🕇Nadie toca a mi bebé🕇 (Jikook)

No lo esperaba

Habían pasado dos días. Dos malditos y desesperantes días en los que por más que pensáramos no podíamos encontrar una forma de llegar donde estaba Jungkook. La calma que intentamos tener se nos estaba yendo y, por mucho que nos pesara, lo único que se nos ocurría y veíamos factible era hablar directamente con Soon. Cosa que estábamos evitando. Sabíamos de sobra que eso sería tiempo perdido pues ella no nos diría nada. Por algo lo había enviado a ese lugar infernal.

Mientras caminaba con dirección a la universidad pensaba en las miles de excusas que yo pude darle aquella noche cuando se lo llevó, pero eso ya no era relevante. No tenía sentido seguir pensando en ello. Debía centrarme en sacarlo de ahí y hacer pagar cualquier daño que le hayan causado, y la primera sería esa vieja. La tenía en mi lista desde la primera vez que la conocí. Aquella vez fue pura casualidad el que yo haya ido ahí, incluso Kookie se sorprendió. Obvio su padre no estuvo de acuerdo y en todo el camino pude verle mirarme con desprecio.

"Por suerte ya se murió. Una escoria menos."

Ese día nunca lo olvidaré. Jamás borraró de mi memoria los ojitos acuosos de mi bebé. Como se aguantaba las ganas de llorar para no causar molestia. Como aquella anciana le trataba, le miraba, le sonreía.

"Asquerosa."

Aquella vez esa anciana conoció al verdadero Jimin. Vio que mi niño no estaba solo, le advertí que no se acercara a él o no viviría para contarlo, pero tal parece que lo olvidó.

"Debí visitarla más seguido."

Recordar aquello hizo que mi sangre hirviera y comencé a caminar más rápido. Tan distraído estaba que no me percaté de alguien enfrente de mí y choqué.

-¿Por qué tanta prisa muchacho?- Aquella voz.

"¡Maldición! ¿Ahora qué?"

-Voy tarde.- Mentí.

--Ya veo... Pero según sé, tú no tienes clases hasta dentro de una hora.- Su mirada me escudriñaba con cautela. Me analizaba en silencio, buscando algo que yo no le mostraría.

-No voy a mis clases.- Le digo con calma. Paso mi peso de una pierna a otra mientras me acomodo la correa de mi mochila y prosigo. –Me tengo que reunir con unos compañeros.- Le digo la verdad a medias. No era justo ahora aquella reunión.

-Oh.- Suelta y puedo notar que se tensa. Se lo que está buscando.

-Si me disculpa...- Hago una pequeña reverencia e intento seguir mi camino pero una mano en mi brazo me lo impide. Evito soltar un bufido.

-La señora Jeon me dijo algo sobre ti. Creo que está muy equivocada con su opinión.- Me suelta y se gira para caminar hacia un auto, seguro de su propiedad. No entendí aquello. Mi confusión de seguro se podía notar.

Sacudí mi cabeza, no tenía tiempo para perder en ese tipo. Traté de retomar mi caminata, pero parece que hoy es el día de encontrarme personas no gratas a mi vista.

-Hola, Jimin.- Aquella mujer se veía demacrada, nada comparado con la esplendidez que mostraba antes de la muerte de su esposo. Algo patético cabe decir, ese hombre no era bueno y tanto ella como Jungkook fueron sus víctimas. Entonces ¿Por qué sufrir la muerte de un ser tan despreciable como aquel?

¡Bah! Eso no es problema mío.

-Buen día, señora Jeon.- Hago una leve reverencia. Noto que está nerviosa. La veo mirar detrás de mí y deduzco que aquel tipo sigue ahí, observando.

"Imbécil."

-¿Tienes unos minutos libres? Tengo algo que decirte.- La veo tomarse las manos con nerviosismo. Está angustiada y esto levanta la curiosidad en mí. Ella debería de sólo estar afligida por su pérdida pero hay algo que le preocupa, y quiero saber que es.