Esta semana ha sido un desastre, súper movida, primero la universidad, aprobaron mi tesis así que tuve que sustentar frente al decano y otros maestros, el estar a cargo de la pastelería, esta semana había más pedidos de lo normal, Dan y sus cosas, estoy agotado, un horrible sonido me saco de mi más increíble sueño, giro y veo la hora son las cinco de la mañana, odio al inventor de los teléfonos en este momento.
— Hola— digo medio dormido.
— Hablo con el señor Alexis Moon— pregunta una voz femenina.
— Si ¿Quién habla? — pregunto.
— Le hablamos del hospital general de nueva York ¿Es usted hijo del señor Thomas Moon? — pregunta la mujer, sacándome de mi ensañamiento.
— Si ¿Por qué? ¿Qué le paso a mi padre? — digo levantándome.
— El señor Moon se encuentra hospitalizado desde el día viernes debido a problemas cardiacos — dice la mujer.
— ¿Por qué me contactan hasta hoy y a esta hora? — pregunto sin querer oír la respuesta.
— El señor se negó a darnos la información de algún familiar, el señor sufrió un síncope cardiaco debido a la acumulación de grasa en sus arterias y la mala alimentación que lleva, sumado a eso empeoro su situación debido a los problemas de salud que padece, requerimos de su presencia, para poder darle de alta — dice la mujer, sin que ella lo dijera ya me encontraba empacando algo de ropa.
— Estaré ahí lo antes posible, el viaje de donde estoy a nueva York es algo largo — digo saliendo de mi habitación.
— Lo esperamos— dice y cuelga.
— DAN! — grito entrando a su habitación.
— ¿Qué pasa? Papá ¿por qué me despiertas así? — pregunta levantándome asustado.
— Disculpa bebé, pero debemos ir con el abuelo está enfermo, así que dúchate mientras yo te empacó algo de ropa — digo ya abriendo su closet.
Media hora después ya estaba listo, junto a Lana quien vino cuando la llame, dejo las indicaciones sobre el trabajo y de la casa, entrego mis llaves y las del negocio.
— Te juro que no tardaré, Hazte cargo unos días del negocio mientras yo vuelvo— digo guardando las petacas en el baúl del auto.
— Sí, no te preocupes, espero que no sea nada grave lo del señor Thomas — dice la castaña refiriéndose a mi padre.
— Dan, sube, ojala y no lo sea — digo subiendo al auto— adiós Lana — digo antes de acelerar
Tan pronto el auto se adentró en la Interestatal Dan cae dormido, tendré que despertarla para que coma algo, conduzco a una velocidad considerable, faltando un cuarto para las siete de la tarde, veo el letrero de " BIENVENIDOS A NUEVA YORK " freno en seco, no lo había pensado, pero estoy por entrar a la ciudad que jure nunca más volver, el lugar donde perdí mi niñez e inocencia, donde sufrí lo peor que le pueden hacer a una persona.
— Pa' ¿Estás bien?— pregunta Dan desde el asiento de atrás.
— Si, solo pensaba en algo— respondo poniendo en marcha el auto nuevamente, en doce años mucho de este lugar a cambiado al igual que yo.
Estaciono en el hospital, entro y me presento, una enfermera me guía al lugar donde está mi padre, él al verme solo me mira sorprendido, muchas veces me pidió venir pero siempre me negaba.
— Alex ¿Qué haces aquí? — Pregunta
— ¿Eso es lo que me vas a decir? — pregunto molesto— ¿Cómo es posible que te negarás a que me avisaran? ¿acaso eres un viejo senil? - pregunto en broma lo último.
— Lo sé, lo sé— dice, en eso entra Dan.
— CAMPEON — grita mi padre haciendo que me duela la cabeza como cada vez que se juntan.
— En recepción me dijeron que te darán de alta en la mañana, voy a firmar los papeles— digo saliendo — nunca pienses que te dejare solo, eres mi padre— digo estando en la puerta.
Estoy agotado, todo el día conduciendo sin descanso, solo pare para comer algo, para cargar combustible y para que Dan hiciera del baño, firme todos los papeles, solo falta la orden de salida la cual me darán mañana por la mañana, al entrar a la habitación los dos están dormidos uno en su camilla y el otro en un sillón, me dispongo a pasar la noche sentado en una silla no muy cómoda, viendo a los dos, una tormenta de recuerdos acude a mi mente pero la disipo de inmediato, según lo que me dijo el médico, papá no puede vivir solo, que su enfermedad no es tan leve como habían pensado, lo cuidaré así tenga que vivir aquí.
— Joven— lo una voz — joven despierte — abro los ojos y una enfermera está casi sobre mí.
— ¿Sí? — pregunto
— Ya está el orden de salida, solo debe firmarla— dice antes de irse, me levanto firmo el alta y regreso.
Despierto a los dos y nos ponemos en marcha, mi padre me guía por las calles de la ciudad ya que la ciudad ha cambiado mucho al entrar a casa supe que tendría mucho trabajo, mi padre me ve y se excusa.
— En mi defensa, trabajo todo el día y soy hombre— dice ganándose una de mis miradas.
— Y al parecer comes mucha comida chatarra, no he entrado a la cocina y puedo jurar que la encontrar de llena de basura — reprocho viendo la sala — ve a recostarte, yo limpiare un poco y preparare de comer— digo empujándolo a su habitación.
— Si papá — contesta burlonamente — me alegra que estés aquí— dice antes de irse.
Después de un rato ya tengo la sala limpia, igual que los baños y las habitaciones, estoy en la cocina y me percató de que Dan se me perdió de vista desde hace un tiempo, mientras preparo la comida limpio la nevera y no me equivoque varias cajas de comida chatarra estas en la basura ahora.
— Pa' , mira hice un amigo— dice Dan señalando a un chico asiático de unos 12 o 13 años me recuerda a alguien.
— Que bien— digo sonriendo — ¿cómo te llamas? — pregunto al chico.
— Soy Tai, Aoba Tai — dice educadamente.
— ¿Aoba? — repito pensativo— tienes el mismo apellido de alguien a quien conocí hace muchos años — digo sonriendo.
— Quizás sea mi hermano somos los únicos Aoba en la ciudad y tiene más o menos su edad y vivió aquí — dice el asiático.
— Quizás — digo volviendo a lo mío — ¿Te quedas a cenar? hice verduras al vapor y filete — el asiente — ok, lávense las manos — digo sirviendo la comida.
Comimos todos junto a Tai es un chico divertido por lo menos Dan ya tiene un amigo espero no le moleste la noticia de que nos quedaremos Aquí para cuidar a su abuelo.
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PARA VOLVER A AMAR. SIN EDITAR
Acakla vida de Alexis Moon cambia radicalmente después de ser violado a la edad de 12 años, un cambio que lo hará ser fuerte pero aun así su apariencia inocente y tierna engañara a mas de uno. vive solo para lograr sus metas hasta que un día en una sit...