Begin Again [Park Jimin]

5

Di algo, hazlo pronto
Es muy tranquila esta habitación. 

La chica estaba en la terraza con el ceño fruncido, le gustaba Jimin, era muy guapo, pero su actitud lo hacia menos atractivo, estaba muy molesta, aunque tal vez si tenia algo de culpa, debió de irse cuando pudo, pero al recordar al chico, y a pesar que no tiene nada y la ayudo, la hacia quitar esa expresión y poner una cara de tristeza, quería ayudarlo, quería hacerlo sonreír, hacerlo reír antes de irse, tal vez su actitud era por las cosas malas que le han pasado, no podía imaginarse ella escapando de su hogar a tan corta edad, vagar en las calles y no tener nada siendo un niño. Es decir, en su tiempo a solas inspecciono con detalle lo que traía puesto, era de marca, de esas marcas tan costosas que tendrías que ahorrar para comprarte solo una cosa, y si era rica, ¿por que no la buscaban sus familiares?, si era alguien de la alta sociedad por que no habían detectives privados buscándola, tal vez la querían muerta, de solo pensar en eso caía en una tristeza más profunda, todo era tan incierto. Escucho la puerta detrás de ella, y después sintió alguien a su lado.

-Lo siento -pidió la chica sin dejar de ver el paisaje- explote

-al menos se que tienes mas estados de animo, y no solo ser torpe y enfermarte -ella sonrió, Jimin casi lo hace de nuevo, pero siempre se queda en casi- si vamos a vivir juntos -ambos se sonrojaron al escuchar el juntos del coreano- temporalmente -lo arreglo para no avergonzarse- debemos llevarnos bien

-tú eres el que esta siempre de mal humor y desquitandote conmigo... ya estamos ambos aquí, puede que toda esta situación sea una basura, pero ya tomamos decisiones, para bien o mal, debemos seguir -Jimin asintió, tenia mucha razón la pelirroja- yo tratare de no ser torpe, no estorbarte y trabajare en recordar, hasta la más mínima cosa que me ayude para irme

-yo de encontrar trabajo...

-¿y? -la chica esperaba que dijera las palabras mágicas que los llevaría a vivir en paz-

-y no seré tan gruñón -dijo torciendo los ojos- pero no me hagas enojar -ella sonrió y levanto la mano, el chico se la da y se dan un apretón- voy por algo de dinero para comprar algo de comer -la chica asintió feliz, el coreano se metió a la casa, pero ella sintió una fría mirada. Miro hacia abajo, donde están las interminables escaleras, en el comienzo de estas, había alguien parado observándola, un hombre de negro con un cigarrillo en la boca echando humo, sintió miedo- ¿pasa algo? -miro hacia el coreano, y cuando regreso la mirada hacia abajo ya no estaba aquel hombre-

-no, no pasa nada -trato de sonar tranquila-

-ya vuelvo -ella asintió sonriendo, pero aun seguía con miedo-.

Pasaron dos días, Jimin buscaba trabajo en las mañanas y en las tardes ayudaba a la chica a recordar, pero no recordaba más que cuando despertó y lo pateo. Al tercer día, la chica estaba tan harta de estar ahí que decide salir a caminar por la mañana, acompañando al chico a tomar el autobús. Ambos estaban serios, cuando por fin llego el transporte, ella sonrió y le dijo adiós con la mano, mientras decía suerte a Jimin, quien se sentía algo sonrojado por el acto tan tierno de la pelirroja. Regreso algo aburrida hacia el callejón de la colina con las escaleras interminables, ¿como aguanta Jimin estar así sin poder hablar con alguien? Ya que se notaba que no tenia amigos. Además casi no veía a sus vecinos, todos trabajaban, solo algunas amas de casa con sus hijos, bebés y niños se lograban ver de vez en cuando.

-¡Oye! -escucha la voz de una señora, la chica se asusta- eres occidental, ¿me entiendes? -ella asiente- pensé que estaba alucinando cuando vi a ese gruñón con una chica, y vaya que eres linda -la señora hablaba muy fuerte, barría la entrada de su casa, era justo la que estaba abajo de la terraza donde vivía el coreano- ven, quiero verte bien -obedeció, subió los escalones que le faltaban y se paro frente a ella- eres linda, yo no tuve hijos, es muy caro mantenerlos, ¿ustedes están planeando tener hijos? -la chica niega asustada-