Capítulo 29

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Yuuri se encontraba en labor de parto, veía a los médicos pasar rápido frente a sus ojos y el como sus amigos suizos eran sacados de la sala

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Yuuri se encontraba en labor de parto, veía a los médicos pasar rápido frente a sus ojos y el como sus amigos suizos eran sacados de la sala. El nipon fue llevado al quirófano que ya estaba listo y preparado con enfermeras y médicos para así comenzar inmediatamente la cesárea.

La inyección, los calmantes, sueros colgados, sangre por si se necesitaba una transfusión. El moreno se encontraba tanto nervioso como adormecido por los medicamentos dados anteriormente. Leves presiones se sentían en su abdomen y las contracciones se hacían presentes junto al sudor provocado por el dolor.

El estómago del japonés ya se encontraba abierto y los cirujanos se encontraba trabajando a toda prisa para que el pasiente no tuviera secuelas luego del embarazo. Primer llanto, su primer hijo y las lágrimas salían de la emoción de los ojos de Yuuri. Aún faltaba su segundo hijo, solo un par de minutos y se oyó el segundo llanto, más fuerte que del primero.

La voz de las enfermeras anunciaban que los mellizos eran niños, saludables y muy hermosos a su manera. Yuuri quería verlos, se los rogaba a la enfermera que estaba presente a su costado, pero ésta rechazo su pedido diciéndole que los vería luego de que revisaran de que estuviersn bien sus hijos y de que se encontrarán en la habitación dada para él.

Yuuri sentía leves pinchazos en su abdomen para que luego la cortina que tenía frente a él fuera retirada, para presenciar que su estómago ya no se encontraba abultado, si no todo lo contrario. Visualizo dos cuneros a su costado derecho en el cual se encontraban varios cables, lo cual pensó que sería para la revisión de sus hijos. De un momento a otro la camilla en la que se encontraba empezó a ser trasladada fuera del quirófano, Yuuri sería llevado a la habitación en la cual se quedaría hasta que fuera dado de alta.

Luego de un tiempo esperando en la habitación, su emoción por ver a sus hijos se hacía presente, parece que fue tanta que como un hechizo, unas dos enfermeras llegaron con sus hijos envueltos en dos mantas azules. Al acercarse ambas mujeres, posicionaron a ambos en cada brazo de su progenitor.

El japonés empezó a llorar apenas vio como las chicas salían de su habitación. Los llantos de sus pequeños empezaron a hacerse presentes y como reflejo empezó a cántarles una nana que su madre en algún tiempo le enseñó cuando era pequeño. Sus lágrimas empezaron a parar para así solo darle lugar a una pequeña sonrisa.

Sus hijos eran tan distintos, cada uno tenía algo de su padre, respectivamente.

El primer hijo, quien era el mayor, tenía una piel tan blanca como la nieve y un cabello de la misma tonalidad. Su segundo hijo, castaño y con una piel tostada. No los cambiaría por nada, uno de ellos representaba el amor que tenía y nunca olvidaría por aquel hombre que en algún tiempo lo amo a él. Eran hermosos a su manera.

Yuuri ni se percató del momento en que ya no se encontraba solo, sus hijos habían dejado de llorar, y una voz retumbó en sus oídos, aquella voz que pensó que no escucharía en mucho tiempo.

Compromisos arreglados ~AU Yuri!!! on IceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora