Capítulo 1.

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POV CAMILA

Estoy asustada por La Paz que siento sin tener a Lauren a mi lado, quizás todo lo que ha pasado entre nosotras ha ocasionado que yo me desprenda un poco.

Habían pasado casi tres meses desde que ella se fue sin darme explicaciones acerca de lo ocurrido con Lucy, ¿como era capaz de mentirme?.

Mientras vivíamos juntas, Lauren salía a escondidas con Lucy, cuando ella se fue, Lucy se encargó de mostrarme los chats y las fotos.

Cuando me mostró los chats, yo sencillamente no le creí porque cualquiera puede fingir un WhatsApp. Pero las fotos son más reales que nunca. Simplemente me deje llevar por la rabia y la impotencia que sentía y no quise contestar sus llamadas, ¿otra mentira más para la colección? No gracias.

Ahora, Lauren había perdido algunas materias por su ausencia, aunque no tenía idea de cómo se las estaba arreglando estando allá y teniendo una vida aquí.

En el fondo quiero y necesito una explicación. Aunque Austin ha estado ahí, yo solo lo estoy utilizando. Tengo que ser realista, Lauren es la única que me hace sentir todo, a todos los niveles.

Luego de tanto pensar, me levante de la cama y fui a darme una ducha, antes de entrar a bañarme, tome mi celular y escribí en el grupo de las chicas para ver si querían salir o algo. Necesitaba distraerme.

Dinah ha estado preguntándome por Lauren y yo por todo mi enojo, ni siquiera le había comentado a ella lo ocurrido con mi pareja... o mi ex pareja. Ya no sabía que éramos.

Al finalizar mi ducha, las chicas me comentaron que no podrían salir. Pero Dinah si estaba disponible así que fue perfecto para poder contarle todo. Luego de unos 30 minutos, ella me pasó buscando y fuimos a dar unas vueltas.

-Ya era hora que te animaras a salir con alguna de nosotras, Mila, hace tiempo que nos abandonaste. -Dijo luego de nuestro saludo, ya comenzando a manejar.-

-Lo siento CheeChee, tengo problemas. -Baje la mirada.-

-Oh vamos... ¿que sucede?

-Lauren tiene 3 meses allá. Cuando se fue no estábamos muy bien. Luego Lucy me mostró unas cosas que me dejaron impresionada, destruida, en realidad.

Espere a que llegáramos a una heladería para poder mostrarle bien. Busque en mi cartera para ubicar mi celular y le enseñé las fotos y los screenshots.

Dinah estaba en shock.

-Pero Camila, no puede ser... Lauren te ama, realmente te ama. Lo veo en sus ojos. Esto debe ser un error.

-Pues no parecía tanto error en esas fotos. ¿No? Deje todo por ella y mira ahora, no quiero verla.

-¿No quieres verla? ¿No será que tienes miedo de sentir algo cuando vuelvas a verla, Camila?

Me quede callada. No pude responder a eso porque internamente ella había dado con el clavo.

-Te odio por saber lo que siento. Ayúdame. -Dije tratando de evitar mis lágrimas.-

-Camila, por Dios, no seas pendeja. Las cosas de resuelven hablando, no dejándose de hablar.

Asentí porque una vez más, ella tenía razón.

-Esperare a que llegue y hablaremos, por teléfono no funciona.

-Si necesitas algo más, sabes que puedes contar conmigo. -Me dio su mano.- Ahora, hablemos de otras cosas. ¿Quieres un café?

-¿Café y helado? Terminaré postrada en el baño. -Me reí por mi comentario. Ella rió conmigo.-

-Yo si quiero, vamos.

Pedimos su café y seguimos conversando de otras cosas. Yo sentía tranquilidad porque había alguien apoyándome en esto. Bueno en realidad ya tenía el apoyo de mi papá. Mi mama seguía en Cuba, aunque según mi padre, ellos ya habían hablado un par de veces y parecía que estaban por volver.

Yo estaba feliz de que mi mama este comenzando a recapacitar, no hay nada mejor que tener a la familia junta. Solo me faltaba Lauren.

Yo era lo suficientemente orgullosa como para no escribirle, además después de todas mis llamadas desviadas, lo menos que podía hacer ella era rechazar las mías. No lo hice. No la llamé aunque me estuviese muriendo de ganas por oírla.

Austin volvía siempre. Ya no me sentía cómoda con el. Se volvió tóxica nuestra "relación". Pero lamentablemente debía verlo siempre en clase, o en los pasillos, o en cualquier lado, por eso prefería tenerlo de amigo y no de enemigo.

Asistí a mi semana de clases habitual, ella no había dado señales de vida siquiera, y aunque yo estaba enfrascada en mi rutina, era inevitable pensarla de vez en cuando.

De vez en cuando... siempre.

Hacía tiempo que había querido cantarle a Lauren, y es que, todas las canciones llevaban su nombre, su esencia. Me parecía que era lo más justo, tampoco le había dado la rosa de papel. Se había quedado en mi casa y en medio de la mudanza de mis padres, no supe dónde estaba. De todos modos me había planteado buscarla para dársela cuando llegase. Aunque estuviese muy molesta, una parte de mi anhelaba darle amor, ella no entendía como yo me sentía así que mejor darle tiempo al tiempo.

Acabó la semana de clases y se aproximaban las tan anheladas fiestas, yo no iría. No voy a calarme al Austin drogadicto y mujeriego, y además, Lauren no estaba.

Me fui a mi casa y no hable con más nadie de los muchachos. Necesitaba un poco de paz.

¿Mi casa? Nuestra casa, Lauren... vuelve.

¿Que tanto orgullo puede tener un ser humano? No me aguante y tome mi celular. Le estaba enviando un mensaje cuando escuche el sonido de la puerta abrirse, una figura alta y de gran cabellera negra se asomó por la puerta, junto a sus dos maletas a un lado.

Era ella.

CAMREN // Nuestro hilo rojo. ¿Para siempre? //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora