujetador.

-Te queda muy bien, te la pienso regalar.- El calor subió a mis mejillas y me metí en mi lado de la cama. Estaba empezando a pensar que esto no sería buena idea. Aaron apagó la luz y sentí como su cuerpo se colocaba a mi lado buscando una posición cómoda.

Me giré y mi espalda chocó con el pecho de Aaron, miré finamente la pared como si fuese la cosa más interesante que había visto en mi vida y me puse a pensar. Pensé en como sería mi vida si todo siguiese igual, exactamente igual que hace menos de dos semanas...

Ahora las cosas no podrían ser como antes, todo había cambiado, yo había cambiado.

Tenía miedo,si, pero a la vez estaba eufórica, hacía mucho tiempo que no me sentía tan viva y con ganas de aprovechar el presente sin pensar en el futuro, pero todo había cambiado mucho en muy poco tiempo y eso era lo que me asustaba. Yo nunca antes hubiese confiado en un desconocido tan rápido, era muy cerrada, pero al segundo día después de conocer a Aaron ya estaba viviendo en mi casa. Y pondría una mano en el fuego por el si hiciese falta. Por otra parte está Frank, mi pasado. Que me ha hecho volver a sentir cosas que no debería, porque él me hizo daño y me costo mucho volver a poder salir con otro chico.

No me di cuenta en que momento me dejé caer en los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente un rayo de sol interrumpió mi dulce sueño. Aaron tenía una almohada en la cara por lo que la luz le no despertó, nuestras pierna estaban entrelazadas y mis pequeñas manos rodeaban su cuerpo como su se tratase de un gran oso de peluche.

-Aaron...-Le quité la almohada de la cabeza y le golpeé con ella.- Despierta, bella durmiente- Susurré contra su oreja y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Abrió un ojo y me miró con una sonrisa.

-Buenos días gatita...

-¿Gatita?- Pregunté divertida.

-Todos te llaman leona pero en realidad eres demasiado tierna.- Llevó su mano hasta su nuca doblando completamente el brazo.

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-ADELANTO-

-Ehh... ¡AARON!¡VEN AQUÍ!- Miré mi cuarto espantada, no estaba, Frank había desaparecido. Vete a saber que le podía a ver ocurrido.

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Me siento fatal en serio, pero bueno ya he subido capítulo. Como era un poco corto también tenéis un adelanto del siguiente que espero subirlo a tiempo.

Pd: Muchas gracias por vuestros comentarios y me gusta. De verdad que me motiva mucho a seguir escribiendo.

Tener buena semana. Chao❤❤

-Cocoforevah22_ <3

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-Cocoforevah22_ <3

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