Soy La Stripper De Mi Jefe

Parte 2

El camino hacia la casa de Aaron fue eterno. El ambiente era incómodo y tenso. No quería ni siquiera respirar porque sentía que era una razón más para que él me juzgara. Guío mi vista a través de la ventanilla del auto intentando atrapar las gotas de agua que se hallaban fuera gracias a la lluvia. No tenía más que hacer ni que pensar. No quería que especulara lo que cualquier persona sin cerebro alguno pensaría de mi situación. No me quejaba de mi trabajo. Me quejaba de mis circunstancias, algo que patentemente alguien con su posición monetaria no entendería.

La noche pasaba lenta y aún no llegábamos a su casa. De reojo miro a Aaron, su mirada estaba perdida en la carretera vacía y obscura, su rostro se mantenía como hace rato. Sin expresión alguna. Era como si de verdad le importaran mis condiciones. Tal vez solo sea para cuidar la imagen de su empresa. Eso sería más entendible.

De una manera u otra no tenía forma de escaparme de esta situación. No deseaba contarle mi vida privada a alguien que solo conozco de vista, pero, notablemente debía, o eso es lo que creía.

Aaron se detuvo en frente de una casa poco iluminada. Le miré mientras apagaba el auto y se bajaba del mismo. Le seguí sin reproches.

-Aquí vengo cuando quiero estar solo o tengo cosas importantes que hacer -Saca unas llaves de su bolsillo delantero.

No le respondo y sigo sus pasos.

Nos adentramos a la pequeña casa. Él enciende una lámpara haciendo que esta iluminase toda la habitación. Pude divisar unos muebles blancos en perfecto estado. Se notaba que no venía seguido por aquí.

-Puedes sentarte, Selena -Se sienta en uno de los muebles. Hago lo mismo.

-Esto no es algo de mi total agrado, señor -Lo evado.

-Aaron. Dime Aaron, por favor.

- ¿Es necesario contarle mi vida, señor Aaron? -Le miro intentando sacar algo de valentía dentro de mí.

-Creo que es lo correcto -Entrelaza sus dedos.

-Es evidente, señor Aaron. Soy stripper.

No dice nada y solo me observa curioso.

-Claramente lo es, Selena -Articula - ¿Dónde han quedado mis modales? ¿Deseas algo de tomar?

Niego con la cabeza. Solo deseaba irme de allí. Cada vez se volvía más incómodo el hecho de estar ahí.

Aaron se levanta y se dirige a otra habitación, la cocina al parecer. En pocos segundos lo pierdo de vista.

- ¿Por qué trabajas allí? -Me interroga desde la cocina.

-Es muy evidente, señor Aaron. Necesito el dinero.

Aaron vuelve con dos vasos de agua. Me ofrece uno y lo tomo.

- ¿No te pago lo suficiente? -Esto me está empezando a molestar.

-Me va a disculpar, señor, pero no creo que hablar de mi vida con usted sea lo que más desee en estos momentos -Coloco el vaso con agua en una mesita próxima al mueble en dónde me encontraba sentada.

-Discúlpeme usted a mí, no quería incomodarla.

-Escuche algo, señor Aaron. No me basta con lo que recibo en su empresa. Apenas puedo con mis gastos. Yo necesito este otro trabajo y la razón de esto es algo que no me interesa contarle. Con permiso -Me levanto dispuesta a partir de allí, pero, Aaron toma mi brazo y me lo impide.

-Creo que está muy alterada, Selena. Permíteme ayudar -Saca su billetera.

-No. Eso no va a pasar, señor. No ando por la vida intentando dar lástima. Yo puedo ingeniármelas yo sola -Esta vez se queda en silencio y me mira directo a los ojos.