CAPÍTULO 34

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ABRAHAM

—Oye... hazme caso —susurran en mi oído.

—Estoy durmiendo. Adiós.

Ni siquiera estaba consiente de si estaba soñando o no, cuando de repente siento un golpe en el brazo. Me sobresalto de inmediato y caigo de la cama. Me pongo de pie dispuesto a gritar a quien me haya molestado, hasta que me doy cuenta de que es Maya.

—Oh, vaya, qué visita más intensa —espeto con sarcasmo, antes de volver a la cama.

—Necesitamos hablar.

—No te recuerdo, y estoy muy cansado como para intentarlo. Vete.

—Por favor... —insiste.

Por algún extraño motivo noto que mi pecho se oprime al oírla así... tan desesperada.

—De acuerdo, habla —me siento en el borde del colchón, mientras ella me mira desde la puerta.

—Tú recuerdas a Ethen.

—Yo recuerdo a Ethen —afirmo, sonriendo irónico.

—Recuerdas la razón por la cual te enojaste conmigo.

—No tengo idea de qué pasó. Supéralo ya. No te recuerdo, Maya —replico.

—Me estás jodiendo, ¿verdad? —articula con la voz entrecortada.

—No. Estoy tratando de decirte que no me molestes —me encojo de hombros.

—Saliste del hospital hoy, ¿y me dices que no te interesa recordarme? —pregunta ofendida.

—El doctor dijo que los recuerdos regresan por lo menos en seis meses. A veces ni siquiera vuelven. Te estoy diciendo que no me importa saber nada de mi pasado, así que esto será como borrón y cuenta nueva.

— ¿Eso es lo que quieres?

—Eso, y dormir. No sé si lo nuestro era follar y tal, pero sinceramente estoy cansado. No quiero esforzarme mucho por recordar. Ethen me dijo que no lo haga.

—Ya. Lo entiendo.

—Adiós —le respondo sonriente, y ella se marcha dando un portazo.

¿Por qué las mujeres son tan intensas? Puff.

Maya vuelve a tocar la puerta, y con la irritación a tope, me paro abrirle.

—Te dije que... —guardo silencio cuando veo que no es precisamente Maya la que está frente a mí.

—H-Hola —tartamudea la hermosa chica frente a mí—. Soy Alejandra, estaba buscando la sala de reuniones.

Abro más la puerta,

— ¿Parece que ésta es la sala de reuniones?

Niega con la cabeza.

—Sinceramente no recuerdo por donde está. De hecho es irónico, no recuerdo nada. ¿Nos conocíamos? —trato de sonar seductor pero ni siquiera sé si lo estoy logrando.

Trust me (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora