El Señor Tortuga Imaginario

RESACA/// ¿Qué pasó ayer?

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El llanto de un bebé...
El maullo de un gatito color café...
Los claxones y pitos de los automóviles y autobuses... ABRIERON SUS OJOS DE IMPROVISO.

— ¿En dónde rayos...

Su vista era la pared de ladrillos de un condominio color verde claro y altos ventanales que propinaba una estela de sombra por su encima; además de una refrescante corriente de aire.

Parpadeó varias veces más. — Que bien... Ya estoy mejor... — suspiró descansado — Leonardo — se llamó a sí mismo — nunca más... Ni siquiera una Coca cola light...

Y vaya que era cierto. Estaba tan fresco y libre de sueño, totalmente renovado; es más: se sentía como recién salidito del horno, como un regalo de la mañana de Navidad que fue abierto hace poco...

Se sentía por ello: muy tranquilo, relajado, en paz... ¿Qué hora era?

Fijó la vista hacia arriba. No podía adivinar qué hora era; el cielo estaba oscuro, de un tinte azul grisáceo muy tétrico más oscuras en algunas partes y más claras en otras; y el alumbrado de los postes de luz, faroles, semáforos y demás publicidad estaban encendidas en las calles.
Por lo tanto o recién anochecía o recién amanecía...

Una sola idea le vino a la cabeza. El maestro Splinter localizaría muy pronto su paradero en el radar.

Se estiró ya que seguía tirado en el piso. ¡Refrescante! Esperen... se preguntó; si sentía frío en el rostro, ¿por qué no lo sentía en su cuerpo también?
Una manta.
...

¡¿EN DÓNDE CARA...melos HABÍA ESTADO LA NOCHE ANTERIOR?! ¡¿DE DÓNDE RAYOS HABÍA OBTENIDO UNA SÁBANA?!

Ahora que recién sus sentidos volvían en sí, sintió algo debajo de él, algo suave. Aparte, una presión ejercida sobre su pecho lo tenía cómodamente encarcelado. Pero olía a... Jazmín, lavanda y... libros viejos. Oh no...

Movió el rostro por fin.

Voilá!...

Giró el rostro y juró por el capitán Ryan que preferiría no haberlo hecho... zettai!

Karai, sí sí, esa misma estaba durmiendo a su lado, muy pegada a él.

Karai, la chica que le gustaba, las más hermosa, interesante, divertida, entretenida, inteligente, fuerte, ágil, intrépida, impresionante, misteriosa, elegante, estricta y madura estaba durmiendo con él.

Y tenía su rostro totalmente dormido frente a él, expectante — como si lo hubiese estado vigilando —

Karai estaba abrazando con fuerza uno de sus brazos, aprisionándolo contra su cuerpo, juntándolos y undiendo sus hombros y su pecho contra el antebrazo del joven mutante.
Su cercanía lo hizo imaginar una lápida