Capítulo 16

320 57 27
                                    

-Tachibana, te advertí de Max y no me puedo creer que estuvieras hablando con él, que no tengo ni idea de ese tema de conversación-, Sousuke miraba al frente porque no podía perder de vista la carretera, ya que se encontraba conduciendo camino al piso- pero viendo que estabais los dos solos y encerrados, no creo que fuera una simple cosa.

Yo miraba al conductor expectante, no me podía creer lo que decía. No entendía por qué hablaba así de ese pobre muchacho.

-No sé a qué te refieres.- Mi compañero me miró un segundo a los ojos antes de proseguir a centrarse en el volante- Dime lo que me tengas que decir sobre él ya, porque no me creo nada de lo que dices, ¿Qué tan malo podría hacer él?

Oí un suspiro, y noté el nerviosismo de Yamazaki. Esto se vio reflejado en el modo de pasarse la mano izquierda por su cabello.

-Mira, solamente son rumores-, formé un pequeño círculo con mis labios-, así que prefiero no decir nada, porque es mejor dejarlo estar, ¿Vale? Yo solamente te digo que tengas cuidado con él, y analices todo lo que te diga o cuente-, Sousuke paró el coche en un aparcamiento en frente del edificio donde vivíamos. Me miró, esperando una respuesta. Asentí.- No, Makoto, necesito que me lo prometas.

-Te lo prometo-. Aseguré sin ninguna gana realmente, porque yo no había notado nada raro en mi amigo. Quizás haya lo que haya hecho en un pasado, ha cambiado.

Ahora tenía que escuchar lo que Max tenía por decirme.

Justo cuando llegué, calenté la cena en el microondas y directamente me fui a mi habitación a estudiar. Pero no pude, mis pensamientos y mis dudas sobre Max me impidieron estar totalmente concentrado en lo que leía o escribía. Eso también me había pasado muchas veces con Haru, por culpa de él había bajado anteriormente mi nota media y casi me quedo sin entrar en la universidad.

Hablando de él... Debería de llamarlo, sobretodo sabiendo lo mal que estaba el día cuando, sin esperarmelo, me llamó.

Así que tras haber luchado con mi mente, decidí apartar todos los libros de mi escritorio y coger el móvil. Marqué el número de Nanase. Estaba nervioso, no sabía cómo se iba a tomar mi llamada.

-¿Makoto?-. Esa no era la voz de Haru,- ¡Hola! ¿Qué tal todo?

-Ri-Rin-. Dije con voz temblorosa. No me podía creer que estuviera hablando con él-. Mejor de lo que esperaba-. Mentí, porque no es que me fuera mal con los estudios, pero lo malo era mi estricto horario al día.

-Me alegro mucho, ya me ha contado muchas cosas Sousuke, así que si quieres no hace falta que me expliques nada-. ¿De qué estaba hablando?

-Eh, Rin, ¿podrías pasarme con Haru?-, necesitaba hablar con él, y estar hablando con el pelirrojo no me inspiraba confianza.

-Ah, pues no está-. Pasaron unos segundos antes además que prosiguiera hablando y me imaginé que en ese tiempo se habría llevado la mano a la nuca- se ha dejado su móvil en mi casa, junto con su chaqueta.

Tras eso, se me calló el alma al suelo. Me había cambiado por él. Haru había ido a buscar a Rin, seguro que ahora no me necesita para mantener relaciones sexuales, como hacíamos hace meses... Meses en los que han pasado muchas cosas, aquí y suponía que allí.

-Vale, no le digas que le he llamado-. Me apresuré a decir antes de que sospechara de que me había callado durante demasiado tiempo.- por favor. Y borra el historial de llamadas.

-Está bien... Makoto, ¿te encuentras bien?-. Su voz parecía preocupada.

No. La verdad era que no. Saber qué había sido utilizado durante tanto tiempo como trato sexual. Pensar que no sentía nada por mí. Pensar que podría buscar a otra persona para cambiarme. Eso me había matado.

 Jugando con fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora