Tooru Oikawa recuerda perfectamente la mueca que se formó en el rostro de su ex-prometido cuando descubrió su infidelidad. Entre los vaporosos y distorsionados pensamientos que vuelan dentro de su embotada mente, no puede hacer nada más que levantar el brazo de nuevo, llamando la atención del guapo Beta que atendía la barra.
─No creo que sea buena idea, Omega─ intenta disuadirlo, notando cómo Oikawa mece su vaso en el aire, totalmente ido─. Un trago más y podrías terminar muy mal, ¿algún Alfa viene contigo?
Los ojos vuelven a llenársele de lágrimas.
Era verdad que Ushijima Wakatoshi no siempre fue de su agrado, pero esos años de relación en verdad habían conseguido dejarlo prendado tontamente. No quería admitirlo aún, solo deseaba olvidar lo que había encontrado esa mañana en su propia cama.
─No preguntes por un idiota que no va a volver a ponerme un dedo encima─ Tooru levanta el rostro, molesto, pero sus ojos se encuentran desenfocados, fallando en la mísera misión de conseguir grabar el rostro del hombre que le atendía─. No necesito de ningún Alfa, no más.
El Beta se inclina sobre la barra, colocando su rostro a solo un palmo de distancia, llamando la atención del depresivo muchacho.
─Preguntar por tu vida privada sería poco agradable, solo te estoy diciendo que mi moral no me dejará servirte un solo trago más. Ve a casa de un amigo si no tienes a donde ir, pero sal de este lugar─ es el consejo que le da, comenzando a alejarse de su lado.
Oikawa suspira, frustrado por no encontrar una forma de seguir ahogando sus problemas. Se levanta del taburete con la intención de adentrarse en la pista repleta de cuerpos, deseando fervientemente bailar para que alguno de los chicos (ya ni siquiera le importaba el rango) se fijara en él durante una noche. Su mente difusa decía que podía pagar con la misma moneda ya que aún tenía su anillo guardado en el bolsillo delantero del pantalón.
Luego se lo devolvería, cuando no doliera verlo.
Con pasos largos se sitúa en el centro de la pista, moviendo las caderas a los costados, invitando a todos a su alrededor a posar la mirada sobre él. Siempre había sido un chico atractivo, siempre había sido un muchacho codiciado.
No podía creer que en verdad desperdició tanto tiempo en Wakatoshi.
Los recuerdos amenazaban con atraparlo de nuevo, cerniéndose en su mente, hasta que unas largas manos cálidas se enrollaron alrededor de su cintura. Suspiró con alivio al sentir el gran cuerpo de un Alfa parado detrás de él, invitándole a recostarse contra él mientras bailaban de forma sensual.
─¿Debería de sorprenderme de encontrar a un lindo Omega como tú rondando por aquí en este estado?─ aunque duras, las palabras parecían miel desde la percepción de Oikawa─. Tengo que sacarte de aquí.
Oikawa asiente con entusiasmo, creyendo que tiene todas las batallas ganadas ahora que el mismo Alfa se había propuesto sacarlo de ese infierno.
Ushijima regresa a él por unos segundos, la imagen mental del antiguo prometido metido en la cama bajo las sábanas en compañía de uno de los amigos de secundaria del hombre Alfa, un Beta llamado Shirabu, no tenía nada que envidiarle más que el hecho de conseguir enganchar a quién creía era suyo.
─Hueles a tristeza─ le susurra el extraño, llevándolo de nuevo a su realidad. El rostro del chico se encontraba enterrado en su cuello, la nariz olisqueándolo sin precaución.
─Tú hueles a café─ Oikawa soltó el primer aroma que había captado cercano a él.
Su sentido del olfato nunca le fallaba, su lobo se sentía orgulloso de ello cada vez que lo recordaba, y ahora el mismo se encontraba demasiado callado en su interior, seguramente lamentándose la pérdida del Alfa al que comenzaba a considerar suyo.
─Quédate conmigo esta noche─ pidió Tooru, embriagado en la sensación de confort que le ofrecían los brazos del Alfa a sus espaldas─. Mi lobo necesita un poco de consuelo.
Las feromonas llenaron el aire a su alrededor como el ritual de todo Omega para que los Alfas nunca se negasen a sus deseos, Tooru apenas había caído en la cuenta de que dentro de ese local se encontraban, por lo menos, 100 Alfas a la redonda.
─Demonios─ le escucha maldecir, pero su lobo herido no hace más que llorar en su interior, desorientándolo para atraer más al Alfa.
Pierde el conocimiento cuando lo toman en brazos, alzándolo del suelo y encerrándolo en su dolor.
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Eʟ Cᴀғᴇ́ Dᴇ Cʟᴇᴀʀᴋᴇ ♪KᴜʀᴏOɪ♪
FanfictionTooru Oikawa tenía el corazón roto por la decepción amorosa con Wakatoshi Ushijima, su ex, llevándolo a emborracharse y bailar con un extraño, lo que le hace soltar sus feromonas de Omega para seducirlo. Ese extraño lo rescata de que otros Alfas del...