Bus Ride. (Markhyuck/Markchan)

XI

Me pregunto si está bien despedirnos ahora, cuando aún hay tanto que puedo descubrir de Donghyuck. Cuando aún hay tantas maneras en las cuales no me conozco a mí mismo. 

Quiero creer que es sensato hacerlo ahora, ya que, mi propósito principal era contarte acerca del hábito extraño de Donghyuck, y qué clase de persona era yo antes de conocerlo. Creo que a través de ésto es la mejor manera que tengo de retratarme a mi mismo. Espero no haberte causado una terrible impresión. Y si fue así, lo siento, espero mejorar mis aspectos torpes. Voy a trabajar en ellos a partir de ahora, un poco mas. 

Esto fue un trabajo difícil para mí, intentar descifrar qué cosas hice, quien fui. Y creo que era una persona infeliz con una vida sencilla.

Amar a alguien no es fácil, tal vez por eso todo era tan sencillo antes de Donghyuck. Con "sencillo" me refiero a cómodo, fácil, insípido. A lo largo de mi vida, experimenté durante mucho tiempo simplemente nada. Desperté por inercia e hice lo que se suponía debía hacer. Supuse que algún día las cosas llegarían a mí. Las cosas que quería. Algún día, tal vez, todas esas cosas que quería llegarían a mí. Jamas pensé que fuese amor. Porque eso es lo más conveniente para nosotros. Vivir resguardados es bonito porque nos evitamos el dolor de no cumplir con nuestras propias expectativas. Y aún mejor, nos evitamos el desasosiego de no cumplir con las expectativas de alguien más.

Lo cierto es que, como te habrás dado cuenta, no tenía muchas expectativas acerca de mí mismo tampoco. Es mas sencillo y placentero no estar decepcionado de uno mismo. 

Muchas veces Taeyong me dijo que debería pensar mejor en mis aspiraciones, buscar allá afuera qué había para mí.
Pero no sabía qué era lo que quería.
Todo lo que hice fue esperar como un niño estúpido, deseé que mis desconocidos deseos se volvieran realidad.
Y lo hicieron.
En forma de un chico con el hábito muy extraño de dormir en el bus, sólo sobre mi hombro. Llegado a este punto, recordar quién era antes de conocerlo es ver en colores sepias a un muchacho un poco patético.
Tal vez lo realmente sorprendente sea que él nunca vio en mi a alguien patético.
No creyó que fuese patético cuando fui torpe, aún más torpe de lo que soy hoy, y raro en nuestras primeras citas.

Y no lo creyó cuando no fui la mejor versión de mí, enojado, soltando palabras hirientes.
En esas ocasiones, las palabras de Johnny terminaron de tener sentido para mí. Porque él tenía razón, a veces, dos personas que se aman pueden hacerse daño.

 Me di cuenta la primera vez que peleamos, que aún había muchas cosas que me eran un misterio acerca de mí mismo y por supuesto, acerca de Donghyuck. Recuerdo que el departamento era un desastre, otra vez estaba volviéndome un poco loco entre libros, diseños y muchos e-mails que decían exactamente lo mismo pero venían de personas completamente diferentes. Se acercaba el fin de semana, y Donghyuck me había preguntado muchísimas veces esa semana si estaba bien que sus padres cenaran con nosotros el sábado. Le dije que si cada vez que lo preguntó, porque no me gustaba el conflicto y temía que si alguna vez se enojaba conmigo, entonces todo se arruinaría. 

Lo cierto es que tal vez aún en ese entonces no tenía idea de lo que significa estar enamorado, incluso si lo estaba. Estaba frustrado, un poco iracundo, y tenía la idea de que todo lo que necesitaba era apagar esa pequeña sensación de alarma en mi cabeza que sonaba diciendome que en cualquier momento iba a arruinarlo todo. 

Tal vez no debería haber intentado apagarla con tanta vehemencia, porque ocurrió. Ese viernes por la noche decidí quedarme un par de horas extra en la editorial para poner todo en orden. Siempre había estado solo, y empujado a las personas lejos cuando la presión del mundo me volvía displicente. No quería decepcionar a Donghyuck con mi mala actitud, así que simplemente me enfoque en mi trabajo hasta que el reloj en el escritorio indicó que era lo suficientemente tarde como para que el personal de seguridad se estuviese fastidiando un poco conmigo.