Horrible, horrible, horrible. Aún más horrible. Con este me veo como un señor.
Probé de todo. Toda la ropa que había traído conmigo a Tokyo, incluso me probé las prendas que había adquirido en una de las tiendas del centro. Con nada estaba satisfecho, nunca me había cambiado de atuendo tantas veces.
La ansiedad era real. Sentía la preocupación carcomerme hasta los huesos. Claro que no era la primera vez que conocía a los padres de mi pareja, pero por alguna extraña razón, nunca les caía bien. Siempre me esforzaba por agradarles y todos esos esfuerzos eran en vano.
Un momento. ¿Acaso me referí a Josh como mi pareja? Digo, habíamos estado pasando más tiempo juntos en los últimos días y también nos habíamos besado en varias ocasiones. Sin embargo, Josh era muy inestable a veces y así como un día me puede querer, al otro no será lo mismo.
Mejor dejaré que él hable y así le sigo la corriente dependiendo de cuál sea su respuesta. O la de sus padres.
Finalmente me decidí por un atuendo que se me viera bien y que fuera ideal para la ocasión. Quizás estaba exagerando un poco, pero los nervios me eran inevitables.
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(Así de zuculento se ve el boiler 7u7)
Josh me dijo que lo viera junto al parque de bonsais que está a unas cuantas calles de mi edificio. De ahí, nos iríamos hasta su casa. Quedamos a las 5 pero a las 4:30 ya me encontraba en una de las bancas del parque, esperando a que llegara. No iba arriesgarme a que me atrasara y quedara mal antes de que me vieran.
Miraba a mi alrededor. Varias personas caminaban por ahí, en grupo, solas o con alguien más. Vi también a algunos vendedores llegar y establecer sus pequeños carritos de comida. Desconozco lo que venden, pero de solo olerlo me abrió el apetito.
Iba sumido en mis pensamientos, desde aquel olor apetecible hasta las personas que seguían llegando y caminando de un lado para otro. No me di cuenta cuando alguien se sentó a mi lado, haciendo que la banca de madera crujiera un poco.
— ¿Otra vez aquí? — exclamé furioso al ver que el odioso ex novio de Josh estaba a mi lado.
— ¿Cómo te va? — preguntó fingiendo amabilidad.
— Me iba bien, hasta que llegaste.
— Vamos Ty, no te amargues. — me desagradó la manera de llamarme así y la ligera sacudida que le dio a mis hombros. — no puedes llegar con una pésima actitud ante los padres de Josh ¿o si?
Puse una expresión de sorpresa en el rostro y lo miré con los ojos bien abiertos. ¿Cómo es que este sujeto sabía de cada uno de mis movimientos? Resultaba ser bastante aterrador y extraño.
— ¿En serio no te cansas?
— Me causa diversión molestarte.
— Bien, sigue haciéndolo. No me interesa. — hice una pausa para mirarlo directamente a los ojos. — prefiero que te metas conmigo, no con Josh.
