Jueves 15 de junio del 2017
- Mañana tengo prueba y no me sé nada, dice mientras me da besitos en mi pecho desnudo. – Siempre dices lo mismo y sales bien. Respondo acariciando su cabello, parece una gatita, no hay mejor cosa para ella que le acaricie el cabello, cuando dejo de hacerlo me mira haciéndome pucheros y yo solo sonrió por su ternura, obligado a volver acariciar su cabellera.
-Te dije que hoy hablaríamos; se tensa al escucharme.- ¿De qué o qué? Se hace la desentendida.
-De tu salud contesto sin rodeos. Esconde su rostro en mis brazos y no pronuncia palabra. El silencio se apodera de la habitación, sé que está buscando las palabras pero no las encuentra. Me envuelve con sus brazos y se aferra, está a punto de llorar, pero necesito que me diga que le pasa.
-Dime que pasa, susurro. Levanta su rostro y me mira, sus ojos están cristalizados, como me duele verla así. Se queda en silencio nuevamente, observo que abre y cierra la boca como queriendo decirme pero callándose a la vez.
-¿Estás buscando palabras para que duela menos? Pregunto sabiendo que estoy acertando. Asiente, se vuelve aferrar y comienza a llorar. Me estoy imaginando lo peor, pero tengo que ser fuerte paro no derrumbarme y esperar a que lo cuente, siempre se calla y sufre sola, no le gusta dar problemas a nadie. Dejo que llore lo que tenga que llorar, seca sus lágrimas y la siento lista para contarme. Tengo que mentalizarme para lo que me diga y no irme al piso al instante.
- Te acuerdas que te dije que la niña que trataba Cecilia, mi doctora; falleció, asentí. Pues resulta que ella tenía tres quimioterapias más avanzadas que la mía, y aun así no resistió, Cecilia estaba preocupada, y tenía miedo de que lo mismo me pasara, yo... (Hace una pausa y agarra de nuevo aire para contarme) Yo, llevo meses intentando que la quimioterapia funcione pero ha sido rechazada una y otra vez, me hice exámenes recientemente y... no hay remedio.
Sus lágrimas aparecen como cascada, mi pecho se hincha por el aire comprimido que retengo para no comenzar a llorar, la miro con ternura y espero que termine de contarme todo.
-Los doctores me dijeron que como mucho tenía un año y medio o dos.
No dejo que continúe y la abrazo, comienza a llorar desconsoladamente y quiero hacer lo mismo; pero la que lo necesita es ella. Carajo no quiero, no puedo perderla cuando más la amo.
Tras varios minutos sumergidos en llanto, se tranquiliza y me sonríe. No entiendo como aún puede tener las fuerzas para sonreír. Me cuenta sobre cómo decirle a sus padres, el que ya le ha contado solo a una amiga de su confianza y que le había hecho un video para el cumpleaños.
-. ¿Quieres ver? Estira su brazo para alcanzar el celular y enseñarme el detalle que le hizo a su amiga.
Mientras veía el video, mi novia me iba explicando las razones por la cual su gran amiga era tan importante para ella, ya a mitad del video no resistí y mis lágrimas sin permiso se escaparon.
-. Por favor no me termines, dije logrando articular palabra. Pareciera estúpido que le pregunte esto en ese momento, pero mi novia tenía la tonta idea de dejarme solo por no "lastimarme" Celeste me abrazó por lo espalda y mi corazón más dolía. Me puse boca abajo en mi cama y ella siguiendo se colocó encima susurrándome que estaríamos bien.
Yo debía decirle eso, yo debía hacerla sentir segura, pero ahí estaba como siempre, siendo fuerte aunque la vida la golpeara muchas veces.
Después de varias lágrimas, reímos, comimos, dormimos y nos olvidamos por un momento el mal rato que estábamos experimentando.
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Una vida más a su lado
RomanceHay que saber diferenciar entre la realidad y los sueños. Por que a veces soñar no es tan bueno.