Ven ya

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¿Cuánto llevo aquí metido? No lo sé, pero lo siento como si fueran semanas. Unas largas y agobiantes semanas. Tengo los brazos y las piernas entumecidas por no haberlas movido de la posición en las que han estado desde que estoy aquí. El hambre que cargo es inmensa, juro que me comería un mamut y aun podría tragar más. Mis ojos me arden, los siento tan pesados pero no puedo dormir. Aunque lo cierre sigo consiente de mi entorno, prefiero mantenerlos abiertos. Así ella sabe que estoy al pendiente de todo lo que hace y dice, que si en algún momento llego a salir de aquí le ira muy mal.

Todavía me pregunto cómo es que acabe así, metido en este asqueroso sótano, amarrado a esta silla. Sólo comiendo pan y agua una sola vez al día. No debí bajar mi guardia, me confié demasiado al poder comunicarme con mi hyung. Fui estúpido y ahora mira por lo que estoy pasando. Si ellos no vienen prontom no sé si pueda aguantar más. No me veo capaz de seguir sufriendo esta tortura.

Todo me había salido a pedir de boca, o eso pensé yo. La llamada entró y pude escuchar aquella hermosa voz que dio una tranquilidad y seguridad como sólo ella podía ofrecerme. Sentí que todo iba a estar bien. Cuando me preguntó dónde estaba y le dije, juro que pude escuchar su voz endurecerse, sé que él no soporta a mi abuela y menos después de lo que me hizo cuando era niño. Mal por ella que Jimin estuviera ahí en ese momento. Fue como recibir agua en medio del desierto, así me sentí al escucharle y saber que estaba preocupada por mí. Y no sólo el, s+p que también los demás lo están. Sé que ellos me quieren como yo los quiero a ellos y solo a ellos.

Quise que aquella llamada durara una eternidad o poder traspasarme mediante aquel aparato donde ellos estaban, no quiero estar aquí. Este lugar es un martirio que me cuesta soportar. Sabía que aquel deseo no podía ser realizado, pues esta vieja se podría dar cuenta de que me escapé y ahí sí estaría yo en peores condiciones, sin posibilidad de ver el sol algún día. Aunque eso es lo que está pasando ahora y quizás algo peor si ellos no vienen por mí rápido.

Cuando escuche el tono de finalizada la llamada me sentí morir, caí en la cruel realidad de que debo soportar un poco más. Sé que ellos me han estado buscando. También que tienen problemas con un policía a causa de la muerte de mi padre, los tiene como sospechosos, por eso están atados de manos y pies para poder venir en mi rescate. Lo sé porque escuché a mi abuela hablar con alguien, no sé quién, tal vez mi madre. El punto es que ella hablaba tan alegre, disfrutando del sufrimiento que padecían mis hyungs. Podía sentir lo gozosa que se sentía por la desdicha causada a quienes en verdad les importo. Qué asco de persona, si tan sólo no hubiera sido tan estúpido juro que ahora mismo ella estaría comiendo légamo hasta que se asfixiara, pero fui descuidado y ahora sólo queda esperar.

Al reaccionar, salí corriendo rumbo a este lugar infernal, rogando por que la anciana no haya despertado y evitar cualquier cruce con ella. Lo que menos deseaba era tener que verle la cara, al menos por aquella ocasión. Me sentía tan deprimido, abandonado. Ahora sé realmente lo importantes que son los chicos para mí. Si tenía esa certeza ahora estoy más que convencido. Cuando llegué por fin entre sigilosamente y para mi suerte ella aún seguía dormida. Subí las escaleras y me encerré en aquel apestoso cuarto que la vieja esa me había proporcionado, hubiera preferido dormir fuera en la calle. Ese espacio y toda esa casa, me causaba repulsión. Es un lugar tan... Cómo decirlo... Sólo imagínense un espacio reducido con miles de ratas o cuerpos humanos muertos y en descomposición, súmenle a eso que el lugar estuviera cerrado, sin ninguna abertura o posibilidad de que algo salga de ahí. Sí, justo así apesta esta casa. Peor que un vertedero.

Entré ahí y me tumbé en esa cosa que supuestamente es una cama, menuda mierda. Opté por tirarme al suelo era mejor que aquello. No sé cuándo ni cómo pero me quedé dormido, quizás fue por mi agotamiento mental o que realmente estaba cansado pero me dormí. Me sobresalté al sentir como alguien me tomaba y me cargaba como si fuera un saco de papas. Intenté moverme pero fue inútil, mi muñecas estaban atadas y mi boca sellada con cinta. Cuando me vine a percatar de todo ya estaba sentado en esta silla, amarrado frente a la vieja y un tipo que había visto fugazmente rondar por este cuchitril. Lo que más me alarmó fue aquella conversación tan... Asquerosa.

-¿Cuándo me podré quedar con él?- Aquel tipo me miró con aquellos ojos llenos de deseo. Mi cuerpo reaccionó ante ello de forma inmediata. Asco y miedo transitaba mi sistema nervioso.

-Tranquilo. Ya no falta mucho, sólo debes esperar que esa estúpida venga a buscarlo y yo la convenza de que se escapó. Es tan retrasada que se lo creerá y ahí podrás hacer con esta basura lo que quieras.- Sus palabras no me afectaban, tampoco el tono de su voz. Realmente toda ella lo que me causaba y aun lo hace, es odio puro.

-Espero que no sea mucho el tiempo de espera. Ya tengo muchas cosas planeadas para él.- Posó sus manos en mi muslo izquierdo, acariciando allí por unos tortuosos y eternos minutos.

-No, de hecho ella vendrá en estos días. Ya verás como todos salimos ganando.- Una risa digna de una bruja fue lo que escuché.

-Bien, bien. Entonces esperaré, pero si tardas...-

-No te atrevas a amenazarme, imbécil. Sabes muy bien quién soy y lo que puedo hacer.- Su voz sonó dura y medio atemorizante. Antes me daba miedo escucharla, ahora sólo me provoca unas ganas de arrancarle la lengua.

Después de aquello ambos salieron del lugar, dejándome justo como estoy ahora. Lo prefiero así porque si llego a ver a ese tipo y que me vuelva a mirar así, vomitaré.

"Jimin, ven ya"

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🕇Nadie toca a mi bebé🕇 (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora