Debo comunicarme

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¿Estoy en un sueño?

No.

Estoy asustado, triste y solo. No puedo creer que ella me esté haciendo esto. Ella, mi madre. Me ha traicionado de la peor forma. Pensé que de verdad quería lo mejor para mí, pero no es así. Todo esto que ha hecho me demuestra que ella no es de confiar, no se preocupa por mí y sólo quiere hacerle daño a quienes sí han luchado por mi bienestar.

¿Lo peor de todo?

No puedo odiarla.

-"Mierda."

No puedo hacerlo simplemente porque antes no era así. No sé qué pasó o cuándo cambió, pero ahora me siento que no le conozco ¿Debí dejar que Jimin hiciera lo que quería hacer?

No.

Me hubiera sentido la peor persona del mundo en ese momento. Tal vez si se hubiera comportado cómo ahora lo hace, no me hubiese negado a nada. Pero ya es tarde para remordimientos y el "debí decir que sí." Ahora debo afrontar esto de la mejor forma y buscar una salida. No me puedo dar el lujo de llorar ahora ni aquí.

Necesito un abrazo. Necesito estar entre sus brazos ¿Qué hacer? ¿Cómo poder comunicarme con él?

Quiero pensar una salida pero me siento tan ofuscado que no logro centrarme. Me estoy desesperando y sé que no es bueno que eso pase. Tengo miedo de quedarme aquí el resto de mi vida. Realmente no lo soportaría, prefiero morirme a seguir metido en esta cárcel con aquella mujer desalmada. Esa maldita bruja que los años no son suficientes para traerle la muerte. Vieja asquerosa y repulsiva. Un ser tan mezquino. No puedo entender como mi madre puede confiar en ella, confiarle mi integridad a ella que sólo quiere verme muerto en lugar de su hijo. Mi madre es estúpida e ingenua. Ya veo por qué se casó con aquel hombre. Ella es, o era, fácil de manipular.

-"Tengo que salir de aquí como sea. Debo hacerle saber a ellos donde estoy. Los necesito."-

Mis ojos están llenándose de lágrimas pero no las dejaré salir. No ahora. Tengo que ser fuerte y demostrarle a esa señora que no me afecta nada de los malos tratos que me da. Sus palabras llenas de odio y sus miradas cargadas de desprecio y asco. Esa mujer no significa nada en mi vida y por ende no dejaré que influya en la misma. Ya no soy aquel niño que temía cada vez que le decían que iríamos a casa de la abuela. Eso fue hace años, ya soy grande, fuerte, puedo devolverle todo lo que me ha hecho... Y eso haré.

Cuándo se supo la noticia del "suicidio" de mi padre; mi madre, después de ir a recogerme a la casa de hyung; me llevó a nuestra casa y me dijo que debía tomar algunas mudas de ropa, que debido a lo ocurrido debíamos salir por unos días de ese lugar. Que ella no estaba de ánimos para seguir ahí, no por el momento. Y le creí, como un idiota confié en ella. Que estúpido fui.

Cuándo estábamos en el auto me quedé dormido, si no lo hubiera hecho estoy seguro de que no estaría aquí, y al despertar me di cuenta de donde estábamos.

El peor lugar del mundo.

Miré a mi madre y ella sólo me dijo que bajara. Nos acercamos, tocó la puerta y aquella vieja abrió de inmediato. Nos dio una mirada de asco y luego se hizo a un lado para que pudiéramos pasar. Lo primero que hizo al entrar fue culpar a mi madre de todo lo ocurrido. Culparla de haber provocado aquel casamiento. Ella sólo se limitó a mirarla y luego decir: "Sólo le pido que esté con Kookie por unos días. Cuando todo se resuelva vendré por él."-

¡No lo podía creer!

La miré con gran sorpresa y rogando internamente que fuera una broma o yo haya escuchado mal, pero no, sí escuche bien y todo iba en serio. Lo confirmé al verla salir de esta casa sin mí. Ahí comenzó mi martirio, mi tormento.

Esta vieja se ha aprovechado de que no hay quien me defienda, quien vigile sus actos. A todos en este barrio los tiene engañados, creen que es la mujer más buena y generosa. Una señora de bien cuando es una maldita perra.

Tengo que avisarles donde estoy, deben saber que no estoy bien. Sólo tengo esta oportunidad para hacerlo, después no habrá más nada.

No debo desperdiciar ni un minuto más aquí.

Tomo unas cuantas monedas y me apresuró hacia la puerta principal, la abro con cuidado y salgo tomando precaución, no quiero que nadie me note al salir y camino hasta una cabina cercana. Doy tantas gracias de saber el número de mi hyung de memoria pues mi madre me quitó el celular.

En mis pensamientos estaba la idea de que mi madre lo tenía planeado, pero le medio descarto pues ella no sabía que mi padre moriría. Si hubiera sido así pues no cabía duda, pero todos pensaban que él se había tomado el ácido por error debido al nivel de alcohol en su cuerpo. Aunque tal vez su madre no se la haya creído. Pero es que ella nunca demostró nada, ni una sola vez les rechazo o miró de forma despectiva.

Que ilusos fuimos. Me duele admitir que hasta yo me dejé engañar por ella. Pero esto no se lo voy a perdonar. Nunca lo olvidaré. No haré nada en su contra por que a pesar de todo no puedo lastimarla, no tengo el corazón para hacerlo. Pero no quiero volver a verla. No quiero saber nada de ella.

Solo espero que esto funcione y por fin poder escuchar aquella voz tan hermosa que me calma.

Entro en aquella cabina que sólo está a unas cuadras de aquella casa. Caminé lo más rápido que pude, ocultando parte de mi cabeza con la capucha de mi abrigo.

Pongo las monedas y marco el número de mi salvación, o eso espero. Él no suele contestar a números desconocidos. Uno, dos, tres y no contestaba. Me iba a rendir, pero...

-¿Hola?- Era él, era su hermosa voz.

-¿Hyung? ¡Hyung, sácame de aquí!- Logré formular con desesperación.

-¿Bebé? ¿Dónde estás mi niño?- Se escuchaba preocupado y podía notar que hablaba en tono bajo.

-Por favor ayúdame, Jimin.- Y lloré.

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🕇Nadie toca a mi bebé🕇 (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora