Capítulo 2: Diablo

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Al día siguiente, al ver que era un día de descanso y no tenía ninguna misión que hacer, decidí ir a cazar. Entonces vi una gacela, y decidí que sería mi próxima presa.

Aún estaba intentando mejorar en eso de la caza, ya que no era tan fácil cuando no tenias las garras, los dientes, la velocidad y él sigilo de un león, pero quería ser de las mejores cazadoras.

Justo cuando iba a saltar a por mi presa, dos vocecitas se escucharon cercanas, y la gacela huyó al instante.

-¡Ayala, Ayala! - Me giré, aunque supe enseguida de quienes se trataba. Eran dos leones pequeños corriendo como podían en mi dirección - Ayala... ¿Qué haces?- me preguntaron al unísono.

- Para empezar, hola Nasha, hola Jasir - dije, contenta de verles, aunque hubiesen espantado a ma gacela.

- Hola, hola, ¿qué haces? - dijo Jasir y no pude contener la risa.

- Pues cazando, aunque me habéis ahuyentado la presa. - dije, y puse cara de estar enfadada.

-Lo siento - se disculparon a la vez.

-Ojalá tuviese siempre vuestras habilidades... Seguro que sería la mejor cazadora de todas. - les dije, y era cierto. Yo no poseía tanta velocidad, ni tanto sigilo. Tampoco unas garras y colmillos con los que matar.

-¿Bromeas? Es increíble que puedas convertirte en cualquier animal solo con pedírselo, yo si que quiero ser como tú. - me dijo Nasha.

- ¿Y sabes? Quiero ser como tú cuando sea mayor. - Dijo Jasir, sonriendome.

- Pero es algo muy duro eh, además no todos los animales te ayudan siempre. - Otra verdad como una casa.

- Y Ayala... - Jasir miró al suelo - Nasha y yo queremos saber como conseguiste ese poder...

- Mamá me ha contado que ni ella lo sabe, tan solo me encontró cuando no tenia ni un mes, ¿sabeis cuantos leones e visto crecer e irse en busca de otras manadas?

-¿Tantos? - Contestaron a la vez.

-A lo mejor me he pasado, pero casi - sonreí al escuchar sus risas.

- Ayala - me sobresalté y mire hacia arriba viendo como mamá me miraba fijamente.

-¿Qué ocurre?

-Te está buscando Axía, parece importante. - dijo, apartando la mirada de mi a mis hermanos.

-Creí que hoy sería día libre... - dije para mi misma, y me puse en camino hacia La Cueva.

Una vez allí, los dos jóvenes leones me guiaron hacia dentro de La Cueva. Me sorprendí bastante, ya que nunca antes había pasado tan adentro. Axía no suele dejar que nadie pase, salvo a Yara, su mujer, la reina.

Llegamos a un lugar bastante oscuro y tras bajar una cuesta, la luz me cegó. Entrecerré los ojos para ver que pasaba, y pude ver que los dos leones que me acompañaban ya no estaban.

-Entra - escuche a Axía, aunque no podía verle.

Con cuidado, entré dentro, la luz se disipó un poco, pero ya podía ver mejor. Dentro estaban Axía y Yara, mirándome seriamente.

- ¿He echo algo malo? - pregunté asustada por lo que podía haber pasado.

-Oh no querida, ni mucho menos - me tranquilizo Yara - pero...

-Dejame a mi, Yara - le interrumpió Axía.

-¿Qué ha pasado? - seguía asustada.

-Nos han llegado noticias desde la India. - Prosiguió Axía.

-¿India? ¿Cómo?

-Aker, un viejo amigo felino, nos ha enviado un mensaje a través de un tucán. Y me temo que solo hay malas noticias. - Axía miro a Yara, la cual me miró a mi.

-Hace mucho tiempo, existió un hombre al cuál le llamaban Diablo - comenzó - debido a la maldad que contenía dentro. Decían que era inmortal, pero tenía un talón de aquiles, él cual era él collar que siempre llevaba puesto. Ese hombre quiso deshacerse de todos los bosques, junglas etc de este mundo. Quería extinguir todas las especies, menos la humana. Se pusieron en contacto todos los animales de este mundo, y aun así no consiguieron vencerle. Entonces cuando creían que estaban acabados, apareció una mujer. Dicen que nació de la tierra, solo para derrotar al Diablo. Pidió ayuda de los animales mas fuertes. La velocidad de un guepardo, la fuerza de un tigre, el sigilo de un jaguar y la fiereza de un león. Y uniendo fuerzas consiguió vencerle. El collar fue destruido y su cuerpo tirado al océano, y de la chica no se supo nada más. Desde entonces no se ha vuelto a saber de él. Claro que dicen que es una leyenda, pero cuando te encontramos a ti y descubrimos tu poder... - dejó de hablar y agachó la cabeza.

-Pero, en caso de que eso sea cierto, yo soy la buena, ¿no?, la heroína.

-Sí, pero el caso es que allá donde hay un héroe hay un villano. - Me contestó Axía, tan sabio como siempre.

-¿Y cómo sabéis que ha vuelto?

-Según Aker, cientos de animales han muerto, todos con cara de espanto. Y cientos de árboles han caído, sin más. Hay pájaros que dicen a ver visto a un hombre con un collar dorado, matando con la mirada. - no conseguí averiguar si estaba triste o enfadado.

-¿Y cómo esperas que acabe con él?

-Porque eres fuerte - me animó Yara - eres una humana, y no habrá animal que no quiera prestarte su fuerza.

-Pero yo nunca he intentado tomar prestada la fuerza de animales diferentes a la vez, estoy segura de que no puedo hacerlo.

-Nunca lo sabrás, si no lo intentas - Axía estaba muy serio esta vez.

-Ayala, necesitan tu ayuda, ¿es qué acaso no les vas a dejar tu fuerza de ellos?

Yara y Axía tenían razón. No sabía cuanto poder poseía, pero nunca lo había aprovechado al máximo.

Además, me necesitaban, igual que yo les necesitaba a ellos. No podía dejar que les destruyesen, y en caso de que Diablo hubiese vuelto, pronto no quedaría ninguna especie de animal salvo él ser humano. ¿Cuándo habría consentido yo eso? Lo intentaría. Por mi familia, mis amigos y todos los seres vivos de este planeta.

- Está bien, iré.

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