¡Potter!

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Esa misma mañana, Harry se despertó de mal humor, todo el mundo creía que era el heredero de Slytherin y quien abrió la cámara de los secretos. Ya estaba harto, y támbien harto de que en todos los accidentes siempre lo pillaban a él, támbien enfadado porque no dejaba de escuchar voces en su cabeza, que amenazaban con matar.

Bajó al salón común, donde Hermione los esperaba leyendo el libro de historia de Hogwarts.

-¡Buenos días! Harry, ¿ Qué tal has dormido?

-No muy bien...

-Vuelves a escuchar voces, ¿ No es así ? No lo sé, Harry, deberías hablar con Dumbledore, él...el sabrá que decirte.

-No, da igual, olvidalo, ¿ Vale? Cuando salga de aquí todo el mundo empezará a fastidiarme, sobre todo esos Malfoy...malditos arrogantes.

-Eso Hermione, déjalo en paz, ¿ Por qué no nos vamos a desayunar? Me muero de hambre...- dijo Ron que había aparecido de pronto.

-¡Tenemos que hallar información sobre el monstruo de la cámara!

-Luego de pociones, tenemos dos horas con Slytherin...-dijo con un tono cansino Ron.

-Y dos horas con Snape- dijo con rabia Harry. Bajaron al comedor, y esperándolos estaban Orion y Draco riendose acaloradamente. Orion era un chico muy moreno de ojos marrones, llevaba gafas de redondas como las de Harry, támbien tenía el pelo largo y siempre lo agitaba presumiendo. Era el mejor buscador de Slytherin, y se lardeaba todo el tiempo, hasta era más arrogante que Draco.

-Hombre, si está aquí Potter, vamos a saludarle, Orion- le surgirió su amigo, entonces Orion sonrió y ambos se pusieron delante de los tres amigos. - Harry le echó una fría mirada, Orion se rió y entonces apareció un hombre alto, era el profesor de Pociones, Severus Snape.

-¿ Qué sucede aquí?- Snape miró a Orion, le tenía tanto odio incontrolable al chico, y se lo demostraba a tal nivel, ya que, la familia Malfoy, pensaban que Sirius lo había abandonado. Aunque lo que se les contó fue que lo tuvo con una mujer de sangre limpia. Asi que no lo menos preciaban tanto como Snape.

-Nada, señor.- dijo Draco, miró a Potter con satisfacción y se fue, pero Orion siguió encarando a Harry.

-Orion, saca tu sucia nariz de este pasillo si no quieres quedarte todo el mes castigado- le aspectó friamente Snape, luego miró a Harry, quién tenía un aire a si mismo, y los ojos de su madre.- y vosotros tres, salid de en medio- concluido esto, se fue ondeando su capa.

-Me pregunto porque odiará tanto a Orion...-dijo Ron.

-¿No lo sabes aún, Ron? - dijo Hermione incredula- Está claro que es porque es hijo de...de Sirius Black, todos los profesores le tienen algo de manía, ya sabes, está en Azkaban, pero no sé porque.

-Criminal.-dijo Ron y los tres se fueron a desayunar, déspues del desayuno, los tres amigos se dirijieron a clase de pociones, que estaba en las mazmorras.

Al entrar en clase, Snape no los miró, puso una poción en la pizarra, y les exigió:

-Abrid el libro, y la poción curativa número ocho está en la página 268. Deberéis prepararla tal cual esta explicado en el libro.

Pasadas media hora, Harry consiguió abrir un agujero en su caldero, entonces Snape se levantó, disgustado y enfadado a la vez, ¿ Por qué, su hijo, no heredó el gran talento de su madre y el suyo en pociones?

-Harry James Percival...-siempre hacía una pausa, Harry James lo había elegido Lily, pero Percival, que era por Albus Percival, el director, quien perdonó a Snape inmemorable de veces, era el nombre que su padre había puesto a su hijo, como signo de valentia .- Potter...eres un ¡Idiota!- le gritó- Recogelo, todo, ahora mismo...y te quedas déspues de clase, a rehacerla.

Harry maldeció, mientras los demás se reían, ¿Por qué no era así de estricto con Neville? Él era peor que Harry en pociones...

Déspues de clase, Ron y Hermione se despidieron de Harry, y este a mala gana intentó rehacer la poción, pero nada daba efecto.

-Señor...yo...no soy capaz- dijo frustrado Harry, Snape se levantó de su asiento, agitó su varita sobre el caldero y se vació por tercera vez.

-Traeme el muerdamo, ¿ No has visto que tus compañeros lo hechaban primero?

-No, señor...

-Inútil, acercate y mira como se hace...- Harry se puso al lado del profesor quien curiosamente olía a Jazmines, y mientras echaba los ingredientes, la poción se ponía de un bonito perla. Hasta que dos horas después la finalizó.

-¿ Has visto bien cómo la he hecho, Potter?

-Sí, señor- entonces Snape, vació el caldero otra vez, y lo miró con una sonrisa maliciosa.

-Répitela.

-Profesor...tengo entrenamiento de Quidditch.

-¿ De veras? Me temo, Potter que debes ordenar tus prioridades...- se rió.

-Y lo hago- dijo con valía Harry.

-¿ Cómo dice? - lo miró con rabia- Eres un impertinente, Potter, un arrogante, un chulito, que larda de jugador de Quidditch, prepotente...¡Olgazán!- le gritó tan alto que temió que se escuchara en el piso superior, Harry temblaba de miedo pero se atrevió y chilló:

-¡¡NO ME HABLES COMO SI FUERA COMO ESE MALFOY! YO NO SOY ASÍ PERO YA ESTOY CANSADO QUE ME ESCLAVICES CON ESTA MIERDA DE ASIGNATURA!! - Harry tenía la cara ardiendo, pero Snape estaba muy quieto, mirando al muchacho.

-Fuera...-dijo en voz queda Snape agarrándose a la esquina de su mesa, y Harry corrió de allí.

Severus Snape corría con gran enfado al despacho del director de Hogwarts, este al llegar esperó a que el anciano profesor le dejara pasar:

//BUENO CON ESTO LES DEJO! NO QUIERO IR DEPRISA, ESPERO QUE LES GUSTE MIS PEQUEÑAS SNAPE!
LA ESTRELLITA MOLA EH PUES DALE AHÍ Y PUEDEN MARCAR SU EXISTENCIA CON UN COMENTARIO CONSTRUCTIVO ❤

Harry Snape y Las reliquias de la VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora