"La mayoría de las personas piensan que las bodas o uniones entre familias ya arreglados no son muy dados ya en estos tiempos...pero para mi suerte y el de mi hermano mayor si."
Esta historia es Yaoi, tiene una idea muy loca que junto a unas amigas...
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Yuuri se despertó con los rayos de sol que traspasaban el ventanal de la habitación. Al abrir los ojos pudo percatarse de que aquel lugar se le hacía raro, si su memoria no fallaba, él se encontraba en un hospital hace sólo unas horas. Ante aquello su primera reacción fue el tocar su abdomen, el cual estaba plano, sin ninguna cicatriz o marca alguna que diera a entender que hubiese estado embarazado. Eso le pareció raro, aunque más lo fue el que, luego de unos minutos, pudo llegar a recordar en donde estaba. La habitación que compartía con Viktor en la luna de miel.
Todo estaba en su lugar, a la izquierda del ropero, las maletas de ambos; al costado de la cama, la cucha perteneciente al mismo can que se encontraba durmiendo en la misma. Un golpe se escuchó, él suponía que provenía de la cocina, luego de aquello unos insultos en ruso pudieron ser escuchados. Los pasos provenientes de afuera de la habitación, se empezaron a hacer más audible, ya que la persona de afuera se empezaba a acercar. Como si fuera un niño, Yuuri se escondió bajo las sábanas, llegando a taparse por completo y fingir que aún dormía.
-Yuuri, cariño, despierta.- la mano, a quien pertenecían esas palabras, con cuidado movió las telas que separaban al otro.
-Mng, no quiero.
-Cerdito, mi jamoncito, ya va a ser medio día y aún no salimos a terminar de visitar todo el lugar. Además, te traje el desayuno o lo que queda de él.
La bandeja y una taza de té era lo que se encontraba en las manos de aquel platinado. Al parecer lo que se había caído hace sólo unos minutos fue el resto de lo que antes hubiese habido.
- No debiste hacer esto, aun sabiendo que no puedes hacer mucho.
- ¡Se preparar un desayuno! No seas malo conmigo, Yuuri.
Un beso en la nariz al de ojos azules le fue entregado por su pareja. Al alejarse y verlo bien, un presentimiento en su vientre bajo se le fue presentado, no sabía que es lo que pasaba, sentía que algo no andaba bien o que no concordaba. Pero un beso en los labios del nipón hizo desaparecer toda duda o presentimiento. Amaba cada acción y sorpresa que se le era dada por su esposo.
Viktor al salir de la habitación para darle privacidad a que su querido esposo se vistiera, el japonés antes de levantarse de la cama, volvió a sentir que algo no encajaba. Inconscientemente sobo con su mano derecha en forma de círculos su estómago. Algo faltaba y pasaba, y lo intentaría averiguar.
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Lo siento!!! Mis lector@s l@s he mantenido muy olvidad@s estos meses. El colegio me consume y más los exámenes. Es el último año de secundaria y se me hace muy caótico todo.
Quise traer algo corto para que sepan que nuncaabandonaría esta historia.
