Capítulo 26

174 20 4
                                    

COMO SI EL mundo a su alrededor supiera qué clase de peligro acecha, el bosque se queda silencioso e incluso las estrellas parecen brillar menos. Evelyn involuntariamente se estremece, agarrándose a las riendas de su caballo tan fuerte que le duelen los dedos. Talon es indiferente al cambio, está inevitablemente acostumbrado si ha sido un "prisionero" como dice. Él no confía en él tanto como para hablarle, pero entonces otra vez, él puede ser su única oportunidad de volver sana y salva si las cosas van mal.

Lo cual, como ha sido comprobado múltiples veces anteriores, las cosas siempre van mal.

Ella intenta mantener los nervios a raya, pero no puede evitar que la ansiedad se revuelva en su estómago. Casi siente náuseas por ella. Odia cómo mira de reojo a Talon, como si esperara alguna palabra de consuelo o alguna señal de paz al ver lo calmado que está. Se regaña a sí misma y mira al frente, esperando a que algún vil castillo aparezca. Sabe que eso es una tontería, pero no puede quitarse el sentimiento de que está entrando en territorio enemigo.

Probablemente porque es lo que está haciendo. La única diferencia es que esto es la vida real, no un cuento, y en la vida real no siempre ganan los buenos.

Así que ahí está.

Se queda boquiabierta y siente que quiere pegarse a sí misma. Necesita mantener la compostura si planea estar alerta y preparada.

"A las puertas," dice Talon en el misterioso silencio, asustándola, "habrá dos centinelas preparados para quitarte las armas antes de llevarte al salón principal."

Él la mira como si sintiera que está a punto de quejarse y prosigue.

"Te sugiero que te las pongas donde no puedan sentirlas."

Evelyn alza las cejas, de alguna forma molesta por no haber pensado en eso antes. Sin embargo, ya que la daga no está envainada, no puede metérserla debajo de los pantalones. Así que se la pone entre los pechos, encajada en los alambres de su sujetador. Baja la vista para asegurarse de que no se nota a través de la camiseta. Si se mueve, se clava la punta en el estómago. Se recuerda mantenerse lo más erguida posible.

"¿Estás seguro de que no me registrarán?" pregunta dudosa.

"No es convencional ponerse un objeto afilado bajo una camiseta, ¿no crees?" La mira de nuevo, "Creo que la mayoría daría sus armas en vez de arriesgarse a cortarse ellos mismos."

Ella se encoge de hombres. Es lógico.

"Sólo te voy a advertir," dice ella. "Si uno de ellos me lanza una sola mirada, les dejaré con la nariz rota."

Talon se mofa, pero ella no puede saber si es de risa o si se está burlando de ella.

Entonces, pronto, un edificio aparece en su vista, pero no es un oscuro y siniestro castillo con luces apropiadas como ella había esperado. Honestamente, cree que sería mejor que este edificio de oficinas simple. Al menos un castillo con torretas y truenos constantes le daría mucho más misterio y le haría saber lo que le espera.

Y ayudaría si se sintiera como en un cuento de hadas, porque entonces tendría la esperanza de poder ganar.

La realidad es demasiado impredecible para esperanzas tan infantiles.

"Sé que no te va a reconfortar," susurra Talon cuando los centinelas les prestan atención, "pero no estaré muy lejos."

Él tiene razón. No le reconforta, pero al menos lo está intentando, supone. Ella no cree que pueda mirarle a la cara, o tener siquiera una conversación decente con él sobre la ira que siente con su mera presencia. No importa cuántos meses hayan  pasado, las muertes de sus padres todavía son heridas abiertas. Siente más rabia al verle y saber que la sangre de su madre manchó sus labios una vez.

The Uprising (Book #3 - The Inception Trilogy) // EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora