Capítulo XIIHabían pasado un poco más de dos meses desde que Hinata se fuera con Kiba. Sasuke aun estaba reacio a aceptar la realidad. Muchas veces creyó que se trataba de una pesadilla y nada más, pero ni siquiera había indicios de que fuera así.
Recordó los acontecimientos de hacía apenas seis meses, la perdida de sus hijos no natos, la muerte de su amante y entre otras cosas, su divorcio.
La vida era difícil de continuar sin su esposa ni sus pequeños. Estaba más que arrepentido, pero ella no quiso escucharle. Pensó que después de la desaparición de Suzuki, todo volvería a la normalidad. ¡Cuan equivocado estaba!
Trato de reconquistar a la ojiperla, pero ella le rechazaba apenas le proponía una solución a su tan deteriorado matrimonio. Todos sus esfuerzos fueron en vano y ya no había nada más que hacer.
Ahora él estaba en su habitación, recostado en la cama, tratando de reacomodar sus ideas. A pesar del dolor que sentía, tenía que estar al día en su trabajo. Casi siempre su mente estaba distante, firmaba documentos casi mecánicamente, como si alguien más lo hiciera por él.
Miró el reloj, eran las cuatro en punto. Se levantó y tomó una ducha, tenía que recoger a sus hijos. Ese fin de semana serían suyos, puesto que el fallo del juez fue a favor de Hinata. El Uzumaki sí que era un excelente abogado. Lo más triste es que ella nunca estaba presente cuando él iba por los niños, siempre estaba Hiashi o Neji, aunque nunca le decían más de lo que quería saber a petición de su ex esposa. Solo Makoto le daba alguna información, no muy precisa, ya que Hinata era muy buena para ocultar sus sentimientos enfrente de los niños.
Salió y se vistió presuroso, ya era tarde. Aún no le habían confirmado quien era el que le llevaría a los pequeños, pero eso no era importante, lo importante era que él quería ver a sus retoños.
Al llegar al restaurante, vio a Makoto e Itachi que correteaban en el área de juegos. Su corazón pálpito esperanzado al ver a dos jóvenes que los acompañaban, seguro era Hinata y aunque sintió cierta desazón, el otro acompañante debía ser Kiba.
Conforme se acercaba, Sasuke cayó en la cuenta de que no se trataba de su tan anhelada ex mujer ni del abogado, sino de la hermana de ésta, Hanabi y también estaba presente su hermano Itachi.
—¿Itachi? ¿Hanabi?— Preguntó incrédulo, viendo a cada uno de ellos y estos a su vez le dirigieron sonrisas de bienvenida.
—¡Hola, hermano menor! Te tardaste... Karin me está llamando y francamente, tengo que regresar antes de las seis para la cena— Dijo el pelinegro mayor cruzándose de brazos.
—Hubo algunos problemillas... ¿Como han estado?— Tranquilamente se sentó.
—¡Eso no importa, tonto! Le pedí a Itachi que me acompañara, necesito hablar contigo...— Le dijo la jovencita.
—¿Tu, Hanabi? ¿No me odias? Me lo dijiste en el Juzgado, ¿lo recuerdas?— Sasuke la miró fijamente.
—¡Ah! Si... Te odio, en fin... Pero amo a mi hermana y sé que ella llora mucho por ti— Suspiró Hanabi resignada.
—¡Hmp! ¿Por mi? ¿No vive con Kiba? Seguro es feliz con él, con el santo Inuzuka...— Le dijo en tono irónico.
—No, estas equivocado... Ella no vive con Kiba, imagínate, su esposa lo mataría— Hanabi sonaba seria y Sasuke volteo a ver a Itachi, quien al parecer lo sabía.
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Un nuevo comienzo
أدب الهواةÉl fue infiel... ¿Podría perdonarlo? Sólo las circunstancias lograrían hacerle cambiar de opinión. Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto.