Tú no puedes cambiar al mundo, el mundo te cambia a ti.

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Ai Maid Café

Capítulo 21: Tú no puedes cambiar al mundo, el mundo te cambia a ti.

Yunho miró la hora en su reloj y volvió a levantar la cabeza.

Entre la multitud de gente que había en ese momento en el aeropuerto, le fue difícil poder encontrarse con el rostro de su primo. Jaejoong se había alejado, alegando que acompañaría a JiHan con sus trámites antes de embarcar.

—¡Yunho!

La mano de Junsu se alzó entre la gente, y casi de inmediato lo tuvo frente a él, por alguna razón cuando lo abrazó, cerró los brazos en el cuerpo del menor con fuerza, como si sintiera que aquello era necesario.

Junsu suspiró, encerrado en aquel abrazo, subió las manos con cuidado y por un momento cerró los ojos con fuerza. Con la suficiente como para que ninguna lágrima se escapara.

—Su... ¿Qué sucede? ¿Por qué me pediste que habláramos aquí?

—Por que no podía hablar de esto contigo en el Maid.

La voz de Junsu fue extrañamente ahogada, le desviaba la mirada y además parecía que su pecho subía y bajaba con más presura de la normal. Yunho supo que algo extraño estaba sucediendo.

—Junsu...

—Yo... He tomado una decisión. Esta misma tarde me regreso para Corea, y quería comunicártelo para que tú le avisaras a los demás, no estoy listo para despedirme.

A pesar de que las palabras de Junsu fueron varias, Yunho se perdió en las primeras, en aquellas que anunciaban la partida de su primo, con una sorpresa que bloqueó sus pensamientos de repente.

Yunho bajó la mirada, con la duda marcada en el rostro, pero luego de unos segundos cuando analizó mejor la situación, arrugó el entrecejo y miró fijamente a Junsu, quien lo miraba cual niño asustado.

—¿Por qué te vas a ir?

—Por que es lo correcto Hyung yo...

—¡Junsu!

La voz de Yunho se alzó con fuerza, imponiéndose sobre la del menor y Junsu incluso retrocedió un pequeño paso.

—No te lo voy a permitir, no voy a dejar que cometas tremendo error cuando...

—Es una decisión tomada, Hyung. Y no quiero que intervengas en ella.

—Pero...

—Hyung, no voy a cambiar de opinión digas lo que digas.

De la nada, Junsu se mostró serio, aplacando totalmente las palabras del mayor, y con una seguridad absoluta en los ojos. Una que logró que de los labios de Yunho saliera un pequeño suspiro.

—¿Y Yoochun? Él te ama. ¿Y que hay del fútbol? Tú amas eso, es tu vida.

—¡¿Y mi familia, que?! Amo a Junho y sabes a la perfección que desde que se fue a estudiar al extranjero casi ni he podido verlo tan seguido. Amo a mi madre, no quiero perderlos... No quiero.

La voz de Junsu flaqueó, tan ligeramente que apenas fue perceptible, por tan poco tiempo que incluso pareció un producto de su imaginación. Después, Junsu respiró profundo. Tomando valor y mirando a Yunho directamente a los ojos.

—Junsu nosotros podríamos...

—En realidad no hay nada que puedan hacer por mí, es mejor que me vaya.

Y así, con la misma convicción que le habló, Junsu se empezó a alejar, girando sobre sus pasos y perdiéndose una vez más entre a gente. Había un punto distante donde Yunho podía aún intervenir en sus decisiones.

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