el tiempo para morir

Capitulo 9

POV. EVELYN

A unos segundos de la advertencia los golpes en la puerta empezaron.Sin perder el poco tiempo que teníamos nos distribuimos para tener una ventaja defensiva, me coloque en la entrada de la pequeña sala, de frente a la puerta apenas iluminada por una linterna colocada sobre una pequeña mesa, con la finalidad de no quedar a oscuras.

Pasaron unos segundos de silencio absoluto hasta que un golpe en la puerta nos sobresalto a todos, Samuel me miró con miedo en sus ojos mar desde el inicio de las escaleras, por mi parte mire a Helena que estaba a mi lado, apenas nuestras miradas se cruzaron sentí una ola de valentía en mi, ella asintió como si pudiera sentir lo mismo que yo. Los golpes en la puerta eran mas fuertes y constantes, como un coro de la muerte esperándonos, pronto la puerta de madera empezó a ceder, sentía la adrenalina dándome fuerzas y energías, con el corazón en la mano apreté mis manos alrededor de mi machete y me escondí atrás de la pared justo cuando la puerta termino de caer.

Los depredadores entraron como un tornado, me tensé lista para atacar al primero que entrara a la sala, le di una mirada rápida a la castaña a mi lado que se encontraba igual de tensa que yo. Los pasos se acercaron a mi posición, no pasaron dos segundos cuando el primer atacante entró.

Gruñí un poco para atraer su atención, apenas se giró hacia mí blandí mi arma y se clave en la cabeza haciendo que cayera de rodillas al suelo con un ultimo gruñido, sin pensarlo desenterré mi arma y la clave dos veces más con furia, cuando me aseguré de que estaba muerto me enderecé sin importarme la sangre salpicada en mis brazos. 

Sin darme tiempo para recuperarme sentí un dolor increíble en mi torso y al instante uno de ellos cayó sobre mi, me defendí con mi arma para que el depredador no me mordiera, estuve así unos segundos, pero el dolor en mi torso no hacia mas que incrementar, sentía los chorros de sangre caer en mi cara, provenientes del cuello herido de mi atacante, sentí la saliva en mi cara, mezclándose con la tierra y sangre y llenando mi nariz de olores desagradables. Cuantos mas segundos transcurrían sentí mas dolor y menos fuerzas, estaba a punto de sucumbir al peso de mi enemigo, pero de pronto desapareció, en cuanto deje de sentirlo me voltee y me apoyé en mis manos y rodillas mientras tosía, el piso blanco estaba lleno de sangre, me limpie la cara con mi antebrazo y acto seguido volví a caer de espaldas, presa del insoportable dolor de que parecía ocupar todo mi cuerpo, me mordí la lengua para no gritar por lo que solo gruñía, escuchaba voces a la distancia me sentía débil, tan débil que cerré los ojos y me dejé llevar por la oscuridad.

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POV. KURT

El día empezó extrañamente bien, el sol se colaba por las cortinas dando una sensación peculiar de alegría, me estiré en la cama matrimonial, sin sentirme realmente despierto, podía escuchar voces en la planta de abajo, decidí que un baño era lo correcto ya que no olía del todo bien, por lo que me metí al baño con movimientos perezosos.

El baño estaba muy bien iluminado, la regadera en medio del cuarto, el lavabo a su derecha acompañado de un gran espejo y a la izquierda una gran bañera, me pare en frente del espejo, repasando mi aspecto; mi cabello había crecido hasta que mi flequillo cubría mi frente, lucía una barba un tanto descuidada que cubre mi mandíbula completa, la verdad no me acordaba de la última vez que me arregle pero el día me inspiro a tomar el rastrillo que se encontraba al lado de una maceta de orquídeas en el gran lavabo y con ayuda de agua y jabón me rasure, cuando termine solo se veía una pequeña barba.

Sin esperar más me di un baño frío, pues no teníamos agua caliente, me pregunte como haríamos cuando el invierno llegara, seguramente tendríamos que calentar el agua, por suerte teníamos gas de sobra.

Me vestí con unos pantalones de mezclilla y una sedadera negra, me peine un poco el cabello y baje a desayunar, cuando entre a la cocina sonreí al ver a mi nueva familia convivir, Trevor y Rayas estaban comiendo croquetas en unos platos de plastico, Carola y Daniel cortaban la fruta para desayunar y Ambar hacía un jugo de naranja mientras tarareaba una canción que no pude identificar.

-Buenos días, Kurt- Hablo mi madrina cuando me vio.

-Buenos días a todos.

Mis amigos me sonrieron como respuesta concentrados en sus tareas.

-¿En que puedo ayudar?- Hable con ánimos.

-Podrías regar las plantas de la entrada con el agua que ahorramos de los baños.

Asentí con una sonrisa y fui a recolectar las cubetas con el agua, cuando tuve las tres salí a la entrada no sin antes tomar una arma, puesto que nunca se sabia que pasaría, sin dejar e estar alerta empecé mi tarea, el sol me daba una sensación reconfortante y me tranquilizaba pues en el día había menos zombies merodeando, cuando estaba a punto de terminar mi labor el ruido de un motor acercándose me distrajo, inmediatamente voltee a la dirección del sonido y apenas pasaron unos segundos pude ver una camioneta todo terreno dirigirse hacia mi, encima de esta se encontraban unos soldados armados con rifles, que al verme los dirigieron a mi, rápidamente alcé mis manos sobre mi cabeza y las moví un poco para que se dieran cuanta que no era uno de ellos.

La camioneta paró a mi lado, y de ella bajaron dos soldados de la parte interior, mientras que los que sobresalían miraban a los lados.

-Buenos días- salude a los soldados con una sonrisa y baje mi arma.

-Buenos días, ciudadano- hablo el primero de los soldados, un castaño moreno con lentes de sol y una pistola en manos.- Estamos recolectando a los sobrevivientes para llevarlos a un refugio gubernamental, ¿Hay alguien mas con usted?

-¡Si!- contesté emocionado.- Somos cuatro, tres adolescentes, incluyéndome, y un adulto mayor.- Los militares asintieron serios- También tenemos mascotas, dos gatos.¿ Nos podemos llevar a nuestras mascotas?

-Si, no hay problema, mientras ustedes las mantengan. Ahora trae a tus compañeros que los llevaremos al refugio.

Asentí y con las energías al tope, me dirigí a la casa.

Estamos a salvo.