🕇Nadie toca a mi bebé🕇 (Jikook)

Mi pequeño Killer Bunnie

No entiendo lo que pasa. En un minuto estoy sentado en mi cama viendo la tele y al otro tengo a mi bebe en brazos llorando y pidiéndome perdón. No se qué hacer, le digo cosas para calmarlo pero no sirven de nada. Le siento cada ves mas nervioso y su llanto no cesa. Me temo que algo malo le haya pasado y si es así no dudare en actuar.

-Bebe por favor cálmate. Dime que te pasa.- Casi le estoy rogando pues ya me estoy desesperando. Necesito saber que es lo que tiene así.

-Perdóname hyung. Por favor no me odies.- Le escucho decir de nuevo. Realmente no quiero poner a mi mente a volar pues se muy bien que las cosas que pasaran por ella no serán agradables.

-Kookie yo nunca te odiaría.- Lo aparto un poco para poder verle el rostro aunque este se niegue.

-Si lo harás. Yo sé que sí. Lo que hice... Por lo que hice.... Perdón... Yo no quería.- Vuelve a refugiarse en mi pecho y me abraza demostrando miedo a que yo me aleje. Nunca lo haría, el es lo mas importante que tengo y nunca le abandonaría. Aunque no me diga nada veo como sufre y trata de ocultarlo. Lo se desde la primera ves que lo vi, me corrijo, lo sabemos desde que lo vimos.

-Nada de lo que hagas me hará odiarte. Tu eres un niño bueno y los niños buenos no hacen cosas malas ¿Verdad?- Mi vos es suave. Deseo tranquilizarlo para que pueda contarme que paso.

-¿No lo harás? ¿No me dejaras? ¿No me odiaran?- Sin soltarme levanta un poco su rostro dejándome ver esos ojos rojos de tanto llorar. Ojos que reflejan una angustia a algo que lleva repitiéndome desde que toco mi puerta. Sus mejillas están húmedas por las lágrimas derramadas y aun su cuerpo tiembla como si estuviera sufriendo de hipotermia.

-No, no lo haremos. Eres lo mas importante para nosotros y nunca te dejaremos.- Deposito un beso en su frente y le miro para que vea la sinceridad de mis palabras reflejada en mis ojos. Yo se que lo hace pues es al único que muestro ese lado dulce que por desgracia poseo.

Lo sigo abrazando y noto que se calma de a poco. El tiempo que tenemos en esta posición no lo se, pero es seguro que son unas 2 horas.

Lo meso como a un bebe y le tarareo su canción favorita, le gusta que le cante o tararee alguna canción. No se duerme pero si calma su temblor corporal y las lágrimas ya no salen. Me mira.

Las palabras que me dice me llenan de un sentimiento muy fácil de nombrar: Alegría.

[***]

Cuando iba en la escuela elemental un día vi a un de pelo castaño caminar con su madre al jardín. Estábamos en el mismo edificio, pero yo solo lo vi en aquella ocasión.

Mis hyungs y yo lo estuvimos buscando pero no lo encontramos. Era muy extraño pues se supone debería estar en el lugar y no estaba por ningún lado. Incluso lo buscamos por el parque al que siempre íbamos a jugar y nada. Después de unos días decidimos dejar de hacerlo. Yo aun quería encontrarlo porque me pareció un niño muy lindo y seguro podríamos jugar mucho y divertirnos con mis juguetes.

Un fin de semana, no recuerdo que día, mi mami me dijo que tendríamos visitas, que me portara bien. Yo le respondí que sí, pero que recordara que vendrían mis hyungs a jugar. Le pareció perfecto ya que dijo que su amiga tenía un hijo y podría jugar con nosotros.

Ellos llegaron y nos fuimos a jugar al jardín. Luego de un rato mi madre nos llamó y pudimos ver a unos señores y justo en medio de ellos el niño que había visto en el jardín de niños. Cuando lo vi me alegre pues le veía de frente y también porque le había encontrado.

Ellos se presentaron y nosotros también. Cuando mi mami dijo que podíamos ir a jugar la señora sonrió y dijo que su hijo podía jugar con nosotros, pero el señor dijo que no. Vi como el niño volvía su mirada al suelo justo como lo había encontrado cuando nos llamaron. Me enoje con ese señor y apreté mis manitos en puños con mucho enojo. Ese tonto viejo. La mujer volvió a decir que si y el niño se puso feliz al igual que nosotros.

Nos divertimos mucho jugando. Reíamos y corríamos de aquí para allá. Pasamos un día muy lindo y mis hyungs y yo decidimos que seriamos amigos de aquel niño. El se puso muy feliz, lose porque se puso a llorar y nos dio las gracias. Al principio pensé que era raro y no le tome importancia. Todos lo rodeamos en un abrazo de oso. Cuando vi que se marchaba pude notar que ese brillo que había visto cuando jugaba con el se fue y solo estaba el miedo ¿Por qué tenía miedo?

Al pasar el tiempo lo entendí, lo entendimos. No podíamos decir nada porque él debía pedirnos ayuda, él debía ser quien hablara con nosotros, el tenía que contarnos lo que le sucedía.

Pero nunca lo hiso.

[***]

Cada día era un martirio para nosotros. Verlo tan destrozado, tan apagado nos partía el alma. Cada noche que nos reuníamos y él no estaba ideábamos planes para poder poner fin a su sufrimiento. Cada uno era mas placentero que el otro y siempre poníamos fechas para llevarlo a cabo y luego venia el con su hermosa sonrisa de conejo y nos decía que nos amaba y éramos lo mas importante para él. Que no sabría que hacer sin nosotros y desistíamos por el hecho de que si nos atrapaban ya no estaríamos cerca de él. Ya no lo veríamos y no podríamos protegerlo.

Hoy por fin ya todo termino. Hoy ya no habrá mas sufrimiento para mi bebe. Hoy es libre y nosotros nos encargaremos de que todo quede limpio.

-¡Oh bebe! No tengas miedo. Yo nunca te dejare. Te ayudaremos en esto. Tranquilo y por ahora duerme. Duerme mi pequeño Killer bunnie.-

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