"La mayoría de las personas piensan que las bodas o uniones entre familias ya arreglados no son muy dados ya en estos tiempos...pero para mi suerte y el de mi hermano mayor si."
Esta historia es Yaoi, tiene una idea muy loca que junto a unas amigas...
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Phichit en el tiempo en que Yuuri estuvo en Francia, él tuvo varias discusiones con su pareja haciendo que se tomaran un tiempo y dejando a un tailandés muy triste y con un sufrimiento terrible. Pero estos no fueron demostrados a la hora de cuando Yuuri llegó a la casa del mismo.Todo estaba en orden como siempre, su cuarto seguía igual; llena de hámster.
Ambos se habían puesto a hablar sobre lo que les había pasado. Empezando el menor con la historia de su casi ruptura con su pareja y terminando por el mayor con lo pasado la noche anterior. Ambos se sentían engañados sobre la palabra amor la cual había sido dicha y prometida por sus respectivas parejas.
Intentaron distraerse de diferentes maneras, desde salidas hasta videojuegos, pero no servían de nada para ambos. En alguna parte alguno recordaría por lo menos a su pareja, ya sea con un simple perro o con escuchar palabras que dirían muy constantemente.
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La segunda noche del nipón en la casa del moreno fue mejor. Habían decidido que con una noche de copas les podría hacer bien. Y ahí se encontraban en el living, frente a cada uno, y solo los separaba una pequeña mesa ratonera, la cual ya se encontraba casi llena por latas vacías de cerveza. La cerveza al parecer estaba muy concentrada en alcohol, ya que al ir por la cuarta o quinta cada uno, estaban hablando disparates.
Uno de los castaños hablaba de como lo había engañado su propio esposo, mientras que el otro se quejaba de que su novio jamás le daba bola ni siquiera para una simple foto como recuerdo. El mayor luego empezó a decir que era lo mejor haberse ido. Mientras hablaba intententaba pararse, obteniendo varios resultados negativos; hasta que logro hacerlo. Estar parado solo duro segundos porque sintió que su cuerpo no ayudaba en nada en aquel momento. No sabia en que tiempo quedó sobre Phichit, provocando un leve sonrojo y risa del contrario.
Estar pasados de copas y tener corazones rotos no eran buenas combinaciones. Las risas fueron disminuyendo y las miradas empezaron, las caricias por parte del tailandés en la cara de Yuuri fueron aceptadas, en ningún momento el contrario se alejó. Por un momento un pensamiento, tal vez maligno, se le paso por la cabeza al japonés " Si él lo puede hacer con otra ¿Por qué yo no?".
