Pov.Kurt
Hace una semana que nuestros suministros empezaron a escasear, pero hoy fue el día definitivo, por lo que Ambar y yo salimos a buscarlos, estaba preocupado por mi madrina, no sabiammos nada de su nieta e hija y eso la destrozaba, sabía que sufria de algunos dolores en la rodilla por lo cual no la dejamos salir de la casa, tomamos sus grandes cuchillos de campo y salimos con la promesa de volver antes del anochecer.
Habíamos caminado durante media hora, estábamos un tanto cansados y alejados de la casa, por suerte aún era temprano, las mochilas pesaban un poco gracias a la poca comida que habíamos encontrado.
-¿Todo despejado?- Me pregunto Ambar en susurros.
Miré la calle con atención, pude ver que el cartel de la pequeña tienda estaba a unas calles, el único movimiento en esta calle eran unos papeles volando por el viento, sentía el sol quemarme con lentitud, mis pies ardiendo de tanto caminar, pero mi compañera y yo nos las arreglábamos para seguir hasta encontrar un poco de comida.
-Todo despejado.- Antes de continuar le dí un vistazo a la calle en la que estábamos, prevenir no estaba de mas.
Seguimos caminando calle abajo, mirando a todas las direcciones, nunca se sabia cuando nos podían atacar. Cuando estábamos casi en la siguiente esquina un ruido nos alerto, volteamos a la derecha con nuestras armas preparadas pero lo único que encontramos fue un gato pardo removiendo basura en la casa frente a nosotros, me acerque lentamente al felino, temiendo que escapara.
-Hola amigo- le hable al gato que al oir mi voz me volteo a ver con interés reflejado en sus ojos pardos, pude notar que tenía un collar puesto.- ¿Estas solo?
El gato maulló y corrió a la casa de su izquierda, una antes de la esquina, cuando llego a la puerta empezó a rasguñarla y maullar.
-Tranquilo, no te haremos daño- podía sentir la mirada de Ambar en mi espalda.- Supongo que esa era tu casa.
Cuando intenté acercarme el gato paró de rasgar y maullar para sentarse frente la puerta, segundos después pude oír movimiento dentro de la casa, Ambar corrió hacia la pared de enfrente quedando oculta para quien sea que estuviera adentro, yo por mi parte subí la mano con el cuchillo a la altura de mi cara, listo para matar al zombie.
Me tensé cuando la puerta se abrió dejando ver a un chico de mi edad con el pelo de color rojo, que tomo al gato.
-¿Ya te cansaste bola de pelos?- El chico tenia una voz grave que sonó chistosa cuando le dio ese tono con le que le hablas a un niño- Ven vamos adentro..
Cuando me miro su rostro mostró desconfianza y cautela, en un rápido movimiento dejo al gato dentro de la casa y tomo un bate con clavos, después cerró la puerta, Ambar me miró preguntándome en silencio si necesitaba ayuda, negué un poco con la cabeza.
-¿Quien eres?- me estremecí al oír al chico, ahora su voz me parecía intimidante, pero no me acobarde y me erguí.
-Me llamo Kurt-Pareció sorprenderse un poco cuando hable, como si no esperara que le contestara.
-Kurt...Bien.-Apoyo el bate en el piso- ¿Estas solo?
Ambar me hizo señas para que lo negara, pero no le hice mucho caso, si quería llevarme bien con este chico tenía que demostrarle que podía confiar en mi.
-No-Le hice una seña a mi compañera que me miraba molesta, pero camino hasta posarse a mi lado.
-Mi nombre es Ambar- Su voz sonó un poco fría, lo miraba con cautela.
-Por tus ojos ¿No?- Reprimí una risa al escuchar al chico mientras que mi amiga me dio un pequeño golpe en el brazo, la mire fingiendo estar herido, sobandome el brazo. El chico rió un poco-Tomaré eso por un si- camino hacia nosotros, cuando quedo a una distancia prudente extendió su mano libre- Mi nombre es Daniel.
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el tiempo para morir
Paranormal"No importan las condiciones si vives al borde (literalmente)" Evelyn es una chica de 16 años. Cuya vida dio un giro de 360 grados cuando llegó el Apocalipsis y con el los Depredadores ella y sus amigos se enfrentaran a las dificultades de...