Knocking On Heaven's Doors - Duff Mckagan

XII

Era un sábado cualquiera en la mañana, Tomy se había levantado muy temprano. Estaba con su papá, seguía sin creerlo, una estrella de rock era su papá. ¿Si era así porque no vivía con él y con mamá?.
Se sentó en el sofá de la habitación y lo observó, era muy alto, ¿El sería así de alto algún día?. Los pies de Duff salían de la cama cosa que le causó risa.

El niño se puso a jugar, tomo uno de los sombreros de su papá y el control de la televisión e imagino el viejo oeste. Le impresionó que con tanto ruido el no se despertara. Su pequeñito estómago comenzaba a pedir alimentos. Si estuviera con su mamá, de seguro habría unos panqueques con fruta y jugó ya en la mesa. Pero al estar con papá y Guns N'Roses supo que saldrían y comerían pizza o hamburguesas. Salió en silencio de la habitación donde estaban el y su papá. Se acercó a la cocina y abrió el refrigerador. Para su sorpresa no había nada.

-- ¿Porque no tomarán agua?. -- Tomy se pregunto al ver que sólo había botellas de vidrio de esa bebida que su mamá le decía que podría probar hasta que fuera mayor.

Tomy escucho un ruido extraño, venía de la sala quizá, dos hombres se estaban riendo, se asomó y vio a sus tíos. Pero no de una forma tan linda. Ambos estaban introduciendo un polvo blanco por sus narices, y hacían caras raras al terminarlo.

-- Hola. -- El se asomó y los dos hombres lo vieron sorprendidos --.

-- Tommy -- Slash se levantó y le hizo señas a Izzy sobre que guardara el polvo blanco que había en la mesa. -- ¿Qué haces despierto? Es sábado.

-- ¿Qué era eso? -- El lo miro curioso --.

-- Son cosas... Cosas... De adultos amiguito.

-- Tío Izzy... ¿Te sientes bien?. -- Tommy volteo a verlo y el castaño estaba untando algo en sus encías --.

-- Si, estoy bien solo que tenía algo en la boca.

-- Oye campeón, ve con tú papá, según me contó hoy tenían muchos planes, iban a salir.

-- Está dormido, me dijo que el día empieza a las 12:00 -- Tommy alzó sus hombros --.

-- Bueno, son las diez... Tommy.

-- ¿Si?

--¿Cuánto tiempo llevas viéndonos a mi y a Izzy?. -- Slash se puso en cuclillas y lo miro --.

-- Acabo de llegar, tenía hambre y los escuché. -- el lo miro con algo de miedo -- ¿Está mal?.

-- No, no amigo, solo qué... Hay ciertas cosas que hacen los adultos que los niños no deben de ver. -- Slash le sonríe --.

-- ¿Y que era eso?...

-- Pregunta a tú mamá -- Izzy comenzó a reírse como loco causando un poco de miedo al niño pequeño --.

--¡Cállate Izzy!...ve con tú papá... -- El le sonrió y se metió al pequeño lugar y cerró la puerta --.

Tommy no sabía que ocurría a su alrededor, emprendió camino a la habitación de su papá.

Duff despertó y busco al niño, no estaba ¡VERA LO ASEGURO. SI ALGO LE PASABA A TOMMY LO ASESINABA!. Antes del pánico, entró al baño y busco ahí. Para cuando salió Tommy estaba sentado en la cama.

-- Ahí estás amigo... Me levanté y no estabas. -- Le sonrío --. ¿Qué ocurre?.

-- Tengo hambre... ¿Podemos iniciar el día ya?.

-- Está bien, deja me visto y nos vamos. -- El niño sonrío y abrazo a su papá --.

Duff seguía sin creerlo, jamás creyó que nadie le dijera papá, o que su chica tuviera un hijo con él. No de la manera en la que esperaba pero había sucedido. Y era feliz, se había ganado a Tommy ya. Pero aún faltaba Vera.

Regresaron a las diez de la noche a él departamento de Vera, habían ido a jugar, al cine, a la feria y a comer. Tommy estaba muy cansado. Se había quedado dormido en el camino a su casa. Duff lo cargo y subió al piso donde vivían ellos dos.
Le abrió una Vera en pijama, con un pequeño camisón blanco y una bata negra, que dejaba todo a la imaginación. Los miro y sonrió.

-- Creí que regresarían hasta mañana, estaba por dormirme --.

-- No, solo que la función empezó más tarde, y el quería verla. -- Duff entró y Verá cerró la puerta --.

-- No deberías de consentirlo tanto Duff -- ambos yacían en la habitación de Tommy, Duff lo recostó y le dió un beso en la frente --.

-- De hecho, quería que hoy fuera un buen día, fue tan así que quedó dormido. -- Soltó una risa burlona --.

-- ¿Quieres agua, o té, o café? -- Ambos estaban en la sala del departamento --.

-- ¿Tienes cerveza? --.

-- No, en esta casa no hay... -- rió --.

-- Bueno, un té... Me acuerdo que cuando me enfermaba tú me dabas tés.

-- Era lo único que tomabas, no querías pastillas... -- Le dió la taza y se sentaron en el sillón --.

Pasaron horas sentados en ese sofá y platicábamos acerca de lo que habían hecho, de su hijo, de la banda y sus vidas.
Hasta que Verá se dió cuenta que eran las dos de la mañana.

-- Duff...

-- ¿Si?...

-- Creó que ya debes irte, son las dos de la mañana y es muy tarde...

Duff contemplaba a Vera, a pesar de no haberla visto en mucho tiempo, seguía igual de linda, incluso un poco más. No pudo resistir y se acercó a besarla.
Vera extrañaba eso. Sentir los labios de Duff sobre los suyos, posó sus manos en su cuello y jugó con su cabello. El comenzó a abrirse paso entre su bata, deshizo el nudo y la fue deslizando por sus hombros lentamente. Vera quitó su chaqueta de cuero y su playera. Ansiaba tenerlo piel con piel de nuevo.

Ambos estaban recostados. Duff y Verá encajaban perfectamente, el yacía ya entre sus piernas, la bata y el camisón de Vera habían desaparecido solo quedaban dos prendas interiores que separaban el contacto total. Duff besaba y lamía sus pechos, Vera reía ya que amaba cuando Duff hacía eso. Bajo sus besos por lo largo de su torso y quito sus bragas.
De nuevo así, él amaba esto tenerla a su disposición totalmente, que lo dejará hacerla suya. Lamió su centro, simplemente vio como Vera encorbaba la espalda, continuó así un rato contemplandola desde abajo, amaba eso, su miembro ya punzaba de dolor y placer, siempre había amado tenerla así. Volvió a su trabajo seguía recorriendo todo con su lengua, introdujo un dedo y escuchó como Vera gemía. Continúo así un rato, hasta que no pudo más Vera ahora estaba sentada sobre el causando fricción, le encantaba desesperarlo con eso. Y Duff sin previo aviso entró en ella.

-- ¡Oh nena! ¡Esto es la gloria! -- Vera comenzó a meser sus caderas lentamente --.

-- Duff... ¡Oh dios!... Cariño no debemos hacer tanto ruido... Tommy está dormido. --.

-- ¿Qué no haga ruido? -- Se reía --. Nena te he extrañado tanto y me pides que no haga ruido -- empezó a besarla de nuevo --.

-- Solo un poquito, porque si él se despierta no se dormirá de inmediato.

Duff había recostado a Vera en el sillón, y se movía más rápido, ella solo enterraba sus uñas en su espalda y lo besaba para que no salieran sus gemidos.

Terminaron casi al mismo tiempo, y Duff solo sabía una cosa, a pesar de todo lo que había hecho, el seguía cayendo a sus pies.