Iba de vuelta a casa con la compra cuando veo que hay coches patrullas aparcados delante de la casa.
Me quedo paralizada mientras veo que sacan arrestados a todos. Primero veo a las chicas, entre ellas a Candy llorando y a Butterfly resistiéndose. Por último sacan a Wolf de la casa, este me ve, sonríe y dice algo inaudible a los policías, es entonces cuando estos miran en mi dirección. Sin pensármelo dos veces dejo caer la compra y salgo corriendo perseguida por dos policías.
Noto que ya no me queda aire en los pulmones, pero no puedo dejar de correr. Ahora no.
Sin embargo, los policías corren más rápido y fue cuestión de tiempo que me alcanzaran... Se abalanzaron sobre mí, cayendo ambos al suelo.
-Queda arrestada por prostitución... -dice el agente mientras me esposa y me levanta de un salto del suelo.
Empieza a leerme mis derechos, pero en ese momento no soy capaz de escuchar nada.
Una vez en comisaria, nos encontramos todos esperando mientras nos llaman uno a uno para interrogarnos. El primero fue Wolf y de momento sigue sin salir. Sin embargo, las chicas entramos en otra sala para el interrogatorio.
-Sydney Jones.
Hacía mucho tiempo que no escuchaba ese nombre. Mi verdadero nombre...
Me levanto y acompaño al agente hasta la sala. Me siento en una de las sillas, enfrente hay dos policías.
-Hola Sydney, sabes por qué estas aquí, ¿verdad?
Solo asiento y mientras siguen con las preguntas en lo único que puedo concentrarme es en mirar al "espejo" que hay detrás de los agentes de policía, concretamente a mi reflejo en él. Ya no quedaba nada de aquella Syd del instituto que tenía miedo de su novio. Solo veo dolor en mi rostro. Unas grandes ojeras, pálida y delgada, muy delgada. Si no supiera que estoy viva pensaría que lo que veo es un cadáver.
De repente veo que le dicen alguna cosa a uno de los agentes por el pinganillo. Con cara desconcertada me mira y sin decir una palabra más se marcha de la sala. Me quedo sola allí, junto con mi reflejo.
Al cabo de un par de minutos, vuelve el agente. Me quitan las esposas y me llevan a otra sala. Esta era mucho más acogedora, como para las visitas de personas deseadas.
-¿Eres Sydney Jones?
-Como ya he dicho, sí.
-Tus padres emitieron una orden de búsqueda.
Me quede paralizada. Mis padres... me habían estado buscando todo este tiempo...
-Pero ahora ya eres mayor de edad y no podemos obligarte a volver a casa.
Solo asiento.
-Aún así tendrás que pagar la fianza por prostitución.
Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas. Mis padres...
-No quiero volver a casa...
Los agentes se miran entre ellos. Como si se hubieran comunicado entre ellos a través de la mirada, uno de los dos se marcha de la sala.
-Sabemos que habéis sufrido mucho en aquella casa.
-Tú no sabes nada -digo mirándole de nuevo y con lágrimas recorriendo mi rostro.
-Tienes razón. No lo sé y menos el por qué acabaste en un lugar así. Hemos estado investigandote, Sydney.
No quiero contestar a eso. No soy buena persona, por eso me marché de allí...
-Vuelve a casa.
Le vuelvo a mirar. Intento reprimir las lágrimas, pero al ver que es imposible me las seco con la manga de la sudadera.
-Muy bien -digo con un hilo de voz.