Era el momento más grande en su vida, lo tenía todo, y si no, lo conseguía fácilmente porque vaya, quien le negara algo a una estrella de rock del momento.
Quizá y si había alguien, pero ese alguien. Lo volvía loco, con tan solo un chasquido, Duff estaba a sus pies, el bajista de la banda de rock más peligrosa y emocionante del momento, tenía un punto débil, quizá no era el alcohol, quizá no eran los distintos tipos de drogas, a veces podía ser el sexo y chicas, pero entre ellas estaba esa específica, esa chica con algo hipnotizante que volvía vulnerable al chico malo.
Esa mujer que era todo para el, pero para Vera, era todo lo contrario.Nueva York 1985.
Un aburrido Duff se encontraba en su habitación, por el momento su banda tenía un descanso, y el había tomado la decisión de que sería buena idea tomar una siesta para olvidar todo por un momento.
Avanzo al mini bar de la habitación y sacó una cerveza del recipiente con hielos, la destapo y bebió el contenido, se quedó un instante recargado en la pared, analizado por un momento lo que pasaba en su vida antes de ir a la cama. Cuando volvió a la realidad escucho que golpeaban la puerta.-¡DUFF, CON UN CARAJO ABRE LA MALDITA PUERTA! - gritaba la chica detrás de él pedazo de madera. - ¡PARECE QUE LLEVO UN MILENIO AQUÍ!.
El rubio reaccionó, y se acercó a la puerta, en cuanto giro el picaporte la puerta fue empujada y una chica de estatura media, cabello castaño y ojos marrones se dió paso hacía la habitación. Sinceramente no sabía de donde salía tanta fuerza de ese cuerpo, ni dónde almacenaba tanto carácter.
La analizó de arriba hacía abajo, la forma en la que se ponía de pie, se fijó en su vestimenta, un vestido negro ajustado con un escote revelador, que mostraba esos bonitos pechos que tenía y de abajo demasiado corto, medias negras, zapatos altos negros y un abrigo. Fuera la forma en que el la viera, simplemente le fascinaba, estaba loco por ella.-¿Disculpa, y tú educación donde esta Benson? Porque que yo sepa, cada que voy a alguna habitación de hotel donde te encuentras y haces llamar tus "nidos de amor" con cada tipo que te encuentras y te hace una promesa de amor y después te deja, cada que voy te digo "Hola nena, ¿Cómo estás, follamos?. - decía Duff con cierta burla y sarcasmo -.
-Vaya te sientes muy gracioso cielito, ¿Tienes vodka, o algo parecido? - le pregunto mientras se quitaba el abrigo y suspiraba - Hola amor, ¿Qué tal te va?, ¿Follamos? - Vera le regresaba su sarcasmo, a lo que él solo río y le paso su cerveza -.
-¿Ahora quién te dejo?... Espera dejame adivinar, algún integrante de Van Halen, no, no, no, espera, te metiste de nuevo con los chicos de Skid Row, o fue el rubio de Warrant, ay cielo, pues que esperas para ellos solo eres... - antes de que el terminara, Vera lo interrumpió -.
-Bien, conseguí meterme con ellos alguna vez, pero no, esta vez fue algo mejor. - seguía al rubio con la mirada y vio como sacaba una cerveza y la bebía antes de volver a su lado -.
-¿Algo mejor?, ¿Como que?, ¿Acaso te metiste con Jagger, o con alguno de ellos? - río, y volteó a ver la cara juguetona de Vera, cosa que hizo que el escupiera su cerveza y la mirara asombrado - ¿Es en serio?, pero creo que él tiene esposa, o novia, o fajes con Bowie, ¿Qué carajos contigo?.
-Vamos Michael Mckagan, no es tan malo como parece, quizá y se acuerda de mí, se enamora, y termino siendo la futura esposa de Mick Jagger, eso suena bien. -saca una cajetilla de cigarros, saca dos, le da uno a Duff y los prende -. ¿No te parece buena idea?.
-Duff bajo la vista e hizo una mueca - Quizá, pero solo te recuerdo que una vez, tú prometiste casarte conmigo.
-Ay vamos galán, era una niña, tonta, y con las hormonas alocadas y acepte solo porque creí que serías el único hombre en mi vida, y que jamás tendría a esos chicos entre mis piernas, pero ve el resultado, fui a un concierto de Aerosmith contigo, use una falda corta, un lindo escote, un cigarrillo en la mano, me metí a escondidas al camerino y esa noche en lugar de regresar contigo a casa, me fuí con Joe Perry y pase una de las mejores noches de mi vida. - se sentó en el sillón y dió un trago a la bebida -.
-Si supongo que para ti fue buena idea, pero bien, regresemos a lo de siempre, ahora, Jagger te dejo, te escapaste y estás aquí, ¿Qué quieres? - se sentó en el sillón junto con ella. -
-Vera se quitó los zapatos y volteó a ver a Duff - Odio tener que decir esto pero, Duff, puedo quedarme a dormir aquí contigo, digamos que no quiero volver al motel donde estaba hospedada, y solo quiero estar un rato sin preocupaciones. - Suspiro -.
-Duff la miró serio - Soy tu plato de segunda mesa siempre, pero no me queda de otra - suspira - Ya sabes cuál es el trato, te quedas aquí y por la mañana, espero esos deliciosos panqueques con tocino y huevos revueltos... Ahhh y un jugo fresco, hazme el desayuno como si me amarás y fuera el único hombre en tú vida - Le guiña el ojo mientras entra a su habitación y saca una manta y un par de almohadas, ya que aunque ella insistía, el no la dejaba dormir en el sofá, y sabía que si dormía en la cama con ella, no saldría de ahí jamás -. Bien nena, cuando quieras dormir, ya sabes, tú cama, yo sofá.
-Ella sonrió, seguía sin saber porque este chico que conoce desde los ocho años, seguía siendo tan amoroso luego de que ella le hubiera roto el corazón muchas veces - Gracias Duff, como segunda muestra de agradecimiento, te haré la cena - Le dió un beso en la mejilla y fue a la cocina -.
Duff, había pasado la mayor parte de su vida enamorado de Vera, la había conocido porque era amiga de uno de sus hermanos, y desde que la vio le dió un giro de 360° a su vida, el sabía que ella estaba más que loca por las estrellas de rock, ella se la pasaba diciendo día y noche que algún día se casaría con ellos, que los conocería, entre más, tanto llegó su trauma, que sus padres les prohibieron y a ella y sus hermanos escuchar esa música, ir a conciertos y comprar discos, lo cual generaba más rebeldía en ella. Causando que su hija fuera a dichosos lugares y comprará discos a escondidas.
Y como Duff amaba hacerla feliz, un día se juró a el mismo que sería una estrella de rock para que así, su amada Vera, no fijará los ojos en nadie más que el.
Mckagan y Benson fueron novios un tiempo, y el le había propuesto que algún día se casarán y tuvieran una gran familia, pero para la mala suerte de el, más tardó en pensar eso y decirlo, en cuanto Vera comenzó a usar faldas y escotes, a ir a conciertos con el, escabullirse y terminar en la cama de alguien más, y regresar diciéndole que se había perdido entre el público y que se había hospedado en un hotel cercano.
Ellos terminaron un tiempo después de que Duff descubrió las mentiras de Vera, pero se siguieron manteniendo juntos, él estuvo ahí para cuando a los diesciocho años Vera escapó de su casa dispuesta a vivir una vida que no era buena ni la que nadie esperaba para ella. Logrando una permanente pelea entre ella y sus padres.
Duff no tenía otra opción, más que aceptar que ellos dos jamás estarían juntos, y que aunque ella no aceptará su término, ella era una groupie, con sueños ilusos de que algún día esos hombres que se adentraban entre el paraíso que el alguna vez probo, la tomarían en serio y le darían un anillo y le juraría amor para siempre.- La cena está lista, ¿Vienes? - se asomó por la puerta de su habitación y vio a un Duff sentado en la cama con la mirada perdida - Cariño, ¿ Te encuentras bien?.
-Si, solo que, me puse a pensar, ¡Wow, la vida! - Dijo con normalidad, haciendo que ella riera, y que después pusiera su mano en su mejilla, cerrará los ojos y le diera un largo beso en la frente -. ¿Y ese beso?, no me tratas con tanto amor desde los diez y seis.
- Cállate y vamos a cenar, ven. - Tomó su mano y lo guío a la pequeña mesa donde se encontraba la comida -.
El rato paso tranquilo, hablaron sobre sus vidas, como les fue en él día y anécdotas.
Duff seguía sin comprender que es lo que tenía esa chica que lo volvía loco.
Sin razón alguna,ni coherencia, no sabía el porque.
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Knocking On Heaven's Doors - Duff Mckagan
FanfictionCuando él estaba cerca de ella, la besaba, abrazaba, desnudaba, con simplemente verla sonreír o fuera la forma en que el la tuviera con el, sentía que tocaba a las puertas del cielo.