VI.

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"Te veo mañana Mark"

Esas palabras habían sido mi motivación para levantarme de la cama, vestirme y temprano tomar el bus.

Subí junto a la fila apresurada de cada madrugada y dirigí mi vista hacia el lugar de Donghyuck.

Pero el no estaba allí.
Mi pecho se oprimió anticipadamente . Me dije a mi mismo que no era tan grave. Incluso yo me había retrasado varias veces. Me senté en mi asiento habitual, el que usualmente se encontraba junto a Donghyuck, sólo que ésta vez, Donghyuck no estaba allí.

Me cuestioné la idea de, como él lo había hecho para mí, guardar el lugar.

Pero Donghyuck no llegó, y aunque alguien se sentó junto a mí, ese asiento se sentía increíblemente vacío.

Aún duele un poco recordar éstos meses, y dudo mucho que pueda recordarlos con la misma claridad que los anteriores momentos. Los cuales me resultaron tan satisfactorios por ser el precioso chico delgado de actitud irreverente quien se sentaba a mi lado.
Porque Donghyuck no apareció aquella mañana.
Pero tampoco a la siguiente.
Ni la que vino después de esa.
Ni la que le siguió, y tampoco la posterior.

Perdí la cuenta de cuántos viajes pasé sin el.
Se sintió como caer en un agujero negro, la noción de tiempo, espantada por el desasosiego de haber perdido algo tan valioso como su compañía.

El sabor de mis logros, estaba atenuado en mi sentido del gusto. Ni siquiera cuando Jaehyun, finalmente me nombró jefe en edición una mañana ya primaveral, pude estar feliz.

Pensé, en aquel momento, que era inútil tener mejor paga, y un horario laboral menos extenso, cuando no tenía a nadie con quien compartir la noticia. Los mensajes de felicitación de Taeyong, mi primo, y otros seres queridos, a pesar de sus ánimos se me antojaban vacíos.

Mi vida comenzaba a tornarse increíblemente aburrida.
En realidad, volvía a ser como antes.

Pero había algo erróneo al respecto.

Suspiré dejando la espalda caer en el respaldo de la silla giratoria, mire al techo, me cuestioné cómo podía ser que haya sido tan lento.
¡Ni siquiera tenía el número de Donghyuck!

Las manchas de humedad de la nueva oficina se burlaban de mi con descaro, mientras pensaba que debía encontrar a aquel niño frío, o iba a morirme.

Devolví mi atención al monitor en el momento en el cual un e-mail cayó.
Otro trabajo que revisar.

Intenté centrarme en lo que estaba haciendo. Pero era inútil. La mañana se había liquidado mientras pensaba en Donghyuck. En su piel morena y tersa. En su respiración contra mi cuello y en la manera adorable que tenía de despertarse, desorientado y taciturno.

Me maldije a mi mismo por no ser una persona de hábitos virtualmente sociables, culpe a mi falta de tiempo por la poca atracción que sentía hacia plataformas sociales y exhibiocinistas que siempre había encontrado inútiles, pero que en este momento podrían verse en mi favor, si intentara buscar a Lee Donghyuck.

Un gruñido de frustración se me escapó. Fue el primero de muchos.

"Era como una temporada, de ojeras y malas respuestas" dice Yuta a veces.

Creo que tiene razón.

Sentía que se me iba la vida viajando en bus, y corrigiendo trabajos excesivamente pretenciosos. No podía dormir y por las noches, se me cerraba la garganta pensando que jamás encontraría al chico que me había enamorado por completo.

Un mensaje de texto y, por supuesto, un viaje en bus, fueron necesarios para acabar con mi sufrimiento.
Debo resaltar que, no quiero prolongar el relato de esta era hostil más tiempo, más que nada, como un mecanismo de auto defensa.
La sola idea de pensar que Donghyuck podría no ser lo primero que veo en las mañanas hace que lo abraze tan fuerte contra mi por las noches, que casi puedo escuchar como se queja en sueños.

Adorable.

