III

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LEAN EL CAPÍTULO CON LA MÚSICA QUE HAY EN MULTIMEDIA
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Soledad, una palabra  que muchos temen, una palabra que puede cambiar la forma de ser de una persona y arruinar la vida de otras. La soledad para muchos es lo peor, pero para Madison Miller es algo más que existe en este mundo.

Siempre está sola, en cada clase, en los recreos, en el comedor, de camino a casa... Incluso en las reuniones de padres viene sola.

No muestra tristeza, pero tan poco muestra felicidad. Siempre está sería y nunca habla con nadie. Los profesores no la prestan atención ni ella a los profesores , se ve como un fantasma en las clases pero a la hora de entregar exámenes ella siempre es la que obtiene la mayor nota.

Todos los días viene con un color de pelo o peinado distintos, su ropa es  color pastel y la mayoría de veces viste a su muñeca igual que ella.

Es una chica muy misteriosa que no le atrae hablar con los demás, pero, creo que en ese silencio guarda una gran historia que me gustaría leer.

Aquel día, nos encontrábamos todos en la clase y el profesor decidió mandarnos un trabajo que según Kat, lo mandaban todos los años.

Consistía en ponerse en pareja y hacer un vídeo, una redacción, un trailer o unas cuantas fotos que definieran la forma de ser de tu pareja.

Escribimos todos los nombres de clase en distintos papeles doblados y los pusimos en un bote, cada uno cogía un papel y el nombre que le salía era obligatoriamente con la persona que debería trabajar.

Uff, el año pasado me tocó con Madison y suspendí el trabajo por que de ninguna manera podría quedar con ella, lo único que hice fue un vídeo  que duraba cinco segundos en el que ponía "Madison Miller es rara". —Me habló Kat en un susurro mientras veíamos como cada uno cogía su papel. Toda la clase estaba atenta ya que querían ver a quien le tocaba el papel de 'Madison'.

—¿Y ella que puso de ti en el trabajo? —Dije interesado.

—Hizo un vídeo de una fresa que la partía en dos con un cuchillo y por dentro estaba podrida, con eso quería decir que yo era bella por fuera pero por dentro estaba podrida , evidentemente suspendió también pero desde entonces estoy intentando devolverle la gracia. — Kat apretó el puño con la mano izquierda y con la derecha agarró un papel,lo abrió con cuidado y suspiró al ver el nombre de 'Jane' en el.

Le tocaba el turno a una chica con gafas y al leer el nombre comenzó a llorar, todas sus amigas la consolaban y ella no paraba de quejarse de su vida.

Todos sentían pena por ella debido a que era una de las niñas lindas del instituto que sacaba buenas notas y se portaba dulcemente con todos.

Mady miraba la escena sin expresión en la cara pero me di cuenta que esta vez se la notaba un poco más triste de lo normal por eso inconsciente le arranqué el papel  de las manos a la chica y me ofrecí ser la pareja de Madison.

Nadie se opuso y rápidamente la chica volvió a coger otro papel y abrazó a una chica rubia tras leerlo.

Ese día en el comedor me colé en la mesa donde siempre se sentaba a comer sola, y al verme no se sorprendió, de echo me miró como si fuera un intruso.

Su muñeca estaba sentada en una silla y tenía un plato de comida, eso me sacó una pequeña sonrisa ya que se veía gracioso.

—¿Cuándo hacemos el trabajo? —La sonreí pero ella no levantaba la vista de la comida. Hice un ruido con la garganta pensando que no me había escuchado y volví a repetir la frase, esta vez me miro cuatro segundos y volvió a su plato.

Me sentí tan incómodo, no tuve otra opción que imitarla, quedarme callado y terminar mi plato despacio esperando hasta que el timbre sonara.

Ese día no volví a insistir más pero al día siguiente no paraba de hablar con ella aunque no me respondía.

Una vez la tenía de espaldas y la toqué el hombro, me lo agarró con tanta fuerza que este se tiñó de un color morado oscuro.

Esta vez me rendí y pensé hacer el trabajo con lo poco que conocía y veía día a día de ella por eso decidí seguirla después de clase hasta su casa.

Sé que suena a psicópata pero,esa chica tenía algo que me atraía. Quizá su perfume.

Mantenía una distancia de 1 m para que no se diese cuenta de mi presencia.

Entró a su casa y me quedé en la ventana viendo todo lo que hacía como un acosador.

Le adjudicó a su outfit un gorro de fiesta y se puso unas pantuflas. Su casa estaba decorada y todo tenía un color pastel que me ponía nervioso.

Se encontraba en el salón y el sofá estaba lleno de peluches de diferentes tipos de animales y como no, la muñeca que siempre llevaba consigo estaba en medio.

En frente del sofá estaba la mesa y tenía un montón de aperitivos y juegos.

Al principio a ella se la veía feliz.

Cantaba contenta y esperaba sentada en el sofá sin quitar ojo a la puerta principal, después de unos cuantos minutos se desesperó ya que se la notaba triste y no paraba de coger el teléfono por si la llamaban, miraba inquietante el cartel que tenía en la pared en el que ponía "happy birthday", después comenzó a llorar en silencio.

Por un momento pensé en entrar a su casa para ser uno de sus invitados sorpresas pero antes de dar un paso me detuve al ver que comenzó a tirar todos los decorativos al suelo.

Cogía cada peluche uno a uno y los habría con un cuchillo para morder el relleno que tenían dentro,explotaba cada globo que había a su paso, se tiraba de los pelos y destrozaba la tarta de cumpleaños que se encontraba en el centro de la mesa.

Comenzaba a cantar aún más alto la canción que cantaba antes y sonreía cada vez que rompía algo. Me sorprendí mucho más al ver que agarró un mechero, lo encendió y quemó las cortinas que se encontraban detrás del sofá.

Luego se acomodó el cabello y sopló las velas tranquilamente.

—Feliz cumpleaños Mady. —Se escuchó una segunda voz, por un momento pensé que fue su madre pero me arrepentí al ver en el sofá unos ojos de un rojo sangriento fijos en mí.

No mires a la rarita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora