16. Pesadilla

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- Amor.

Es increíble escuchar tan real su voz, después de tantos años, al fin estoy soñando con ella.

- Amooor- Vuelvo a escuchar, pero más insistente. Tengo los ojos cerrados y no deseo abrirlos por miedo a despertar y no volver a tener la oportunidad de soñar nuevamente con ella.

- Stalin por favor puedes ya levantarte, que tengo hambre y hay que ir a comer, porque dudo que me vayas a cocinar- Es increíble que algo pueda sentirse tan real.

- ¡Basta! Me harté Stalin- Tira de mí y me hace caer de la cama obligándome a abrir los ojos. Ahí estaba con el ceño fruncido, haciéndome puchero.

- Puedes ya levantarte, que el estómago me gruñe y gruñe feísimo caray.

Esto de verdad se siente real, la cerámica fría, el dolor del golpe al caer, y ella. Mi celeste. Está ahí, enojada, pero está ahí. ¿Qué pasa?

- ¿Quieres que te lleve a rastras o qué? Vuelve a decirme enojada.

- ¿Amor? Pregunto confundido

- Amor nada, levántate de una buena ve...

No la había dejado terminar cuando ya la había envuelto en mis brazos. Su cuerpo, su aroma, su calidez, me hacían sentirla viva, estaba ahí, de verdad estaba

No podía parar de llorar de felicidad, ni de dejarla abrazar fuertemente, no sabía que estaba pasando, pero si esto resultaba ser un sueño no quería despertar nunca.

- ¿Amor? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? Ok, si no quieres cocinar ni comer afuera, no lo haremos, yo cocino

Me tenía envuelto en sus brazos, me acariciaba el cabello y yo no podía asimilar nada de esto, la separo un poco de mí, aunque no quiero. La analizo sigue en sus 19 años, decido mirarme con un poco de temor, y soy yo en mis 21 años, la vuelvo a mirar y ella tiene una cara de desconcierto.

- Amor me estas preocupando, dice afligida.

- ¿Qué fecha estamos? Decido preguntar.

- No lo sé, creo que 15.

- ¿15 de?

- ¿Cómo qué dé? De junio pues amor

- ¿15 de junio? ¿Y el año?

- ¿El año? 2017, ay mira Stalin, ya mueve o te cocino o vamos a comer fuera decídete ya.

- ¿2017? No, no puede ser eso. Es decir, yo ya tengo 40 años, tu falleciste hace mucho y yo... Las lágrimas volvieron a salir, mi cabeza daba vueltas; no entendía nada. De pronto estaba ella abrazándome tiernamente, levanta un poco mi rostro y me mira, sostiene mis mejillas con sus manos.

- Amor, seguramente has tenido una pesadilla, estoy aquí; Viva, para ti, y por muchos años más, no te aflijas solo fue un mal sueño.

- Amor pero tú me contaste que estabas mal, que tenías un promedio de vida deuno a dos años, luego falleciste y he pasado todo este tiempo viviendo un infierno sin ti, nada tiene sentido, seguramente esto es un sueño, porque me prometiste que cuando más afligido estuviera aparecerías para ayudarme, y me emborraché, y ya no sabía que hacer sin tu presencia y por eso estoy soñando y no quiero despertar, por favor no me hagas despertar. Mis lágrimas eran imparables y ella solo las secaba con sus dedos.

- Mi amor soy real- Agarra mi mano derecha y la lleva su rostro- Siénteme cariño soy yo.

- Yo te dije que debíamos hablar un jueves, porque Daniel, tu doctor me dijo que estabas mal de salud y quería, no; necesitaba saber que tenías, entonces hablamos y me contaste, y esto por lo tanto no es re...

Sus labios estaban sobre los míos, tan cálidos como los recordaba, su lengua se apoderaba de mi boca, y sus caricias me erizaban la piel. Era ella, de verdad, lo era. Sus besos me lo confirmaban, estaba viva, estaba conmigo.

-. ¿Ves mi vida? Soy real, o deseas que te haga el amor para que lo termines comprobando. Me mira pícaramente.

La volví abrazar y besar, volviendo a la realidad junto a ella.

- Bueno ahora por llorar tanto, y hacerme perder tiempo, te toca cocinar, muévete.

No objeté, cociné su comida favorita y disfrutamos la tarde juntos.

Esa tarde tras conversar, resulta que lo que me dijo Daniel fue real, pero nunca habíamos llegado al jueves para hablar, hoy era ese jueves, ella llegaba de la universidad para almorzar y yo estaba dormido, todo fue un sueño, un terrible sueño. Me aclaró que si, que no estaba bien de salud, pero que al fin habían encontrado una cura para su cáncer y que todo estaría bien, agradecí que así fuera y que ella estuviese a mi lado.


Una vida más a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora