十二

379 67 81
                                    

Heme aquí.

Esperando al pelirosa por segunda ocasión, deseando que no me dejara plantado como había ocurrido recientemente. Ni siquiera sé por qué respondí a su mensaje, es decir, creí estar seguro de lo que quería, que debía dejarlo ir y seguir con mi vida, como si nada hubiera pasado entre los dos. Pero no... Como soy demasiado impulsivo y estúpido para tomar una decisión madura y seria, tenía que reajustarme a lo que el niño quería.

Es decir, a Josh. No es un niño, en realidad es un chico muy amable y tiene una personalidad tan única que si todas las personas del mundo tuvieran un brillo en especial por su forma de ser, Josh sería el que más brillaría.

Diablos, no de nuevo con esos pensamientos absurdos y extremadamente cursis hacia su persona. Cerré los ojos y respiré profundo para intentar relajarme. Los abrí nuevamente y miré hacia el gran reloj de aquel edifico junto a la estación. Faltaban unos pocos minutos para que dieran las 5 y comencé a sentir los nervios por todo mi cuerpo.

Nervios por volverlo a ver, y nervios por no verlo de nuevo.





Bien, ya eran las 5. Una multitud de gente venía caminando hacia mi derecha, probablamente con la intención de esperar el mismo tren que yo. Me paré de puntas para poder mirar mejor y presté suma atención al cabello de aquellas personas que venían en conjunto. Esperaba encontrar con ansias aquel cabello teñido de rosa claro.

Seguí observando, aún sin poder encontrar a Josh y mejor esperé a que la gente terminara de llegar, quizás así podría ubicarlo mejor. Estaba tan distraído mirando hacia la multitud que a penas sentí la respiración caliente que chocaba contra mi oreja. Me di vuelta por el escalofrío que me causó y, al voltearme, casi doy un brinco al ver aquella desagradable persona que me había hinchado las pelotas en los últimos días.

— ¿Y tú qué demonios quieres? — exclamé enojado, viendo como el chico de frente amplia se reía ante mi reacción.

— ¿Buscas a Josh?

— No te importa. — respondí desviando mi mirada hacia el tren que recién llegaba.

— Josh no es tan fácil como crees, no a cualquiera le abre las piernas. Créeme que lo intenté por un año y mira dónde estoy.

Intenté no soltarle un golpe en la cara al escuchar semejante idiotez. ¿Pero con qué derecho o con cuál facilidad se atrevía a decir una cosa como esa? Lo miré nuevamente, ahora frunciendo el ceño y apretando fuertemente los dientes que casi podía oírlos rechinar del coraje.

— ¿Crees que solo lo busco para pasar una noche con él? Estas equivocado, y Josh es una persona maravillosa. Tú solo eres un chico más, frustrado por no haber conseguido lo que quería. — Brandon o como se llame, apretó los puños y me miró desafiante.

— ¿Y qué me dices de ti? ¿Acaso no te sientes frustrado por haber sido rechazado? Patético. No te sorprendas si no lo viste por unos días. Yo igual me hubiera desaparecido si tuviera a una persona tan insiste como tú detrás de mí.

Por una mierda, este chico sabía completamente todo lo que pasaba entre el pelirosa y yo. Si ya estaba enojado por cómo se había expresado de Josh ahora estaba aún más enojado, sobretodo porque sus palabras tenían cierta verdad, y a quien no le molesta que le digan sus verdades.

— Tal vez me porté insistente al inicio, pero el mensaje me quedó claro. Ya lo superé. — cuanta falsedad había en lo que acababa de decir. — somos amigos y es todo, tú también deberías superarlo y dejarlo en paz. Si una vez te amó ese sentimiento ya no existe más.

El chico se rió descaradamente y en eso, el sonido de un tren captó mi atención y volteé a ver hacia otra dirección. Mi vista se encontró nuevamente con el gran reloj y marcaba las 5 con quince minutos. ¿Dónde estaba Josh? Volteé nuevamente hacia el chico de frente amplia y ya no estaba, como si su presencia se hubiera evaporado como un fantasma. Que chico tan extraño.

Lovers in Japan ~Tysh~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora