XI

74 27 11
                                    

Se supone que cuando estás enamorado te sientes triste y a la vez muy feliz, tienes una emoción muy fuerte que recorre cada rincón de tu cuerpo, con Melanie Martínez me pasa mucho más que eso.

Me siento tan feliz porque yo confíe en mi mismo al pensar que ella era un misterio que resolver una caja fuerte que necesitaba una llave y yo, yo era esa llave.

Pero a la vez me sentía triste porque ella no demostraba a la vez sus emociones reales, de tres semanas que llevé con ella nunca me dijo que me quería, nunca me dio un beso más que el primero que la robé, pero lo que siempre recibo es una sonrisa que me hace saltar el corazón, una sonrisa tan sincera que supera a mil te amos.

Ese Sábado la invité a salir pero la dije que era sorpresa. En mi mente me imaginaba a una pequeña Mady buscando una ropa adecuada para ponerse porque no sabía a donde íbamos.

Mis padres por supuesto que ha estas alturas ya sabían que Madison no era la hermana de Jackson y que en su lugar era mi novia.

Sonreí al pensarlo.

Bajé por las escaleras y me miré en el largo espejo del pasillo. Llevaba unos vaqueros negros y una camiseta medio elegante blanca. Mi madre me bañó en colonia y en gomina y mi padre me dio las llaves del coche y su cartera.

-Mi bebé se hace abuelo. -Mi madre me dio uno de sus famosos achuchones. -¡Cómo me entere de que le haces daño a Madison te parto en dos! -Me agarró de las orejas. -Pero es que mirate eres tan mono, ¿Quién no se enamoraría de ti? - Me agarró de las mejillas.

Mi padre y yo comenzamos a reírnos, mi madre siempre fue muy bipolar pero eso no nos molestaba si no de echo era la graciosa de la familia O'Brien.

Me monté en el auto y salí disparado hacía la esquina de siempre en la que quedaba con ella.

Al llegar la vi parada hablando con su muñeca, la había traído y llevaban el mismo vestido, realmente ese día no me fijé bien en la muñeca, mis ojos no paraban de observar a Madison.

Su vestido era de pequeños volantes, la parte de arriba era blanca y la falda de abajo rosa, llevaba el pelo recogido en una coleta y lo tenía completamente negro. Al ver que me sonreía salí del coche y la invité a entrar como un caballero medio patoso.

-Ahora... -Dijo en un susurro mirando por la ventana las pequeñas gotas de la lluvia que nos pilló por el camino. -¿ A dónde vamos? -Sonreí de lado mientras que la miraba con el rabillo del ojo, se la veía muy concentrada siguiendo con la mirada las pequeñas gotas que hacían un recorrido en zic zac por el cristal de la ventana.

-Pues ya verás. -Ella solo arrugó un poco la frente y siguió con lo que hacía antes.

Al llegar en aquel lugar en el que comencé a enamorarme de Madison, unas cuantas carcajadas se nos escaparon a los dos al recordar aquel momento tan mágico.

El parque natural estaba cerrado por la hora que era por eso decidimos colarnos. Allí la esperaba una mesa en medio del césped con una pizza, dos vasos de refresco y una flor en medio.

Al verlo ella solo me abrazó y se sentó. Miró la pizza con una mueca y eso fue lo que me hizo preocuparme.

-¿Qué sucede?

-Soy vegetariana. -Mis ojos se abrieron como platos y me puse más rojo de lo normal eso hizo que ella comenzara a reírse como una loca. Cogió un trozo de pizza y lo mordió con ganas, mi cara de horror fue épica. -No soy vegetariana... -Dijo con pesadez. -Amo la carne.

Sonreí y yo también comencé a comer.

- Oye Mady, ¿no hay silla para mí? - Debí escuchar mal, solo aclaré mi garganta incómodo al ver que Madison colocaba a la muñeca encima de la mesa y le daba una pizza en la mano.

Cerré los ojos por un momento y el trozo de pizza había desaparecido, di un pequeño salto en mi sitio.

-Tranquilo... -Me dijo Madison con cara de preocupación. -Me lo comí yo. -Señala a su boca y sin pensarlo dos veces la di un pequeño beso que duró unos pocos segundos. Ella colocó su mano en su corazón y me miró inquieta.

-¿Qué sucede?

-Creo que debería ir al médico, es que desde el primer día que te conocí me pasó y cada vez que estoy contigo me pasa. Mi corazón no para de latir muy rápido y temo que tenga alguna enfermedad muy grave. -Dice triste. -Si se acerca Jackson no me pasa nada pero en cuanto te acercas tú y me sonríes se vuelve loco. - Cada vez se la nota más preocupada. Comencé a reírme a carcajadas y al verme se extrañó.

La di un beso en la mejilla mientras que posé su mano en mi corazón.

-¿Ves? Yo también tengo esa enfermedad. - Me sentía como un niño con un gran caramelo. Una brisa fresca nos sorprendió y la lluvia que se fue en el camino volvió con unas pequeñas gotas que apenas mojaban.

Madison se veía muy feliz al ver la lluvia, parecía que la gustaba. Se levantó de su asiento y pensé que era el mejor momento así que puse la música "Pompeii" de Bastille en el pequeño altavoz que llevé conmigo, me levanté yo también y la agarré de la cintura, comenzamos ha bailar en el ritmo más lento de la canción, ella la cantaba en bajito, me encantó que supiese que música era.

Al terminar la música nos sentamos de nuevo y bebimos de nuestros refrescos, cuando estaba apunto de volver a besarla sentí un dolor que me hizo gritar, tenía uno de los tenedores clavado en la mano, por suerte era de plástico y al instante después de quitármelo se me pasó el dolor.

Me asustó saber que no fue Madison porque tenía sus dos manos agarrando mi cuello pero aunque mi cabeza no paraba de darle vueltas al final de la cena lo olvidé.

Al terminar de comer dimos un paseo por el parque y nos quedamos dormidos en el mismo césped de nuevo, pero esta vez había una pequeña diferencia. Ella me abrazaba.

××

Un ruido hacía que mi cabeza me doliera, apagué el despertador. Era muy bonito para ser cierto. Suspiré y me puse manos a la obra para intentar tener uno de mis días más maravillosos con Madison Miller.

•••
Buenas,¿les gustó el capítulo o me odiaron?

Quiero pedir perdón por no haber subido seguido como prometí pero tenía bastante lío ya que comencé la escuela.

Y les/las quiero decir que mi horario de subir capítulos está cambiado y subiré cada dos días un nuevo capítulo :) así creo que me dará más tiempo.

Pero como estamos casi por las partes finales de esta historia (es un relato corto) supongo que el cambio de horario no os molestará si no que os creará más intriga y querréis que el día de pasado mañana se publique otro nuevo.

Gracias por leerme ✨🌷

No mires a la rarita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora