[TodoBaku] Paladines

Fenix

Habia sido dificil, mas de lo que hubiera podido imaginar antes. El revelar a otra persona sus pensamientos, decir en voz alta sus inquietudes pero por sobre todo sus temores le habia hecho sentir pequeño. Jamas en su vida necesito de palabras de aliento, su confianza era grande al igual que su autoestima y su egocentrismo, por lo que nunca necesito de alguna palabra piadosa para crecer pues en su mente la meta era clara. Pero ahora era diferente, estaba pisando un terreno que nunca habia imaginado antes, con la persona que menos se lo esperaba, aun asi, se mantuvo firme, ignorando el calor de sus mejillas al relatar todo lo que pasaba por su mente y que estremecia su corazon.

Y la sonrisa que le habia regalado Midoriya tras terminar de contarle todo lo vivido en esos tres dias, le habia hecho sentir ancioso por una respuesta.

Dificil, angustiante, inquietante tantos terminos que podia usar para describir como se habia sentido en el segundo exacto cuando pronuncio aquellas palabras que el mismo habia catalogado como sobrevaloradas; Estoy enamorado.

El solo recuerdo le producia una sensacion de inquietud enorme, sintiendo su pecho cosquillear.

Confeso a Midoriya todo, desde los inicios de su descontrol de Quirk hasta de la platica y consejos que habia resivido por parte de los profesores. Por supuesto, a pesar de la situacion no dejo de lado el incluir la amenaza contundente de que si el peliverde llegaba a mencionar algo de aquello con otra persona el mismo lo convertiria en un carbon. Bakugou sabia que el otro no diria nada, sabia del gran aprecio que Midoriya le tenia, de lo correcto que era, y que a pesar de todo los malos tratos, aun guardaba con cariño sus viejas aventuras de infancias donde pretendian ser heroes de justicia, por eso, cuando el peliverde le sonrio de una manera tan radiante no pudo hacer mas que sonrojarse ya que sabia que aquella mueca reflejaba la emocion, la felicidad que sentia el propio Midoriya al saber que le habia confiado algo tan importante como el descubrimiento de sus sentimientos. El peliverde le habia aconsejado un poco sobre como abordar el tema con el bicolor, pues el plan de "Solo decirlo" era una mala opcion si tomaba en cuenta de que Todoroki era alguien bastante torpe en cuanto a relaciones personales, aunque claro, Midoriya no podia darle mucho mas credito a Bakugou en ese sentido.

- Maldito Deku- Murmurro el rubio, frunciendo ligeramente el ceño al recordar las palabras del peliverde antes de separarse horas atras- "Deben ir con calma, Kacchan. Todoroki-kun es alguien bastante desconfiado con los temas que se relaciones con los sentimientos de otros hacia el, y bueno, tu no eres alguien precisamente sutil o paciente para tratar estos asuntos"- Aquella declaracion le habia valido a Midoriya un fuerte golpe en el brazo, pero ninguna palabra habia sido dicha, dandole a entender al peliverde que habia acertado en su comentario.

Pero cuando creia alfin tener las riendas de la situacion, de tener un plan de como proceder, en solo unos segundos todo se habia desplomado.

Bakugou dejo escapar un suspiro, mientras sus pasos se detenian frente a la puerta que correspondia a la habitaconde Todoroki.

Chaqueo la lengua, recordando como al terminar de recolectar las bebidas para todos sus compañeros, se habian encontrado con estos en los pasillos cercanos a la consulta de Recovery Girl, habia sido Midoriya quien extrañado les habia cuestionado el porque habian salido de la habitacio donde estaba el bicolor y fue donde Lida les habia comentado que el propio Todoroki les habia comentado el sentirse mal por lo que habian decidido dejarle descansar. Bakugou habia estado escuchando atento, extrañado dejo las bebidas con Ojiro y haciendo caso omiso a los llamados de Uraraka para detenerlo, habia entrado a la enfermeria encontrandose la camilla donde antes estaba el bicolor vacia.

Una sensacion de opresion se instalo en su pecho, al recordar el paisaje desolado frente a el ¿Donde se habia metido?

Entro a la habitacion que compartia con Todoroki, encontrando todo en penunbras, sin rastros de la presencia del bicolor. Guio sus pasos hasta dejarse caer de manera brusca sobre la cama, mientras se quitaba torpemente sus zapatos dejandolos caer en cualquier lugar.