En la mañana de sábado que salvó mi vida, la inercia de lo cotidiano logró que me levantara de la cama. Sintiéndome abatido y con el peso del mundo sobre mis hombros me vestí. O por lo menos lo intenté ya que me era escasa la ropa limpia.

Miré la ducha con desagrado y me metí en el baño. En la figura que me devolvió el espejo, se veía un muchacho ojeroso, que con pelo graso y ropa sucia se lavaba la cara.

El celular vibró sobre el lavabo.

No me he tomado mucho tiempo para hablar de mis vinculos antes. Pero es ahora que cobran sustancial importancia aquellos que provenían de mis años adolescentes y había decidido que permanecieran en mi vida.

Naturalmente no son muchas personas, de hecho son sólo dos. Mi primo Taeyong , y Yuta. Es imposible pensar en ellos de manera disociada. Conocí a Yuta a través de Taeyong. Y ellos se conocieron a través de Jaehyun. Pero es historia para otro día. (+)

Fue un mensaje del segundo, el que me llegó aquel sábado.
Eran muchas palabras, que no leí. Pero estaba recordándome que ellos estaban celebrando esa tarde y yo estaba invitado. Me convencí a mismo de que no tenía tan mal aspecto.

Como último detalle, levanté mi brazo izquierdo e intente alcanzar mi axila con la nariz. Fue un error de mi parte. Creo que jamás lograré oler tan mal como ese día. Confíe en mi perfume caro para camuflar mi falta de aseo personal. Suena terrible que ni siquiera encontraba en mi interior la voluntad suficiente como para ducharme.

Pero había algo egoísta y distorcinado en mi. Que me hacía creer que estaba siendo un bien primo y amigo. Uno que  pesar de su frágil condición emocional cumplía con el deber de llevar un regalo y decir "feliz aniversario". Incluso cuando aquello sólo me recordaba mi propia soledad e insatisfacción.

Me tomé mi tiempo para salir de casa, intenté comer algo. Pero no tenía hambre.

Salí antes de que cayera la tarde del todo.

Caminé despacio y desganado a través de las calles que me llevarían hasta la parada del bus. No fue larga la espera.

Observé a los pasajeros, sin saber por qué, quizás lo buscaba inútilmente a él.
Dejé que una señora de avanzada edad tomara el asiento en el que me había acomodado.

Suspire mientras mis dedos abrazaban el pasamanos. Y dirigí mi mirada a la ventana, los transeúntes y los negocios que desaparecían con velocidad.

Estaba distraído.

Y enojado con el mundo.

Estaba ofuscado e introspecto.

Pero lo ví.

En la vereda de lo que parecía ser una cafetería logré ver la figura de Donghyuck. Vestido con camisa blanca y delantal de falda negra.

"Permiso" ; "Lo siento" ; "Disculpe, me bajo aquí".

No es posible correr en el pasillo de un autobús lleno y en movimiento. Pero creo que en ese momento logré desafiar las leyes físicas. Sólo para hacer que el conductor frenara de pronto y se ganara unos cuantos insultos.

Estaba agitado y desorientado. Miré alrededor buscando la cafetería que el chófer apenas había dejado atrás.

Pero antes, lo vi a él.

🌌🌌🌌

Hola! Jen acá!
Se que tardé muchísimo en actualizar!
Y les pido mil disculpas. Espero que les guste el capítulo y voy a tratar de traer lo más pronto el que sigue.

Quería avisarles que a esta historia no le quedan muchos capítulos y bueno, a las personas que la siguieron hasta acá decirles que les agradezco mucho kshsjsjala. Tampoco es que sea el último pero bueno ¿Por que soy tan ansiosa? No sé.

Siempre me hacen feliz sus comentarios vistas y votos. Y si hay algo incómodo en la lectura pueden decírmelo sin dudas¡!

Lxs amo. 💘

(+) fanfic: "Roomate" de  -koushi-

Jeno's wife💍






Bus Ride. (Markhyuck/Markchan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora