••|| Eres real||••

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Anteriormente:

Dimensión "x":

Kraang Supremo: Kraang Supremo le comunica a todos los kraang habitando el planeta Tierra, que el Omegaverso ha sido visitado y que la Génesis de nombre Irma Langhestein ya ha sido introducida a como espía.

TCRI, New York:

Kraang : Recibido. Kraang Superior ha sido introducido correctamente en su cuerpo. "Torre", "Alfil", "Peón" y "Reina" no pudieron evitar que "Rey" nos pusiera en venta el modelo de su Génesis №03.


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Días después, atardecer. Cielo violáceo y naranja. New York.

— ¿Rana?
— Sí, y hacía kun fu, ¡pateaba chinitos con un ¡Haiyá! ¡Pum pum pum! \>:^/ ¡Y era como un: humano!... \°0°/

La doctora miraba al papá recostado en el pórtico con mucha intriga y una ceja alzada que amenazaba con salirse de su coronilla.

— ¿Raro verdad? - Jane mostró una sonrisa triunfal - Y puede que no sea cierto pero creo... ¡creo! : que es algo depresivo...
— ¡¿Depresivo?!
— Eeh - aseguró - *susurrando* ¡tiene dos espadas filudas en su espalda, doc! - habló del mutante como si fuese un sinvergüenza - Le encanta sentir el peligro. Le apuesto a que tiene problemas de ira ya que casi se corta con una de ellas. ¡Quizá por eso... - empezó a razonar olvidándose de todo - ...lo perseguían esos chinitos... ¡Le debe dinero!

La doctora asintió consternada.
— Ah... ok... n_n'

La pediatra, la doctora Philips se levantó lentamente de la silla al lado de la cama y apuntó algo en sus recetas mientras negaba sonriendo.

Jane ni idea tenía de lo que tenía que revisarla dicha rubia.
Miró a su papá.
El señor Henry Harrison también observaba a la doctora, pero con "otras" intenciones \7u7>

La doctora, era en sí muy joven.
Su estatura era alta, de cutis suave y clara, cabello rubio oro, ojos dulces y vivos, boca fresca y cara serena. Nariz refinada, y caminar hipnótico.
Sus labios rojos daban invitación al beso. Su figura era exquisita. Piel pulposa y aroma frutal, tropical, hicieron perder la razón en el viudo señor Harrison.

La señorita caminó hacia Jane, sentándose al borde del colchón.

— Pues me gustó escucharte en verdad. - Philips remarcó con su dedo índice, el rostro de la pequeña pelirroja - Creo que tienes una ¡gran imaginación! - le hizo de cepillo del cabello - Dices que en tu sueño ¿era una lagartija... saltarina?

Jane movió la cabeza procurando no desatar la venda con purpurina
— Rana doc ¡Rana!... saltarín... O saltarina - suspiró cabizbaja - uno nunca sabe...
— ¡O sí no olvidaré ese detalle! 😅 Jane...
— Doc?
— Descansa. Ves mucha televisión. Lo que dices - procuró ser muy delicada - no es... Cierto...
— Ahah - aspiró aire muy ofendida mientras entrecerraba sus ojos - Eso no. ¡No. Estoy. Loca!

La señorita rubia de bata se levantó para dirigirse al señor Harrison.
— Estará bien. Ahora sólo debe descansar unos días más... quizás... ¡Sí! unos diez días serán perfectos. Si no lo hace y vuelve a entrar en ajetreos, podría sufrir de alucinaciones o hasta delirar. Jane tiene un sistema mental muy débil. Recomiendo horas de sueño y que siga así de creativa, es una niña muy interesante ;)

El Señor Tortuga ImaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora