Era casi media noche y apenas estaba regresando a casa. El maestro de matemáticas me detuvó de nuevo antes de salir para darme el mismo sermón de siempre, últimamente me había obsesionado mucho con el ajedrez y había descuidado los deberes. «¿de qué sirve aprenderme tantas fórmulas y problemas?, ¿realmente lo ocuparé algún día?», mi mente se inundaba con pensamientos de este tipo hasta que algo me hizo volver a la realidad. Una extraña mujer parecía estar dejando algo en un callejón adyacente a una de las calles por las que tenía que pasar para ir a casa, al principio no le tomé importancia, «¡vaya hora de sacar la basura! Ciertamente hay gente muy extraña en este mundo», pensé. Todo hubiera quedado ahí de no ser por una voz tenebrosa, casi como un susurro apenas audible viniendo del callejón que decía "¿sabes jugar ajedrez?", me detuve un momento para rectificar lo que había oído, miré a mi alrededor y noté que estaba completamente solo; ¡claro! a ésta hora ¿quién más iba a estar afuera?, todos están durmiendo y, yo también lo estaría de no ser por ese fastidioso profesor. La voz se volvió a escuchar, esta vez más nítida. Sentí un pequeño escalofrío. En ese momento pude haberme ido corriendo a casa... desearía haber hecho eso, pero mi curiosidad pudo más. Me asomé cuidadosamente por el callejón, podría haber algún maniático queriéndome asaltar o algo así. No había nada... excepto algo que llamó mi atención; ¡un tablero de ajedrez hecho de mármol con sus piezas completas! No veía mucho por qué la calle estaba completamente oscura y solo era iluminada por algunos postes de luz cercanos, pero se notaba que no eran piezas comunes, «quizás era alguna colección rara», pensé, a lo mejor la mujer de hace rato había tenido alguna pelea con su marido y en venganza tiro su ajedrez, en realidad no me importaba mucho, solo quería llegar a casa a dormir después de tan largo día. Guarde el tablero junto con las piezas en mi mochila y salí de ahí rápido posible antes de que se arrepintiera la mujer y volviera a reclamarlo o algo.
Al día siguiente me desperté temprano para inspeccionar de cerca mi nuevo ajedrez, se veía bastante antiguo. Lo que llamó verdaderamente mi atención fueron las piezas, no eran como ningunas que había visto antes, parecían personas con expresiones horribles en el rostro como si estuvieran sufriendo bastante, a excepción de los reyes (estás parecían no tener rostro), las piezas negras tenían un ligero color rojizo oscuro y ambas estaban muy bien detalladas, no me imagino que artista retorcido pudo crear algo así. De pronto oí la voz de mi hermano gritar:
-¡Einer te habla mi mamá!
-¡Voy!, contesté.
Guardé el tablero y las piezas en un lugar seguro donde mi hermano no pudiera romperlas. El estaba interesado en el ajedrez al igual que yo, no era muy bueno pero a veces le gustaba observarme jugar para aprender algo, fue así como aprendió el mate pastor y no dejaba de aplicárselo a sus compañeros de la escuela, tenían 13 años en promedio así que era de esperar.Al bajar las escaleras mi hermano estaba mirándome fijamente y dijo:
-Mamá acaba de recibir una llamada y no parece estar nada contenta.
-¿Sabes quien llamó?, pregunté.
-No, pero parece ser de la escuela, ¿Otra vez te metiste en problemas?
-¡No es de tu incumbencia! -le respondí un poco molesto.Parecía que el mayor era el, siempre regañandome y cuidando que no me metiera en problemas. A pesar de su corta edad era muy responsable y tenía las mejores notas de su escuela; mamá siempre repite "¿porque no eres como tu hermano? ", quizás es por eso que siempre me esfuerzo para ser lo mas diferente posible a el.
Cuando entre a la cocina, la vi sentada mirándome con una cara entre enojo y preocupación. Tomó un momento para pensar cómo reaccionar, respiró hondo y por fin dijo:
-Siéntate Einer.
Yo lo hice en silencio sintiendo una ligera angustia porque sabía lo que venía. Mi hermano estaba todo el tiempo viendo desde atrás.
-Tu maestro de matemáticas llamó, dice que tu rendimiento ha bajado demasiado, has dejado de entrar a clases... una falta más y reprobarás esa materia.
Yo solo escuchaba en silencio, en eso mi mamá se acercó a mi y bajando la voz me pregunto:
-¿Te pasa algo?, ¿tienes algún problema con algo o alguién? Soy tu madre y sabes que puedes confiar en mi.Yo seguía en silencio hasta que mi mamá agotó su paciencia y con una voz acusadora dijo:
-¿Te has estado drogando? -me miraba como esperando algún signo de nerviosismo por la pregunta repentina. Por supuesto yo no había probado ningún tipo de droga en mi vida así que me levante molesto.
-¿¡Qué!?, ¡No cabe duda que no tienes idea de lo que pasa en esta casa mamá! Todo el tiempo te la pasas trabajando y cuando estás en casa únicamente es para dormir, ¿acaso piensas en nosotros? Incluso el maestro tuvo que llamarte para que te enterarás de mi situación escolar. ¡Podría desaparecer meses y tú estarías sin darte cuenta!.
-Tu sabes la razón Einer -dijo con lágrimas en los ojos; parecía que las palabras de Einer habían dado en el blanco.
-¿Crees que es fácil mantener una familia tu sola?, al menos tu hermano parece tener un poco más de conciencia.
De tanto que lo decía sus palabras ya no tenían eco en mi. Me di la media vuelta sin decir nada, subí a mi cuarto, metí el ajedrez en mi mochila y después salí lo mas rápido que pude hacia la escuela. Mi hermano se quedó consolando a mi mamá como siempre intentando quedar bien, ¡a veces me hacia sentir tanta rabia!. Subí al camión que siempre tomaba para la escuela y me senté lo más atrás y apartado de todos que pude. Me recargue sobre el cristal. Era un día nublado bastante agradable para mi gusto, dentro de poco empezaría a llover. Miraba las calles pasar con una mirada perdida y aún con frustración de no haberle dicho algunas cosas que ciertamente se merecía. Y entonces, comencé a pensar en sus palabras... era cierto lo que decía sobre mantener una familia sola. Ella y papá se habían divorciado hace varios años por problemas maritales, desde ahí nos ha estado cuidando ella sola y estoy seguro de que hace su mejor esfuerzo... pero no es suficiente. La falta de atención me había vuelto una persona taciturna y circunspecta, muy obsesiva con todo. Siempre he tenido problemas para socializar, pero hay algo en donde puedo sacarle provecho a eso, algo en donde las personas con mi personalidad destacan entre todos... así es, el ajedrez. Aprendí a jugar a los 8 años. Mi papá tenía un tablero grande con el que jugaba de vez en cuando. El era muy bueno. Incluso en las primeras partidas no se contenía conmigo. Me hacia sentir frustrado de tan fácil que me ganaba, era normal, yo no sabía mucho de ajedrez en ese entonces, siempre "me pastoreaban".
No me gustaba perder... así que durante un tiempo lo deje, hasta que un día un compañero en la secundaria llevo un ajedrez pequeño de bolsillo de esos de imanes para poder jugar donde el quisiera. Fue ahí donde lo conocí... su nombre era Barend, el que se convertiría en uno de mis más grandes rivales. Su papá trabaja en el gobierno y siempre lo han consentido mucho, es el típico "junior" que se cree mejor que todos. En la secundaria nunca me gano una sola partida, excepto una vez la cual ni el se lo creía. Entre los chicos que nos juntábamos para jugar había una chica llamada Luna, era una chica tímida, un poco distraída, pero tenía una personalidad cálida y sociable que hacia que todo el mundo la quisiera. En el receso me la pasaba con ella enseñándole jugadas y a veces la platica se desviaba y empezábamos a hablar de cosas que nada tenían que ver con ajedrez; poco a poco se convirtió en mi mejor amiga. Cuando salí de la secundaria fue una lástima porque dejé de verla, y a Barend también, lo cual ciertamente me alegraba. Pero todo cambió cuando al llegar a mi primer día en la preparatoria vi su horrible rostro arrogante sentado en una de las mesas del fondo, y para mi desgracia la única banca vacía era a su lado. Me senté sin voltear fingiendo que no lo vi, esperando que no me hablara.-¡No sabía que dejaban entrar plebeyos a ésta escuela! -dijo en un tono burlón y de superioridad-, espero volver a jugar contigo y ganarte de nuevo, a no ser que tengas miedo.
Realmente era estresante volver a oír su voz, solo asentí con la cabeza.No podía culpar a nadie más que a mi, mi puntaje en el examen de admisión no había sido excepcionalmente alto, y Barend... bueno, el es como un cavernícola sin evolucionar. Me sigue sorprendiendo que el alcanzara escuela.
De pronto la voz del conductor gritando que habíamos llegado a la escuela me despertó de mi mar de recuerdos y pensamientos, así que, bajé rápidamente para seguir mi camino.
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La última jugada
Misterio / SuspensoEiner, un adolescente común, se ve envuelto en un mundo de misterio y peligro cuando su amigo John muere en circunstancias inexplicables después de una partida de ajedrez. Pronto descubre que el ajedrez tiene un poder oscuro y antiguo, vinculado a u...