Capítulo 9.

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Lauren duró un buen rato más insistiéndome. Ella trataba de evitar sus lágrimas pero en el fondo yo sabía que quería llorar desesperadamente. Después de un rato de seguir discutiendo interminablemente, mi cabeza estaba por explotar.

-Por favor Lauren, vete. -Mi voz sonaba muy segura de sí misma.-

-No Camila... yo.. yo no soy nada sin ti.

Estas últimas palabras me hicieron sentir mal por haber sido tan dura con Lauren, pero no podía ceder, no ahora. Lauren debía aprender a ser responsable de sus actos.

-Por favor, vete. -Repetí. Ya no podía hacer contacto visual con ella.-

Lauren solo tomó un poco de su orgullo y se fue, sin despedirse ni volver a mirarme. Apenas cerró la puerta, rompí en llanto. Una vez que Lauren dejo mi hogar, mi madre subió a chismosear acerca de lo ocurrido.

No es momento, mamá. -Pensé.-

Pero ella solo se dispuso a tocar la puerta de mi habitación, hasta que después, de tanto insistir, abrí la puerta enojada.

-¡¿me puedes dejar en paz!? -Le grité.- No necesito que me digas que soy la peor hija de este mundo, no ahora mamá.

-Hija yo... no planeaba decirte eso, solo quería saber cómo estabas y...

-Por favor déjame sola, luego hablamos, te lo prometo. -Le rogué.-

Mi mamá abandonó mi habitación y por fin pude llorar junto a mis almohadas y mi soledad. No quería comer, el apetito había desaparecido. Ni siquiera si tuviese una enorme pizza de doble queso y pepperoni, solo Lauren podía mejorar esto y ahora mismo yo sabía que ella no iba a volver.

Es curioso que la persona que más te hace daño, sea la única que pueda solucionar ese mismo daño. Ya era de noche y mi celular seguía apagado. Decidí encenderlo porque lo había olvidado con todo este asunto.

Cuando entre a WhatsApp habían miles de mensajes, también habían llamadas perdidas de Lauren, entre esos mensajes habían muchos que decían cosas como "perdóname" "te necesito" "enciende el teléfono Camila" "no puedo estar sin ti" "¿y ahora que hago?" . Habían unos mensajes viejos, que ella me había enviado antes de venir a mi casa. Pero habían otros luego de haberse ido.

Estos últimos me rompían más el corazón. Yo leí sus mensajes sin ninguna intención de responderle pero ella estaba en línea. No había cambiado nuestra foto de perfil, ni yo lo había hecho. Ella al notar que yo estaba activa, volvió a escribirme. "Perdóname, te amo demasiado Camila Cabello. Esto me duele". Varias lágrimas corrieron por mi mejilla una vez más. Yo solo tuve fuerzas de enviarle un corazón roto como emoticón.

No podía verla a la cara y no imaginármela besando a Lucy. La verdad ambas seguíamos muy rotas.

Lucy, te odio, te odio! Me la quitaste. Me vengare.

Logré quedarme dormida después de un rato más de algunas lágrimas. No quería molestar a nadie de las chicas con este asunto, aunque seguro se enojarían por no acudir a ellas. Solo tomé mis auriculares y me hundí en la música.

Al día siguiente se supone que ya no podría faltar a clases, pues debía entregar un taller. Por suerte soy muy responsable y ya lo tenía hecho.

Desperté sin ningún tipo de ánimo a mi favor y me di una ducha energizarte, para tratar de tener al menos una cara pasable en la universidad. Se supone que Lauren vendría por mi pero yo me fui antes de la hora acordada habitualmente.

Ya estaba comenzando a caminar cuando mi celular comenzó a vibrar. Era Lauren preguntándome dónde estaba y por qué me había ido sin ella. Unos metros más adelante e ignorando sus mensajes, ella se acercó a la acera, con el carro.

CAMREN // Nuestro hilo rojo. ¿Para siempre? //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora