Los primeros rayos del sol empezaban a filtrarse en la ventana de la alcoba de los chicos, dando de lleno en el rostro de Grace, quien, luego de un gesto de molestia por ser despertada de tal manera, se sentó repentinamente al recordar al mago y su misteriosa compañera. Giró su rostro al lado para ver a Lucky, pero, debido a las actividades que tuvieron en la madrugada, tal parecía que el chico dormiría al menos durante toda la mañana. Sonrió con inocencia al verlo profundamente dormido; sí que lo había agotado en extremo. En seguida se levantó y se vistió para salir al huerto a tomar lo necesario para el desayuno, teniendo en cuenta la supuesta inesperada visita.
"Ahora que lo pienso —susurró de repente, extrañada, mientras alentaba el paso al bajar las gradas—, la diosa Gaya dijo que Lucky y yo somos los últimos humanos en la tierra. ¿Entonces, qué es esa chica?". Un detalle en el que no pensó cuando la vio; al parecer, la impresión de verla le nubló un poco la razón, o quizá se debía a que no había estado durmiendo muy bien en las noches anteriores debido a la preocupación por el mago. Aquello la intrigó un poco, pero solo aumentó sus deseos por conocerla de una vez. Así que retomó el paso, y se dirigió al huerto. No desconfió de la chica, ya que, al parecer, el mago confiaba en ella, y él, en definitiva, era una persona muy desconfiada; solo bastaba recordar cómo los trató a ella y a Lucky cuando lo conocieron.
En el jardín, el hada y el mago se veían a los ojos, luego de un tierno, pero largo beso en el que trataron de demostrarse lo mucho que se amaban; ambos se miraban con una pequeña sonrisa en sus enrojecidos labios, señal clara de su felicidad y de la intensidad de sus besos, respectivamente. Hasta entonces se percataron de que ya había amanecido, y sonrieron ante su pérdida de la noción del tiempo mientras se besaban. Los pajarillos, las mariposas, las pequeñas ardillas, así como las flores diurnas y todos los árboles de su alrededor parecían darles los buenos días a ambos, incluidas la hermosa flor recientemente nombrada Alba, y todas sus flores de corazón sangrante, que lucían sus colores más radiantes que nunca. Todo el ambiente del jardín empezó a ser impregnado por un intenso aroma matutino liberado por todas las plantas y flores, como si de incienso se tratara, y un incienso que podía llevar al éxtasis de la relajación, lo cual, notando el hada y el mago, cerraron sus ojos y respiraron profundamente, disfrutando de tan grato detalle.
—Quiero que me muestres todo tu bosque —dijo el hada en susurros y con sus ojos aún cerrados—. Y quiero que nos amemos en cada rincón del mismo —Añadió con un dulce, pero sugerente tono de voz, a la vez que abría sus hermosos ojos—. —Así será, mi hermosa hada —respondió el mago también en susurros, luego de abrir sus ojos junto con ella—. —Pero antes muéstrame tu castillo —Le dijo como una niña emocionada, lo que causó una sonrisa de gracia al mago—. —Está bien, vamos, y comeremos algo adentro. Porque supongo que debes tener hambre —dijo el mago sin dejar de mirarla a los ojos, y la chica dejó su sonrisa y se sonrojó para luego asentir un poco avergonzada—. Te ves tan hermosa cuando te sonrojas —Le dijo el mago, y luego le dio un suave beso en sus labios, el cual, el hada, aceptó con una tierna sonrisa. La tomó de la mano y se dispusieron a salir, no sin antes apreciar, una vez más, aquella hermosa flor que el mago le regaló al hada, y al resto del hermoso jardín.
Una vez afuera, el hada vio a Grace en el huerto, quien parecía no percatarse de ellos. Entonces, sorprendida, le preguntó al mago en susurros quién era ella, y él solo le respondió que albergaba a dos jóvenes humanos en su castillo, y que el nombre de ella era Grace; que lo demás se lo explicaría luego. "¿Pero en qué pensará tanto?", le preguntó otra vez, al ver a la chica tan pensativa, y entonces sonrió con malicia. "No pensarás hacer lo que imagino": inquirió el mago con intriga, y el hada solo lo miró a los ojos y sonrió más en respuesta. "La asustarás", le advirtió el mago, y suspiró resignado al verla desaparecer.
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La Leyenda De Un Nuevo Origen
FantasiNighter es un humano que, tras haber sido abandonado al nacer, fue tomado como hijo por una diosa movida a compasión por el pequeño: ella decidió instruirlo en los misterios de la vida, volviéndose así, aquel humano, un poderoso mago. Pero cuando es...